Una ruta exquisita camino de Venecia

nathanial59

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Johann Wolfgang von Goethe, cuya especialidad era narrar la vida en la muerte, descubrió Vicenza un 19 de septiembre de 1786. Llegaba de Verona y en su imaginación ya comenzaba a expoliar de cadáveres el lado oscuro de la historia, las noches de la antigüedad, y a manipular sus mitos clásicos. De repente, su mirada se precipitó sobre los edificios de Palladio, que ya conocía gracias al tratado del gran estudioso de su obra Bertotti Scamozzi: “Esta arquitectura está hecha para colmar la mirada con su grandeza real y su corporeidad. La bella armonía de sus dimensiones sosiega nuestro espíritu”, apuntó en su diario. A Goethe le impactan las columnas, porque “la máxima dificultad con que [Palladio] debe luchar es el uso justo de las columnatas en sus edificios civiles, ya que unir columnas y muros es siempre un contrasentido”. Del espectacular Teatro Olímpico escribe: “Parece de otro tiempo, está realizado en pequeñas proporciones y es de una belleza inefable, pero respecto a nuestros teatros me hace pensar en un niño aristocrático y bien educado frente a un experto hombre de mundo”. Ese mismo día, el escritor sale de excursión al campo y visita la espléndida Villa Rotonda: “Puede que la arquitectura no haya creado nada más lujoso”, aunque, opina, las estancias “todavía no eran las adecuadas para los ratos de asueto de una familia señorial”.

El arquitecto más romano desde la época romana nació hace 500 años en Padua; su obra sienta las bases de la fusión de lo público y lo privado, lo civil y lo religioso
Influido por los círculos humanistas del imperio veneciano, Palladio llevó a la realidad la imagen ideal de una nueva Arcadia. Así, las obras que mayor fama le dieron fueron las 'residenze di campagna'

Andrea di Pietro dalla Góndola, hijo de un molinero que transportaba el trigo hasta Venecia por lagunas y canales -de ahí su apellido-, fue el arquitecto de más perenne influencia a través de los siglos. El llamado palladianismo sobrepasó todas las fronteras estéticas impuestas por la época e irrumpió no sólo en el ámbito geográfico del Mediterráneo, sino también, y con la misma intensidad, en Holanda, Alemania, Escandinavia y el Este europeo, constituyendo además el germen de la arquitectura y el mobiliario inglés entre los siglos XVII y XIX.

El arquitecto más romano desde los tiempos de los romanos nació hace exactamente 500 años, en 1508, en Padua, y murió en Vicenza en 1580. Todo su legado cabe en un radio de 50 kilómetros: casas, palacios, villas, iglesias y hasta un puente de madera en la bellísima ciudad de Bassano di Grappa. Palladio no sólo supo darle actualidad al arte arquitectónico de la antigüedad, sino que también intentó imitarlo y dotarlo de una validez general y eterna.

Gracias a sus edificios, la ciudad que le adoptó, Vicenza, fue un salón refinado, el símbolo de la renovación de la nobilitá ciudadana. Al servicio de los señores feudales, este arquitecto, que pasó de cantero a mensajero de la diosa protectora de las artes Pallas (para adoptar su apellido), se propuso reflejar en sus casas y palacios todo el esplendor de la antigüedad y el Renacimiento de Roma, desde sus termas, el Panteón, el teatro de Marcello hasta el Belvedere, San Pedro, el templete de Bramante o los palacios de Rafael. La arquitectura de Palladio, precursora del barroco, sienta las bases de la fusión entre lo público y lo privado, lo civil y lo religioso. Su sello: los órdenes de columnas en la fachada y el frontón triangular.

