Un paseo al aire libre para los ingresados en la UCI del Hospital Infanta Sofía, de San Sebastián de los Reyes

Casey_Botsford

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La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de un centro hospitalario es siempre un lugar difícil, donde se intenta rescatar de la muerte a los pacientes más graves, o recuperar a los que están en estado crítico. Algunas personas tienen que pasar allí semanas, e incluso meses, una situación que puede dar lugar a diversos grados de deterioro, desde desorientación a delirios. Para mejorar la salud física y mental de estos pacientes , en el Hospital Universitario Infanta Sofía llevan un tiempo aplicando una terapia singular: sacar a pasear a algunas de estas personas, para que disfruten del sol y el aire durante unas horas.Cristina Bayón, médico adjunto del servicio de medicina intensiva del Infanta Sofía, es una de las responsables de esta fórmula, y lleva aplicándola cerca de dos años. «Imagine lo que es estar seis meses encerrados en una habitación». Por eso, se pensó en seleccionar a determinados pacientes para estos paseos. «Los que están muy graves, o en los primeros días del ingreso en UCI, es complicado incluso llevarles a hacer pruebas, y suelen estar sedados; pero más adelante, resulta más fácil».Según explica Bayón, se aplica sobre todo a personas que lleven un mínimo de 15 días ingresados, «aunque lo más habitual es que lleven en torno a un mes». Hay quien incluso se pasa en la UCI dos meses, o «hasta seis; pasó mucho con el Covid». Unos periodos tan extensos que no es extraño que los pacientes vivan situaciones estresantes, como desorientación temporal, despersonalización, falta de memoria, alucinaciones o delirios.Noticia Relacionada estandar No Madrid abrirá antes del verano próximo la cuarta torre del Hospital Infanta Sofía Sara Medialdea La infraestructura, terminada desde la inauguración del centro sanitario en 2008, nunca ha entrado en servicioPara los paseos, indica la doctora, se incluye a pacientes que estén estables y «no dependan de máquinas para respirar», aunque algunos han salido con ellas. Suelen estar encamados, pero «han salido también con sillas de ruedas, unas especiales que tenemos acondicionadas, con sitio para el monitor de las constantes vitales, para el oxígeno, etc.».Los paseos duran entre 30 minutos y una hora, y durante los casi dos años que llevan haciéndolos, habrán pasado por ellos unos «30 o 40 pacientes», de unos 300 que ingresan al año en la UCI del Infanta Sofía, sin que se haya producido ningún tipo de complicación: «Nada importante, salvo algún mareo o cosas así», informa. Los paseos se hacen en días alternos, en función también de las condiciones meteorológicas.La doctora Bayón apunta que este tipo de terapias tienen su origen en «los movimientos de humanización de la medicina, que son muy potentes en cuidados intensivos». Existe un protocolo específico del Servicio Madrileño de salud (Sermas) y la propia Bayón ha intervenido en numerosos congresos sobre el tema. «En los países anglosajones se viene haciendo desde hace tiempo; en España vamos con un poco de retraso, pero cada vez se va haciendo en más lugares».«Estos paseos ayudan a disminuir ansiedad, depresión y alucinaciones; los pacientes están más positivos y motivados»Eso sí, requiere de un esfuerzo del centro hospitalario, porque «es necesario dedicar mucho personal: para mover a un paciente, hace falta un médico, una enfermera y un celador, y mientras dura el paseo, dejas sin ese personal a la UCI».Para sacar a pasear a los pacientes, comenzó a utilizarse «la puerta principal, que está más alejada de la UCI, pero con los pacientes que estaban mejor de salud. Con los que presentan más problemas, se usa como alternativa otra salida a la calle que está más cerca de la unidad. Ahora, «gracias a que el hospital y la Consejería de Sanidad piensan más en la humanización, se ha abierto una terraza en una de las torres», la número cuatro, «con unas vistas espectaculares, zona de sombras, etcétera».Es para pacientes que estén estables y no dependan de máquinas para respirar, que salen encamados o en silla de ruedasCuando llega el invierno, y las temperaturas bajan, se han buscado alternativas para que estos pacientes puedan tener su 'respiro': «Vamos a una zona del hospital que tiene unos ventanales muy grandes y unas vistas muy bonitas, y les tenemos ahí». El caso es utilizar el sol, el aire cuando se puede, y el cambio de ambientes, como recarga de energías.Ya existen estudios sobre la relación de este tipo de terapias al aire libre en pacientes críticos y una disminución de problemas de salud: «Cuando llevan mucho tiempo ingresados, pierden la noción del tiempo y el espacio, que son cosas que enlentecen la recuperación. Estos paseos ayudan a disminuir la ansiedad, la depresión y las alucinaciones; los pacientes están más positivos y tienen una motivación muy fuerte», relata la doctora Bayón.Y otro efecto casi inmediato: «Les cansa bastante salir: vienen de llevar muchos días en la cama, y eso atrofia los músculos. Por eso, el exceso de estímulos les agota, y luego duermen mejor. Lo cual resuelve otro de los problemas que se da en la UCI, que es el del insomnio», explica. madrid_dia_0703Durante los paseos, el paciente puede estar acompañado de sus familiares -lo que le permite, por ejemplo, interaccionar con los niños de la familia, que no tienen autorizada la entrada en la UCI- e incluso de sus mascotas. La iniciativa de la doctora Bayón está resultando muy popular: «En las encuestas de satisfacción que hacemos, siempre la mencionan los pacientes», comenta. Incluso han recibido un premio por ella, el galardón Uccinnova de la farmacéutica Chiesi, por tratarse de un proyecto innovador encaminado a promover el bienestar del paciente y sus familiares.

 

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