Zerbino, superviviente de los Andes, a las víctimas de la DANA: "Entendemos con el corazón que no se puede cambiar lo que pasó"

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Plantar una "semilla de fe" en todos los afectados por la DANA para que los problemas "se puedan transformar en oportunidades". Es el ideal que ha querido transmitir este lunes Gustavo Zerbino, superviviente de la tragedia de los Andes, durante la conferencia organizada por Mentes Expertas en la propia ciudad valenciana, una ponencia que se ha producido de manera especial con el objetivo de conseguir lanzar así un "mensaje de esperanza" y recaudar fondos para las víctimas de la catástrofe.

Aunque su tragedia particular se produjo a miles de kilómetros de distancia de España, el superviviente ha narrado cómo se sobrepuso a la experiencia que le tocó vivir cuando tan solo tenía 19 años, unos hechos que quiere que sirvan de ejemplo a todo el pueblo valenciano. Su historia, de hecho, es ampliamente conocida. Zerbino, junto a otros 44 pasajeros, la mayoría de un equipo de rugby, se estrelló en 1972 en los Andes cuando su avión viajaba desde Uruguay hasta Chile. No fueron rescatados de inmediato sino que, ante unas autoridades que no conseguían dar con ellos y que llegaron a suspender su búsqueda, quienes sobrevivieron a la caída tuvieron que aguantar hasta 73 días en la intemperie de la famosa Cordillera. Solo 16 personas acabaron saliendo finalmente con vida de aquello, una historia llevada al cine por Juan Antonio Bayona (La Sociedad de la Nieve, 2023).

"El secreto mágico es la aceptación", ha comenzado explicando Zerbino sobre los primeros momentos de la tragedia: "Cuando nos peleamos con la mente sentimos la realidad, pero cuando viajamos con el corazón, entendemos que no podemos cambiar lo que pasó, pero sí aprender de él". De esta forma, el superviviente ha narrado que en momentos como estos, ya sea en Valencia o en los Andes, lo más importante es pensar en el futuro, así como la solidaridad de todos aquellos que están presentes: "El que tenía una pierna rota se ofrecía para caminar y tú, que tenías dos piernas, te dabas cuenta que eras tú quién tenías que hacerlo".

"Hoy en la zona cero, en Paiporta, he conocido a gente maravillosa. He visto la solidaridad del pueblo valenciano y del pueblo de España. Voluntarios de todo el mundo, de la India, de Manchester, de Argentina, de Uruguay... Es maravilloso ver cómo las personas cuando sienten lo que ocurre se quieren involucrar", ha expresado.

A través de imágenes, audios y escenas de la película de Bayona, Zerbino ha ido desgranando cómo fue paso a paso la tragedia que les tocó vivir a él y sus compañeros, a los que ha asegurado que lleva "siempre en el corazón" debido a la unidad, el sentido de familia y las lecciones que todos aplicaron desde el minuto uno de la catástrofe: "Aprendimos que cuando agradeces, creces, y que cuando te quejas, empeoras".

"En la Cordillera estar vivo era un privilegio"​


"En ese lugar tan inhóspito aprendimos a sintonizar un potencial ilimitado. La mente solo existe en dos estados, en el pasado, que no lo puedes cambiar, y en el futuro, donde vivimos atrapados por la frustración y el miedo. La única manera de lograr algo es apagar la mente. Hoy dicen que soy una persona feliz porque estoy vivo y la realidad es que en la cordillera estar vivo ya era un privilegio, porque lo normal era la muerte", ha aseverado antes de contar que todos los supervivientes a la caída del avión construyeron un mundo "donde estaba prohibido" quejarse porque eso "no cambiaba nada", un aspecto que quiere que sea un ejemplo para Valencia.

"Hoy ustedes están siendo un punto de atención para el mundo", ha asegurado a todos los asistentes que se encontraban en el Teatro Olympia, donde algunos, de hecho, habían llegado para escucharle desde algunas de las localidades más arrasadas por el paso de la DANA el pasado 29 de octubre. "Le van a poder comunicar a sus nietos y a sus familiares lo que es una gran forma de recuperación y de valor. Este lugar ha sido golpeado para que salgan más fuertes, para que salgan más enriquecidos y para compartir una sociedad que sea más noble", ha defendido en su conferencia.