Cuatro iconos renacentistas​


Por todo ello, Vicenza es una ciudad de autor. Decenas de palacios y sus cuatro joyas de la arquitectura renacentista -la basílica Palladiana (o Palazzo della Ragione), su primera obra magna de juventud; la Logia del Capitanato, el Palazzo Chiericati (sede del museo cívico) y el teatro Olímpico (el teatro más antiguo de Europa)- también han hecho de ella un escenario cinematográfico. Aquí filmó Visconti su exquisita Senso.

Influido por los círculos humanistas del imperio veneciano, Palladio llevó a la realidad la imagen ideal de una nueva Arcadia. Y así, las construcciones que mayor fama dieron al arquitecto fueron las residenze di campagna, construidas para los vicentinos y la aristocracia veneciana, a las que se podía llegar atravesando el canal del Brenta (la carretera N-11 sigue el canal en casi toda su longitud). Estas villas nacieron para asegurar el abastecimiento agrícola de los señores de la República, que, temiendo perder el dominio del mar, vuelven su mirada a la terra ferma. Emerge así un modelo inédito de hacienda agrícola que da lugar a una nueva generación de latifundistas. Andrea Palladio supo interpretar los ideales clásicos y la exigencia de los nuevos gentilhombres del campo, portadores de una refinada cultura ciudadana.

Pero el viaje al mundo de Palladio no debe empezar en el campo, sino en su ciudad natal, Padua, la misma de san Antonio, Giotto y Galileo. También llamada la ciudad de los tre senza (los tres sin) por su café sin puertas (el Pedrocchi, abierto las 24 horas), el prado sin hierba (era la plaza di Prato della Valle, con forma ovalada, la más grande del mundo después de Tiananmen) y el santo sin nombre (obviamente, San Antonio, que los paduanos llaman sencillamente Il Santo).

Una de las máximas expresiones de la arquitectura civil europea, el palacio de la Razón o Salone, se levantó a principios del siglo XIII como tribunal de justicia y sala consistorial. El enorme salón principal estaba decorado con frescos de Giotto, pero se quemaron en un incendio en 1420 (la obra magna del padre de la pintura occidental se encuentra no muy lejos de allí, en la Capella degli Scrovegni). En un extremo destaca una copia en madera del célebre caballo de Gattamelata, de Donatello, cuyo original se halla a la entrada de la basílica de San Antonio. En el Salone se puede ver estos días lo más representativo de la llamada Scuola orafa di Padova, el mejor conjunto de orfebrería moderna del mundo, con los trabajos de 18 creadores de la denominada Escuela del Oro (hasta el 3 de agosto de 2008).

La cátedra de Galileo​


El Palazzo del Bo, construcción renacentista situada cerca de la antigua calle de las carnicerías, alberga hoy la Universidad de Medicina. En la llamada Sala de los Cuarenta tuvo su cátedra de física Galileo Galilei durante 18 años (1592-1610). También se puede visitar la Sala de Anatomía (1594), el primer teatro estable del mundo (antiguamente, para asistir a las autopsias se construían escenarios desmontables). Se trata de una estructura de madera con forma de cono al revés y planta elíptica, con seis órdenes concéntricos de peldaños que se elevan alrededor de la mesa de anatomía. En una hornacina, sobre la base de una de las dos amplias escalinatas de este palacio, vive escondida la estatua de Elena Lucrecia Cornaro Piscopia, la primera mujer graduada en el mundo, que en 1678 consiguió la licenciatura de Filosofía.

LAS VILLAS Villa Godi​


(LONEDO DI LUGO, 1537)

La primera villa autógrafa de Palladio, un edificio típico de la campagna veneta, está situada en el valle de Astico, a 28 kilómetros al norte de Vicenza, en un altozano con unas vistas espectaculares. No había nacido todavía el Palladio romano, más bien era el quatroccentista. Pero la Godi contiene el germen del nuevo concepto de residencia de campo. Lo más característico de la fachada es su parte central, incrustada entre dos resaltos laterales. En contraste, las laterales sobresalen del resto del edificio. El jardín es un hemiciclo que rodea una fuente.

