Vecinos de Cártama tapian sus casas por miedo a las riadas: «Lo perdí todo hace 15 días»

Registrado
27 Sep 2024
Mensajes
118
paqui-tapia-casa-RxR7TPmGePQueD7ojaSKNlL-758x531@diario_abc.jpg

En la barriada de Doña Ana en Cártama (Málaga) arrecia la lluvia este miércoles. Cae con intensidad y los vecinos levantan muros en las puertas de sus casas, pequeñas tapias para cortar el acceso del agua. Hay miedo a otra riada . «Lo perdí todo hace 15 días. Me quedé con lo puesto. Todo lo que tengo en mi casa me lo han dado. No me quedó nada», señala a ABC Paqui Pérez, una vecina de esta barriada por encima de la tapia. Reconoce que ésta vez a elevado el pequeño muro. «La otra vez lo saltó. Ahora si se desborda el río espero que no me entre «, añade esta vecina, cuyo exmarido acaba de enyesar las juntas. Por ahora no se han comunicado desalojos. Protección Civil avisó que por seguridad se aconsejaba irse de la barriada. »Nadie nos obligó a irnos«, añade. Las imágenes del centro de Málaga inundado, así como de La Axarquía o de varias zonas de la Costa del Sol no son halagüeñas. Se mira de reojo al río Guadalhorce, donde en su ribera ya se ha desalojado a 3.000 personas , pero que está tranquilo a su paso por Álora. Los desalojos siguen en Campanillas, cerca de la barriada de Doña Ana en Cártama, donde algunos vecinos tratan de resistir. Casa con tapias en la puerta J.J.M.En la calle Emilia Pardo Bazán ya casi que no quedan vecinos. Muy pocos. De las cinco casas que hay en la zona solo queda un pareja y el padre de la chica. «Claro que tengo miedo. El río no está limpio y baja con ramas y toda clase de basura, por eso se desborda. La última vez faltaron dos dedos para que saltar la tapia. En el garaje la saltó y entró por debajo de la puerta. Tuvimos que tirarlo todo«, explica Manuel Rodríguez, que ha llevado a sus perros a una terraza para que no corran peligro. La hija de Manuel explica que el agua se filtra por las paredes y por todos lados. Por eso, aunque tienen el muro en la puerta dicen que no han parado de quitar fango en los últimos días. « Me tiré cinco horas poniendo toallas para que no se filtrara por la juntas. El agua entra por la paredes y por todos lados«, señala el yerno de Manuel. En esa misma calle, ya no quedan vecinos. Después de la última riada en la que algunos pasaron miedo y casi pierden la vida, la mayoría han abandonado el lugar. No quedan vecinos en la zonas más cercanas al río. Las personas mayores se han ido con los hijos y los quedan tratan de resistir.

 

Miembros conectados

No hay miembros conectados.
Atrás
Arriba