Herbert_Haag
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Aunque para gran parte de la sociedad las alergias se identifiquen con la primavera y su revolución polinizadora, la realidad es que se trata de una enfermedad presente durante todo el año y que afecta prácticamente a un cuarto de la sociedad. También en invierno. Sólo en Andalucía hay un 25 por ciento de la población que sufre algún tipo de alergia, ya sea ambiental o alimentaria.El aumento en los últimos años está siendo exponencial. Desde la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica (Alergosur) explican que uno de los motivos son las mejoras en el diagnóstico, que afina más en la identificación. Pero especialmente se debe al estilo de vida actual, con los progresivos cambios en la alimentación; la exposición a contaminantes ambientales tanto en el exterior como en el interior del domicilio o el lugar de trabajo y, como no, al cambio climático.En ese sentido, apuntan desde Alergosur , el clima mediterráneo que define a buena parte de Andalucía «favorece largos periodos de polinización», entre otras cuestiones por unos inviernos que no llegan a ser totalmente fríos, o no por mucho tiempo, y también por la humedad que suele estar presente en los hogares durante todo el año, lo que «propicia ácaros del polvo». Hay que tener en cuenta que este es uno de los principales alérgenos respiratorios en el sur de España. También se está registrando un considerable aumento de pacientes alérgicos al veneno de abeja debido a que Córdoba y Málaga son dos de las zonas apicultoras más pujantes de todo el territorio nacional. Si bien el período más activo de estos insectos —o de las avispas— es la primavera y el verano, los encuentros con himenópteros, y la consiguiente posibilidad de recibir una picadura, no están exentos durante el resto de meses. Andalucía tampoco escapa a la tendencia generalizada a nivel mundial de tener mascotas de pelo en los domicilios, lo cual es una fuente de alérgenos —al epitelio — que deja síntomas en cualquiera de las cuatro estaciones.Esta suma de factores también está generando un nuevo problema creciente: ser polialérgico . La situación no debe ser tomada a la ligera, pues los especialistas recalcan que es una enfermedad «compleja, grave y que puede poner en riesgo la vida de los pacientes» en los casos más extremos.La forma en que se manifiesta, con implicación a distintos órganos y sistemas del cuerpo, es un handicap añadido. Así lo advierten los alergólogos, que conocen de primera mano como el paciente es derivado desde Atención Primaria a otras ramas sanitarias por presentar síntomas respiratorios. Hasta que el historial se reconduce hacia la consulta de Alergología el enfermo pierde un tiempo muy valioso. Ciprés, ácaros y humedadDesde la sociedad médica recalcan que el invierno también puede ser sinónimo de alergias. Por ejemplo, la que provoca el polen de ciprés , un árbol cada vez más extendido en las ciudades y zonas residenciales de Andalucía que tiene su período de polinización entre el final del año y los meses de enero y febrero. De hecho, hace un par de temporadas fue especialmente intenso, hasta el punto de que llegaran a generarse una especie de nubes que parecían un tipo de calima pero que, en efecto, eran polen de ciprés. En el caso concreto de Almería, esta acción natural recoge el testigo de la parietaria , un arbusto de polinización mayoritaria entre junio y agosto pero que permanece en flor desde febrero a noviembre.La Navidad y las reacciones alérgicas alimentarias Las fiestas del final y el inicio del año comprometen especialmente la salud de las personas con alergias o intolerancias alimentarias. La rutina se rompe y es muy frecuente comer en la calle o optar por platos preparados y/o precocinados. Desde Alergosur inciden en revisar el etiquetado de los productos, sus ingredientes y las posibles trazas. Junto al marisco, la alergia a los frutos secos es de las más frecuentes, y estos forman parte de infinidad de dulces propios de la época como son los turrones y mantecados. Por eso, los expertos piden llevar en todo momento el «kit de emergencia», especialmente cuando el que sufre los síntomas es un niño.La navidad, por tanto, es un período en el que hay que mantener las precauciones si se tiene esta afección. Los expertos aconsejan llevar siempre consigo los inhaladores o antihistamínicos que formen parte del tratamiento de la rinitis o el asma bronquial dados los habituales desplazamientos para celebrar eventos familiares o con amigos. No hay que olvidar que la condición respiratoria del alérgico se puede agravar por los cambios de temperatura y los ambientes cargados de humo . Una cuestión que se puede pasar por alto es que las personas que sufren reacción a los ácaros pueden notar complicaciones debido al polvo acumulado en los adornos navideños, que seguramente se han guardado sin ser previamente limpiados. Los alergólogos recomiendan repasarlos con un trapo humedecido o, si es un árbol artificial, incluso lavarlo antes de colocarle las luces y demás ornamentación. Si el árbol es natural, obviamente no habrá acumulado polvo, pero es bastante probable que tenga cierta presencia de hongos de la humedad. La otra herencia de la DANAEste invierno será especialmente duro en las zonas más azotadas por la gota fría que protagonizó el tramo central del otoño. Aunque los estragos no han llegado al nivel de los sufridos en Valencia, las viviendas, locales, garajes, graneros y demás construcciones anegadas en Andalucía pueden ser foco de un aumento de la humedad si no reconstruyen, aíslan o impermeabilizan convenientemente. Desde Alergosur no descartan «un aumento en los próximos años de pacientes con alergia respiratoria por sensibilización a esporas de hongos en las zonas que se han visto más afectadas» pues cabe esperar «un aumento y un cambio en la diversidad y especies de hongos de interior y de exterior».
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