Reuben_Lueilwitz
New member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 57
Me citó David Gistau en una cafetería de Juan Bravo y cuando caí en la cuenta de que no vendían muffins, me pareció que aquel era un mundo en demolición. Pero no me imaginaba cuánto. Gistau había publicado 'Golpes bajos' , aquella novela de boxeo del Madrid quinqui en la que a cada poco aceleraba un Seat Ibiza, y me dijo que se había quitado de Twitter –ahora X– porque no se podía «escribir con 20.000 loros en el hombro». Me acuerdo de Gistau con aquel abrigo largo y la barba de fuego, ahora cuando todo el mundo se va de la red social. En la acción de irse anida la grandeza del que se desposee de la visión de los demás y de su refrendo, y en adelante solo habla para sí mismo, para sus lectores o para su hija cuando se sube en el coche de vuelta del colegio y uno le dice: «Cariño, nos han robado el aburrimiento», y ella no le da a 'like', ni se gira, ni dice «Sí, papá», ni nada. Ah, irse de X parecía una empresa portentosa, pero ahora ya es tarde. Porque para ser elegante, de X había que haberse ido antes, un día al salir de los toros en el baño de El Guarro, y a la francesa, y no ahora montando el lío, de plañidera contra la ultraderecha, perdiendo el culo con la masa y clamando al cielo porque la red se ha convertido en un lugar de desinformación. Como si antes X fuera la biblioteca de Alejandría.«Recuerdo cuando en Twitter se celebraban las muertes de los toreros y los antitaurinos me daban lecciones de empatía picando a mis hijos en un tercio simbólico»Ahora que la gente anda muy ofendida porque uno de Wyoming dice que no cree en Darwin , recuerdo cuando en Twitter se celebraban las muertes de los toreros y los antitaurinos me daban lecciones de empatía picando a mis hijos en un tercio simbólico. A muchos de estos concernidos por las malas formas de la 'altright' les parecía bien cuando me deseaban la muerte los jueves por la tarde y ponían velas a sus dioses justicieros para que me echara mano un toro en la Cuesta de Santo Doming o por maltratador de toros. Soñaban con que mi Macarena quedara justamente huérfana como los pobres terneros cuyas madres yo guisaba y guardo en el altillo seis o siete cajas de banderillas que le han puesto a mi Javier. No es que alguien defendiera una idea descabellada sobre la urgencia del cambio climático, es que celebraban la labor de los terroristas y acusaban a las víctimas de vivir mejor con ETA . Eso no molestaba tanto, ni la gente se iba y ahí caben dos opciones: o es que se han vuelto sensibles o es que estaban de acuerdo. Ahora que les llevan la contraria, ya no están cómodos y dicen que el ambiente no se puede soportar y ansían cielos azules y analógicos. Yo me quedo, pues hay gente expresando ideas diferentes a las mías y algunos puntos de vista tan abyectos que a quinientos kilómetros señalan la posición de un hijo de la gran puta, pero habrá que soportarlos y vivir con ello. De eso se trata.
Cargando…
www.abc.es