
Descubrir cómo acelerar la transición de vehículos pesados y contaminantes a otros eléctricos y eficientes es uno de los grandes restos a los que se enfrenta la movilidad urbana sostenible, según pusieron de manifiesto los participantes en la última mesa redonda organizada por La Información Económica y Acciona sobre nueva movilidad urbana, que analizaron los retos y oportunidades hacia ciudades sostenibles y conectadas. El foro, moderado por Ingrid Gutiérrez, redactora de La Información Económica, contó con la participación de José Ignacio Olazabal, director de Desarrollo de Negocio de Silence (Acciona); José Alfonso Gálvez, director general de Estrategias de Movilidad del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana; María Dolores Ortiz Sánchez, directora general de Planificación e Infraestructuras de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid; May López, directora de Empresas por la Movilidad Sostenible; y Óscar Martínez Álvaro, profesor titular de Transportes del Centro de Investigación del Transporte (TRANSyT), de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Los expertos explicaron cómo las ciudades pueden transformarse para cumplir con las demandas de movilidad urbana, reducir su huella de carbono y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, con tecnologías emergentes, modelos de negocios innovadores y el apoyo de las políticas públicas; examinaron el papel de los vehículos eléctricos, la micro-movilidad y las soluciones de transporte compartido, así como la necesidad de las alianzas y la colaboración público-privada para el éxito de estos proyectos.
María Dolores Ortiz, del Ayuntamiento de Madrid, afirmó que la capital está trabajando por “la electrificación del transporte público y de los vehículos privados, y por fomentar también la micro-movilidad sostenible, los patinetes, las bicicletas y el poder caminar”. Además, apuesta por “la movilidad compartida (car-sharing y moto-sharing) y la recuperación del espacio público para que el peatón disfrute del mismo y viva mejor”.
Según May López, de Empresas por la Movilidad Sostenible, Madrid es un ejemplo para el resto de ciudades en “el uso de tecnología para impulsar una mayor eficiencia en la gestión de la movilidad y en la interoperabilidad de todas las soluciones”. Además, entre las tendencias en este ámbito, citó “las zonas de bajas emisiones, el creciente papel del ciudadano en la gestión del cambio, la colaboración público-privada y entre administraciones, la creciente regulación nacional y europea que impactará en el rediseño de las ciudades, y la necesidad de una logística sostenible como parte integral de la movilidad”. Y es que, como apuntó el profesor de la UPM Óscar Martínez, hemos pasado “de plantear una dicotomía entre dos modelos complementarios, transporte público y coche privado, a poner el énfasis en la necesidad de unos entornos más habitables en los que entran en juego multitud de elementos que forman parte de un problema complejo, que puede abordarse de muchas maneras”.
José Alfonso Gálvez, del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, explicó que, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, existe un programa de entidades locales a través del que se ha dado ayuda a éstas para “la implantación de diferentes medidas encaminadas al cambio modal y a fomentar la transformación digital del transporte público”. Además, se observa “una importante tendencia hacia la ejecución de carriles-bici, la intervención de espacios públicos, la peatonalización y otras actuaciones encaminadas a mejorar el tráfico”.
Por su parte, José Ignacio Olazabal indicó que “desde Silence proponemos una movilidad eléctrica, por lo que fabricamos en España coches y motos de este tipo, pequeños y silenciosos, que además atacan directamente el problema de congestión y falta de espacio de aparcamiento”. Y, por otra parte, “contribuimos a solucionar problemas como la falta de infraestructuras de recarga con baterías extraíbles que se pueden llevar a casa o a estaciones de intercambio de las mismas”.
Principales retos
Los expertos coincidieron en que el despliegue de estructuras de recarga de baterías es imprescindible para la descarbonización del transporte y la movilidad urbana sostenible, un objetivo en el que ya trabaja el Ayuntamiento de Madrid, según María Dolores Ortiz. A ello se suman otros retos como el de “la interoperabilidad de todos los sistemas para que el ciudadano disponga de una información transparente y fiable del transporte público y privado con las mejores opciones viales, la ciberseguridad, la mejora de la calidad del aire, y la adaptación del peatón a la tecnología y la nueva movilidad”. Se trata de un problema complejo, a juicio de Óscar Martínez, que hay que “abordar desde diferentes puntos de vista, acompasando ritmos y conjugando muchos intereses y prioridades”.
En este contexto, la Ley de Movilidad Sostenible “va a dar por primera vez el marco jurídico para entender esta movilidad como un derecho desde una perspectiva muy amplia, considerando no solo el componente físico sino también los factores socioeconómicos vinculados a cada persona”, apuntó José Alfonso Gálvez. Y para hacer factible ese derecho tiene que haber “una financiación relacionada con los servicios de transporte público, la inversión en infraestructuras, carriles bici, renovación de flotas, etc., y donde el fondo estatal de contribución a la movilidad sostenible será también una pieza fundamental”.
