La campaña 23-24 fue una de las más difíciles de digerir para el sevillismo en este siglo. El club encaraba el curso en verano tras haber conquistado la séptima Europa League y, gracias a ello, pudo continuar participando en competición europea la pasada temporada, ya que el desempeño en LaLiga (acabó como el duodécimo clasificado) estuvo lejos de ser el esperado. Aseguraban en Nervión haber aprendido de los errores cometidos, pero los resultados poco a poco fueron confirmando que el Sevilla, de nuevo, tendría las mismas pobres aspiraciones clasificatorias y que se arriesgaría, de este modo, a despedirse del fútbol europeo por un importante periodo de tiempo.Tras pasar por el banquillo sevillista hasta tres entrenadores distintos (Mendilibar, Diego Alonso y Quique Sánchez Flores) , el Sevilla no obtuvo derecho a participar en ninguna competición europea convirtiendo por lo tanto a la actual temporada 24-25 en la primera en la que no juega torneo continental desde la 12-13 . Regresó rápido el Sevilla en aquella ocasión a las estadios europeos e incluso en la campaña posterior, la 13-14, conquistó un nuevo título europeo en Turín. Ahora corre el riesgo el club de enlazar dos temporadas consecutivas fuera de Europa, algo que no ha ocurrido en el Sevilla de las dos últimas décadas. Y es que el club de Nervión ha conseguido hacerse habitual y relevante en el fútbol continental en este citado periodo de tiempo.Hoy se cumple un año de la última vez en la que el Sevilla disputó un partido de competición europea . El 12 de diciembre de 2023 el club nervionense cerró su participación en la fase de grupos de la Champions League con una derrota ante el Lens (2-1) . Aquel fue el penúltimo encuentro en el que Diego Alonso se sentó en el banquillo sevillista. El crédito del uruguayo, que no consiguió ganar ni en LaLiga ni en la Champions, ya estaba casi agotado, y apenas cuatro días más tarde, tras perder ante el Getafe en el Ramón Sánchez-Pizjuán (0-3), fue finalmente despedido.El Sevilla se presentó en la última jornada de la fase de grupos con apenas dos puntos en su zurrón tras no haber logrado ninguna victoria frente al Arsenal, el PSV y el Lens. No obstante, tenía en su mano el poder 'caer' a la Europa League si hubiera derrotado al Lens en Francia. Mermado por las numerosísimas bajas que acumulaba (hasta catorce) y estando siempre manejando un marcador corto en el partido, finalmente el equipo galo se llevó los tres puntos en juego con un gol en el descuento abrochándose así la nefasta fase de grupos protagonizada por el Sevilla. Forzados al cambioQuedaba por aquel entonces tiempo suficiente como para enderezar el rumbo de la temporada pese a que el equipo coqueteaba peligrosamente con los puestos de descenso . No obstante, la mejoría general que el equipo experimentó a las órdenes de Quique Sánchez Flores mientras que resultó suficiente para lograr la permanencia con holgura, no haría posible que el Sevilla acabara entre los siete primeros equipos clasificados o alcanzara la final de la Copa del Rey para así tener opciones de obtener billete europeo.El desorden institucional y deportivo que reina en el actual Sevilla llevó al club a verse ante la necesidad y conveniencia de tener que dar comienzo este verano a un nuevo proyecto calificado por los dirigentes como «regenerador». No le quedó más remedio a la dirección deportiva, ante las malas decisiones tomadas por este y otros departamentos del club, que apostar por este plan aunque hubieran querido emplear otra estrategia. Tuvieron de este modo en el Sevilla que acabar desprendiéndose este verano de grandes valores futbolísticos (Acuña, Sergio Ramos, Ocampos o En-Nesyri) a la vez que le daban las riendas del vestuario a García Pimienta y apostaban por fichajes a coste cero, cesiones y pequeñas inversiones en jóvenes valores . Una revolución forzada.Pese a ser el segundo peor equipo de la fase de grupos de la Champions (el Estrella Roja fue el único club que sumó menos puntos), el Sevilla logró recaudar gracias a los premios de la UEFA alrededor de 20 millones de euros el pasado curso. En la 22-23 cuando conquistó la Europa League, lo recibido gracias al reparto de la confederación europea superó los 40 'kilos, en la 21-22 excedía los 50 y en la 20-21 sobrepasó los 70 al jugar los octavos de final de la Champions. Aproximadamente, el Sevilla ha recibido en este concepto alrededor de 220 millones de euros en sus últimas cinco participaciones europeas , ingresos más que importantes en los presupuestos de la entidad cada año. Estar temporada tras temporada luchando contra los equipos más relevantes del fútbol continental ha permitido al Sevilla crecer y, según datos publicados por el diario Expansión , sólo con la Europa League (competición mucho menos lucrativa que la Champions) al club han llegado 140 millones de euros desde 2006 . Con estos datos se aprecia claramente cómo de relevante es jugar competición europea no sólo por el estatus deportivo, también por el estado de salud financiero.García Pimienta ha querido desprenderse de presión en cada comparecencia pública cuando se le ha preguntado por la posibilidad de conseguir ya este año volver a clasificarse para competición europea. El catalán insiste en que el equipo está en construcción, aunque ya va pidiendo que todo se asiente. Al mismo tiempo espera que Orta sea capaz de nutrir a su plantilla de más piezas que puedan elevar el nivel general. El propio técnico ha querido dejar claro que hasta el tramo final de temporada no se podrá saber cuál será el objetivo final de un Sevilla que se arriesga a olvidarse de competir en Europa. Además de otorgar prestigio mejorando así la capacidad para atraer talento, el fútbol continental brinda al club un plus económico a tener en consideración habida cuenta de la delicadísima situación financiera por la que atraviesa la entidad
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