Ultraizquierda contra ultraizquierda: «Tic, tac...»

[Danyka_Pacocha]

Decir que vives en Galapagar cuando vives en La Navata es como decir que vives en Alcobendas cuando tu chalé está en La Moraleja. Una verdad a medias, como casi todo en Podemos. Ese fue un éxito comunicativo de Pablo Iglesias e Irene Montero cuando se hizo público que abandonaban para siempre Vallecas y la coherencia política: Galapagar suena a pueblo y La Navata a casa con jardín. Aprendimos entonces que el listón de la ejemplaridad era para los demás y que su deporte favorito era el señalamiento público. El problema de apuntar con el dedo a la gente es que acabas poniendo en una lista el nombre de tu hermano, de tu socio, de tu padre. De esto Podemos sabe mucho. La novedad del caso Errejón es que él se ha señalado a sí mismo: me pregunto qué no sabremos para que haya tomado esta decisión. Tiempo al tiempo, saldrá todo. El eslogan de la última campaña de publicidad del Ministerio de Hacienda es «Vuelve». Se refieren a los impuestos, que tanto gusta subir a la izquierda. Me pregunto si lo habrá visto otro de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero, que tuvo que regularizar los 425.150 euros cobrados al chavismo. Habría que preguntar también a Pablo Echenique, que tuvo que pagar 11.040 euros por la contratación irregular de su asistente. Pero a ellos, culpables, no les importa seguir señalando a los demás o pegando patadas a policías, como El Rastas. Esta es la relación entre Podemos y la ejemplaridad. No es la primera vez en la historia en que la izquierda se embarca en guerras fratricidas, pero al menos ahora la muerte es sólo civil. Me sorprende que en Podemos y Sumar no lo sepan, con lo que les gusta a ellos revisitar ese periodo. El hispanista anglo-español Julius Ruiz ha publicado un libro interesantísimo sobre la lucha contra la quinta columna en Madrid: descubrir a los franquistas infiltrados fue la excusa de la izquierda para emprender una represión «brutal» que los llevó a perseguirse entre ellos. La guerra hoy es Podemos contra Sumar, o Iglesias contra Yolanda Díaz, su fallido delfín. ¿Tampoco sabe el exvicepresidente que en política los pupilos se rebelan contra el maestro en cuanto les ceden el poder? A lo mejor es que no ha leído tanta historia el politólogo. Entretanto, la siguiente batalla es ver quién sucederá a Errejón como portavoz. Cada minuto que pasa es una prueba más de la jaula de grillos que hoy es Sumar. Me dicen que IU quiere a Enrique Santiago, los Comunes a Aina Vidal y Yolanda a una de las suyas. Pregunto en ese mundo: «Enrique tiene un perfil demasiado áspero y además es secretario general del PCE. No es buena imagen externa. Aina Vidal es su mejor opción, pero tiene criterio y no se deja manejar. Si no es ella, será una mujer». A ver cómo se resuelve, porque quien está verdaderamente amenazado es la izquierda radical. Van a morir matándose, con la derecha comiendo palomitas. Como le decía Iglesias a Rajoy antes de irse a vivir a La Navata: «Tic-tac, tic-tac».

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