"Nuestra historia no es un milagro ni tiene muchísimos milagros. No es una tragedia ni tiene muchísimas tragedias. Es una historia de amor, vocación y servicio. La solidaridad sale de todos lados y es lo que hemos visto en Valencia. Estos son los embriones que hacen que el mundo recupere la confianza en vez de pelearse por quién tiene el problema", ha añadido.

En la tragedia se desarrolló "el potencial de cada uno"​


Zerbino, quien tras la tragedia se ha dedicado a ser empresario, dirigente deportivo y a trabajar con numerosas organizaciones, ha explicado que, a pesar de su currículum, lo más destacado que ha vivido han sido los meses en los Andes, donde "se desarrolló el potencial de cada uno". En una catástrofe, asegura, lo que hay que hacer es "querer hacer algo con pasión y energía".

"Después hay que creer que se puede hacer y después hay que hacerlo. Lo importante de todo ello son las acciones. Hay que confiar en los límites de la mente. Además, aprender a aceptar el dolor y atravesarlo es lo que te da luz en la oscuridad", ha indicado.

De su historia en los Andes, el superviviente ha destacado principalmente dos momentos. Uno de ellos se produjo cuando uno de sus compañeros consiguió subir a la montaña y escuchar, por radio, que las autoridades habían suspendido la búsqueda tras varias semanas ante la complicada posibilidad de que estuvieran vivos: "Quién pudo escuchar eso dijo 'tengo dos noticias: la mala es que se ha suspendido la búsqueda, la buena es que vivir o morir depende de nosotros'".

El segundo de esos momentos se produjo precisamente tras ello, cuando ante la impotencia de que murieran allí, él y otros dos compañeros consiguieron escalar una montaña durante más de día y medio sin dormir, sin zapatos y sin comer. Todo con el objetivo de ver qué había al otro lado: "No teníamos nada que perder porque ya estábamos muertos. Había que probar lo imposible. Cuando estaba caminando me di cuenta que eso no lo estaba haciendo yo, sino una energía más grande. La capacidad del ser humano es ilimitada".

Las recompensas tras volver de los Andes​


Zerbino también ha tenido un momento para celebrar "la recompensa" que supuso su familia tras la tragedia, en los que se volcó y con los que años después hizo una excursión al Aconcagua para homenajear a todo su grupo de compañeros fallecidos. También ha señalado a importantes figuras mundiales, como Nelson Mandela o María Teresa de Calcuta, de los que ha destacado que animaron "a unirse y a la esperanza". Por ello, ha expresado que lo más importante ahora en Valencia es "honrar la vida".

"Frente a los problemas sentimos miedo, angustia, soledad, abandono e impotencia y todo eso nos paraliza porque fuimos víctimas. Lo cierto es que nosotros en la Cordillera solo una noche fuimos víctimas, porque luego dijimos 'ya no más'. Ahí estábamos para solucionar los problemas; hay que aceptarlos y atravesarlos. Ahí estamos siendo 100% responsables y comprometidos, como la gente que hoy ayuda a quitar el barro o a traer papel higiénico", ha asegurado, destacando el hecho de que eso se ha producido, precisamente, en Valencia: "Eso da libertad, seguridad y poder. En la zona cero hoy he conocido a gente que justamente estaba muy agradecida de vivir y que lloraba por ello".

"Construyan ambientes libres de quejas", ha reivindicado a los asistentes: "Nuestra historia es una historia de amor y ese grupo familiar, ese club y ese barrio va a ser muy distinto si se celebra y se comparte y también si se aceptan propuestas, planes y soluciones".

"Todos somos una piedrecita para construir una gran pared", ha aseverado también Zerbino, que ha querido concluir con la frase de otro de sus compañeros supervivientes: "No te quejes de lo que te falta y agradece lo que te queda, pero nunca dejes de luchar por lo que deseas".

Tras el aplauso del público, uno de los vecinos afectados de Paiporta, Jorge, ha compartido su experiencia en la DANA. Como ha narrado, estuvo más de seis horas subido a un árbol: "Vi a mucha gente pasar por delante de mí y no podía ayudarles. Ahora, me faltan manos y me falta todo, pero cuando veo que la gente viene a ayudarnos me emociono y ahora le entiendo, porque he sido superviviente seis horas y no me imagino lo que es ser superviviente 73 días". De igual manera, otro afectado, José, ha cogido el micrófono para agradecer la ponencia de Zerbino y lanzar un mensaje de esperanza: "Has dicho que vosotros salisteis porque eráis uruguayos, nosotros saldremos porque somos valencianos".

 

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