José Ignacio Olazabal advirtió de que el desarrollo de infraestructuras de recarga para los coches eléctricos “no va al ritmo que nos habíamos planteado en Europa y, por lo tanto, en España, por eso desde Silence proponemos una solución que no dependa de ella, como es el caso de nuestras baterías extraíbles, intercambiales y que pueden cargarse en cualquier enchufe doméstico”. Además, de acuerdo con un estudio al que se refirió May López, “el 50% de los puntos de recarga pública recaen solo sobre dos operadores de los 80 existentes. Y dar de alta uno de esos puntos puede tardar hasta tres años, lo que triplica o cuadruplica los plazos de otros países europeos”. Entre otros retos, López habló también de “la obligatoriedad de las empresas de tener planes de movilidad al trabajo, que redefinirá la accesibilidad al mismo; y la importancia de comunicar y transmitir a la población mensajes positivos como, por ejemplo, que por primera vez se matriculan más vehículos con enchufe que diésel”.
Democratización del dato
La tecnología es una de las piezas claves de la movilidad sostenible. El directivo de Silence aseguró que “el uso del big data y la inteligencia artificial permite analizar la información que proporcionan los vehículos conectados y conocer la realidad en cada momento”. Pero para ello, “tenemos que facilitar la posibilidad de usar y compartir esos datos con las administraciones públicas y las ciudades”. Por su parte, el responsable del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, abogó por “la democratización del dato”; y recordó que “antes de la pandemia iniciamos un proyecto para caracterizar la situación de la movilidad cotidiana en base a los datos de telefonía móvil, que en la actualidad es ampliamente utilizado tanto por usuarios particulares como por las empresas y el mundo académico”.
Otro de los aspectos que se analizaron fue la amplia regulación relacionada con la movilidad sostenible. En este sentido, López advirtió de que, “aunque son muchas las normativas que han salido en los últimos años, la realidad es que no se están cumpliendo los plazos de aplicación de las mismas”. Por ejemplo, “las zonas de bajas emisiones se tenían que haber establecido en 2023 y el tema todavía está sobre la mesa, la directiva de vehículos limpios debería haberse implantado ya, los puntos de recarga tampoco se están cumpliendo en todos los sitios, por lo que la conclusión es que necesitamos seguridad jurídica y que se cumpla la legislación”. Por su parte, Ortiz aseguró que “en Madrid hemos hecho un esfuerzo regulatorio brutal desde que se aprobó en 2019 la estrategia de sostenibilidad, hemos generado ordenanzas como la de calidad del aire, movilidad sostenible, nuevo plan de movilidad, etc. y las hemos cumplido”.
Entre los obstáculos regulatorios, Olazabal se refirió a algunos relacionados con las subvenciones al vehículo eléctrico. “El sector demanda una ayuda clara y directa, que se dé en el momento de la compra y que no se dilate en el tiempo como está sucediendo ahora, porque crea dudas e incertidumbre”. Otro tema importante es “homogeneizar las normativas locales y que se facilite el uso de estos vehículos en las ciudades”. Por otra parte, en opinión de Martínez, para facilitar la movilidad sostenible es necesaria “una coordinación vertical entre comunidades autónomas y entidades locales y también una horizontal, porque a veces nos encontramos municipios con ordenanzas contradictorias, que pueden generar confusión”.
Calidad de vida e inclusión
El transporte es uno de los principales vectores que afectan a la calidad del aire, por lo que “el Ayuntamiento de Madrid fomenta un transporte público de calidad y limpio”, afirmó Ortiz, quien añadió que “también estamos trabajando intensamente para garantizar el acceso al transporte público a todas las personas que tengan algún problema de movilidad”. Para Gálvez, “conseguir una buena calidad del aire y una descarbonización nos tiene que llevar una reflexión muy amplia, donde la implantación de zonas de bajas emisiones y las ordenanzas municipales nos van a permitir un cambio modal”. Asimismo, “es importante terminar de adaptar la accesibilidad e inclusión en las ciudades”.
López propuso “reordenar la movilidad potenciando un uso más racional y eficiente de la misma, aprovechando también el teletrabajo y potenciando la seguridad del peatón; además de mejorar la accesibilidad e integrar a todo tipo de colectivos de forma eficiente”. Mientras que Martínez dijo que “hay que prestar atención a todas las modalidades, incluida la movilidad compartida, el transporte público y el vehículo eléctrico”, pero añadió que “también debe tenerse en cuenta al peatón”, y auguró un futuro con “soluciones de movilidad cada vez más sofisticadas y flexibles”.
Finalmente, Olazabal señaló que para garantizar la sostenibilidad hay que dar acceso a tecnologías limpias. “Desde Silence y Acciona proponemos una movilidad eléctrica y una micro-movilidad de acceso tanto privado como en formato de alquiler momentáneo, por minutos, horas, días o meses, en función de lo que cada uno necesite”. Además, indicó que “actualmente estamos en pleno lanzamiento del S04, nuestro nanocar que reduce la huella física porque es un coche verdaderamente pequeño, que se puede aparcar en cualquier sitio, y que podría ser también un vehículo compartido, por lo que ayudará a mejorar la movilidad sostenible”.
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