Villa Barbaro​


(MASER, TREVISO, 1558)

Para los poderosos hermanos Marcantonio y Daniele Barbaro, Palladio diseña un lugar de reposo y estudio, síntesis de templo y vivienda. Es el comienzo de la construcción a lo moderno en gran escala. La fachada está dotada de un orden de columnas colosal, jónicas. Para los Barbaro, la posibilidad de levantar una villa cerca de una fuente era de vital importancia. Así, el nymphaeum, dotado de un sistema hidráulico muy avanzado para la época, expresaba la relación entre los elementos celestiales y terrenales. Su contenido simbólico se desarrolla en la iconografía de la villa y afecta a toda su configuración. Los relojes de sol, decorados con símbolos astrológicos y empotrados en superficies cuadradas, le dan al edificio un fasto sagrado. En el interior, los frescos atribuidos a Veronés son lo que llamaríamos hoy realidad virtual, una pintura de fuerte carácter ilusorio que se extiende por todas partes. El Tempietto Barbaro, a pocos metros de la villa, fue la última construcción de Palladio. En este pequeño panteón romano parece que el maestro murió a pie de obra.

Villa Foscari​


(MALCONTENTA DI MIRA, VENECIA)

Del mismo año que la Barbaro, la llamada Malcontenta debe el sobrenombre a una dama de la familia y al lugar donde se levantó, un antiguo foco de paludismo. Su fachada, provista de un imponente pórtico, está orientada hacia el norte y no hacia el río, contra toda tradición. Esta villa-templo está construida sobre un gran zócalo, ofreciendo un aspecto majestuoso al visitante que se acerca por el canal del Brenta. El orden arquitectónico de la fachada principal es retomado en la pintura de la sala principal, cruciforme, que recibe la luz del sur, con columnas pintadas de orden jónico que enmarcan figuras alegóricas y arquitecturas fingidas. Los frescos son de Giambattista Zelotti.



Villa Emo​


(FANZOLO DI VEDELAGO, TREVISO, 1558)

Construida sobre una ciénaga para la explotación agrícola del maíz, esta villa se levantó como símbolo de prosperidad económica de la familia Emo. El edificio renuncia a toda ostentación, con sobrias columnas toscanas en una loggia que no sobresale del centro del edificio, que está elevado sobre el nivel del suelo, al contrario que las alas destinadas a los pabellones y graneros.

En la Villa Emo se aplicó el principio de que sus proporciones debían corresponder a la cantidad de las cosechas obtenidas, que sin duda tuvieron que ser considerables, ya que las alas laterales son de una longitud poco usual. Los frescos del interior, de nuevo de Zelotti, representan alegorías de las diferentes artes y del ideal humanista.

Villa Capra Valmarana, también llamada La Rotonda​


(VICENZA, 1566)

Il Capolavoro, la obra más célebre de Palladio, una suerte de villa ideal enclavada sobre una colina a las afueras de Vicenza. El arquitecto la consideraba un palacio de ciudad y no una casa en el campo. Propiedad de un cardenal en horas bajas, la villa fue concebida como un lugar de retiro, pero también de celebración, íntima pero de sublime belleza. Palladio creó un monumento a la arquitectura y a los ideales del Renacimiento, modeló la residencia del hombre de Iglesia como un templo y le dio un aire de sacralidad utilizando volúmenes puros y simbólicos, como el cubo y la esfera.

La planta central es de una simetría absoluta, con loggias en todas las fachadas. Se comenzó a construir en 1566. En 1580, a la muerte de Palladio, no se había acabado todavía. La terminó Vicenzo Scamozzi, 40 años más tarde, si bien con variaciones respecto al proyecto original. La villa cuenta con imitadores en todo el mundo. Para la adaptación de la ópera de Mozart Don Giovanni, el director de cine Joseph Losey utilizó este equipamiento y sus alrededores. La escena de la Madamina es, sencillamente, rotonda.

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