Fue pintado en el siglo XVI, en Venecia. Hay constancias de que el cuadro integró reconocidas colecciones en el siglo XIX, cuando fue exhibido en Londres, en 1894. Diez años después fue subastado en Bruselas. En la década de 1930 cruzó en barco el océano Atlántico y llegó a la Argentina, donde fue donado al Museo de Bellas Artes ubicado en La Plata, a 50 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Allí permaneció arrumbado en un depósito. Un estudio realizado por científicos argentinos acaba de concluir que la autoría de la obra corresponde a Jacopo Comin (1518-1594), conocido como Tintoretto, el célebre pintor manierista veneciano.
El cuadro es un óleo sobre tela de 140 por 118 centímetros, un retrato del militar Melchior Michael (1489-1572), también veneciano, procurador de San Marcos. Tintoretto, autor de El Paraíso y La última cena, entre otras famosas obras, lo habría pintado entre 1562 y 1565. A Jacopo Comin lo apodaban “el furioso”, pero pasó a la historia por el sobrenombre que heredó de su padre, un comerciante que teñía paños de seda. “El Shakespeare de la pintura”, lo llamó la escritora Virginia Woolf.
El Retrato de Melchior Michael arribó a Argentina en manos de Sara Wilkinson de Santamarina y Marsengo (1870-¿1962?), una aristócrata que durante sus viajes por Europa había comprado diversas obras pictóricas, atribuidas a reconocidos artistas como Francisco de Goya (1746-1828) y Henry Raeburn (1756-1823). El retrato pintado por Tintoretto lo adquirió en París, en una venta del galerista Charles Sedelmeyer. La llegada de la colección de Wilkinson al puerto de Buenos Aires está registrada en octubre de 1932. Un mes después, ella donaba seis de esos cuadros al Museo platense.
El pintor argentino Emilio Pettoruti (1892-1971) era entonces el director del Museo que hoy lleva su nombre. Pettoruti nunca creyó en la autoría asignada a los cuadros donados y los destinó al depósito. En su autobiografía, publicada décadas después, contó que clasificó un centenar de obras en tres categorías: “Las obras buenas, las regulares y aquellas que no se expondrán jamás. Entre estas había dos cuadros donados por no recuerdo quién, uno que se atribuía a Tintoretto y otro que se decía de Goya, dos cuadros mediocres que descubriría un miope a cien metros de distancia; los clasifiqué, por hacerlo de algún modo, como pertenecientes respectivamente a las escuelas de Tintoretto y de Goya”.
Con esa lapidaria definición, la obra atribuida a Goya nunca fue expuesta en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti, mientras que la de Tintoretto apenas fue incluida en algunos catálogos y en exposiciones como muestra de retrato histórico. Hasta que en 2022, como parte de las celebraciones del centenario del Museo, su director, Federico Ruvituso, resolvió iniciar un proceso de revisión y catalogación del patrimonio pictórico de la institución. En ese marco, se firmó un acuerdo de cooperación entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (Conicet) y el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. Un equipo del Centro de Química Inorgánica “Dr. Pedro J. Aymonino” se dedicó específicamente a investigar el retrato de Tintoretto.
El equipo de investigadores —integrado por Rosana Romano, Julieta Pellizari, Carlos Della Védova y Lorena Picone, entre otros— tomó muestras microscópicas de regiones dañadas y no visibles de la tela y las sometió a un análisis espectroscópico y químico. El estudio determinó que los pigmentos utilizados en la pintura incluyeron cinabrio, blanco de plomo, calcita, yeso y negro de humo, entre otros, cuya circulación en Venecia en el sixlo XVI se pudo constatar. “La correlación entre los pigmentos utilizados en el cuadro y los reportados para la obra de Tintoretto es significativa”, señalaron los investigadores. También encontraron un barniz presente en otras obras de Tintoretto. Con rayos X se halló una figura hoy ausente en la obra.
Los datos conseguidos en el laboratorio fueron complementados con una pesquisa histórica. Los investigadores lograron documentar que Tintoretto y Melchior Michael tuvieron una relación estrecha y que al menos dos veces se le encargó al pintor un retrato del militar y procurador. También hallaron constancias suficientes sobre el posterior recorrido del retrato en Europa hasta su arribo a La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires. En ese trayecto, los investigadores determinaron que el cuadro fue expuesto en la Gran Exposición de Arte Veneciano, en Londres, en 1894; y que integró la reconocida colección de Leon Zomzée, subastada en Bruselas en 1904. “En conclusión, con base en los datos aquí presentados, apoyamos firmemente la atribución del cuadro a Tintoretto”, definieron los investigadores. El resultado de la investigación fue publicado la semana pasada en la revista científica Journal of Molecular Structure.
