Una brava y encastada corrida de Victorino

  • Iniciador del tema Iniciador del temaytromp
  • Fecha de inicio Fecha de inicio

ytromp

New member
Registrado
27 Sep 2024
Mensajes
45
El gran espectáculo de la tarde llegó en el quinto. Serio por fuera y muy serio de comportamiento por dentro. Cumplidor en varas, sin más, tardón en banderillas y entregado en la muleta cuando había entrega de su matador, Manuel Escribano. Descolgado el toro a las primeras de cambio, para la muleta fue como echar una moneda al aire: faena a cara o cruz. No fue una labor ligada, pero emocionante en todo momento. Por el lado izquierdo el toro se ofrecía con las dificultades propias de un toro encastado y bravo, que humillaba buscando muleta y cogiéndola con ganas. Escribano le mantuvo el pulso al victorino, aunque un desarme no bajó de tono una faena con el público muy por la causa. Para darle mayor emotividad, una voltereta, sin consecuencias, terminó de poner el acento a una labor de gran calado en el tendido. Fue trabajoso cuadrar el toro, pero la estocada final, en todo lo alto, contundente y efectiva, desató el delirio. Se pidieron las dos orejas, pero no se comprendió muy bien que solo se le concediera una. Al toro se le dio la vuelta en el arrastre en medio de una ovación atronadora.

Al hermoso y cornalón primero le hizo Rafaelillo una faena de torero veterano: con poso, con cierto aire lidiador, de poca galería. El toro acusó el excesivo castigo recibido en varas y, aunque algo corto de embestida, se dejó llevar incluso con gotas de calidad. Una serie sobre la derecha y otra final con la izquierda fueron lo mejor de una labor fiel a su estilo.

El cuarto fue un inválido de principio a fin. Protestado en los tres tercios, llegó a las manos de Rafaelillo sin resuello, como una piltrafilla. No hubo manera de enderezar aquello y el murciano tuvo que abreviar visto lo visto.

De escasa cara el segundo, también de trapío más que justo, salió renqueante para recuperarse a partir del segundo tercio. También le dieron en varas, pero encastado este de Victorino no se lo puso fácil a Escribano por el pitón derecho. Por el izquierdo fue otra cosa: con mayor recorrido, aunque mirando siempre de reojo a su matador. Lo llevó largo Escribano al natural, insistente siempre y pisando terreno prohibido. Un susto casi al final de la faena y una estocada defectuosa acabaron con el capítulo.

Tampoco sobrado de fuerzas, como el resto de la corrida, el tercero, pero un toro con muy buen fondo, con clase. Y humillador al tomar la muleta. Borja Jiménez se lo pasó siempre con mucho ajuste, metiendo al toro en la franela. Una faena de muletazos justos, ni faltaron ni sobraron. Y al natural, dos versiones de muy rica interpretación: cargando la suerte o a pies juntos. Todo muy sincero y de enorme decisión. Pero se precipitó a la hora de matar y se esfumó el triunfo.

Se empleó y empujó con clase el sexto y fue obediente en la muleta, aunque le molestaran las cercanías con las que lo toreó Borja Jiménez. Con mucho arrojo, buscándole las vueltas al toro, el torero sevillano se empleó a fondo aunque no lograra lucimiento. El toro, que poco a poco se aprendió la lección, se puso algo impertinente al final, y Borja Jiménez optó por no alargar la faena. Una oreja generosa.

Seguir leyendo

 

Miembros conectados

No hay miembros conectados.
Atrás
Arriba