Ahora el Museo prepara la presentación pública del cuadro, prevista durante la feria de arte contemporáneo “La Plateada”, que se hará a principios de noviembre próximo. El siguiente objetivo será determinar si es verídico el cuadro atribuido a Goya que, por décadas, permaneció en el depósito junto al retrato de Tintoretto.
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El cuadro es un óleo sobre tela de 140 por 118 centímetros, un retrato del militar Melchior Michael (1489-1572), también veneciano, procurador de San Marcos. Tintoretto, autor de El Paraíso y La última cena, entre otras famosas obras, lo habría pintado entre 1562 y 1565. A Jacopo Comin lo apodaban “el furioso”, pero pasó a la historia por el sobrenombre que heredó de su padre, un comerciante que teñía paños de seda. “El Shakespeare de la pintura”, lo llamó la escritora Virginia Woolf.
El Retrato de Melchior Michael arribó a Argentina en manos de Sara Wilkinson de Santamarina y Marsengo (1870-¿1962?), una aristócrata que durante sus viajes por Europa había comprado diversas obras pictóricas, atribuidas a reconocidos artistas como Francisco de Goya (1746-1828) y Henry Raeburn (1756-1823). El retrato pintado por Tintoretto lo adquirió en París, en una venta del galerista Charles Sedelmeyer. La llegada de la colección de Wilkinson al puerto de Buenos Aires está registrada en octubre de 1932. Un mes después, ella donaba seis de esos cuadros al Museo platense.
El pintor argentino Emilio Pettoruti (1892-1971) era entonces el director del Museo que hoy lleva su nombre. Pettoruti nunca creyó en la autoría asignada a los cuadros donados y los destinó al depósito. En su autobiografía, publicada décadas después, contó que clasificó un centenar de obras en tres categorías: “Las obras buenas, las regulares y aquellas que no se expondrán jamás. Entre estas había dos cuadros donados por no recuerdo quién, uno que se atribuía a Tintoretto y otro que se decía de Goya, dos cuadros mediocres que descubriría un miope a cien metros de distancia; los clasifiqué, por hacerlo de algún modo, como pertenecientes respectivamente a las escuelas de Tintoretto y de Goya”.
Con esa lapidaria definición, la obra atribuida a Goya nunca fue expuesta en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti, mientras que la de Tintoretto apenas fue incluida en algunos catálogos y en exposiciones como muestra de retrato histórico. Hasta que en 2022, como parte de las celebraciones del centenario del Museo, su director, Federico Ruvituso, resolvió iniciar un proceso de revisión y catalogación del patrimonio pictórico de la institución. En ese marco, se firmó un acuerdo de cooperación entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (Conicet) y el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. Un equipo del Centro de Química Inorgánica “Dr. Pedro J. Aymonino” se dedicó específicamente a investigar el retrato de Tintoretto.
El equipo de investigadores —integrado por Rosana Romano, Julieta Pellizari, Carlos Della Védova y Lorena Picone, entre otros— tomó muestras microscópicas de regiones dañadas y no visibles de la tela y las sometió a un análisis espectroscópico y químico. El estudio determinó que los pigmentos utilizados en la pintura incluyeron cinabrio, blanco de plomo, calcita, yeso y negro de humo, entre otros, cuya circulación en Venecia en el sixlo XVI se pudo constatar. “La correlación entre los pigmentos utilizados en el cuadro y los reportados para la obra de Tintoretto es significativa”, señalaron los investigadores. También encontraron un barniz presente en otras obras de Tintoretto. Con rayos X se halló una figura hoy ausente en la obra.
Los datos conseguidos en el laboratorio fueron complementados con una pesquisa histórica. Los investigadores lograron documentar que Tintoretto y Melchior Michael tuvieron una relación estrecha y que al menos dos veces se le encargó al pintor un retrato del militar y procurador. También hallaron constancias suficientes sobre el posterior recorrido del retrato en Europa hasta su arribo a La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires. En ese trayecto, los investigadores determinaron que el cuadro fue expuesto en la Gran Exposición de Arte Veneciano, en Londres, en 1894; y que integró la reconocida colección de Leon Zomzée, subastada en Bruselas en 1904. “En conclusión, con base en los datos aquí presentados, apoyamos firmemente la atribución del cuadro a Tintoretto”, definieron los investigadores. El resultado de la investigación fue publicado la semana pasada en la revista científica Journal of Molecular Structure.
Ahora el Museo prepara la presentación pública del cuadro, prevista durante la feria de arte contemporáneo “La Plateada”, que se hará a principios de noviembre próximo. El siguiente objetivo será determinar si es verídico el cuadro atribuido a Goya que, por décadas, permaneció en el depósito junto al retrato de Tintoretto.
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Un equipo científico confirma que un cuadro arrinconado en un museo argentino fue pintado por Tintoretto
Los análisis químicos e históricos ratificaron la autenticidad del ‘Retrato de Melchior Michael’. La obra permanecía desde hace casi un siglo en el depósito del Museo de Bellas Artes de La Plata
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