D
Diego Torres
Guest
“Ruben se ha lesionado”, dijo Pep Guardiola, pálido y con la voz ronca. Este viernes, como cada semana desde agosto, se repitió el ritual. El estrado de la sala de conferencias del Manchester City comienza a parecerse a un altar sacrificial cada vez que el entrenador español se acomoda en la silla para evaluar la situación. Un nuevo accidente en contra cada vez contribuye a acelerar la espiral calamitosa que desde hace 40 días arrastra al equipo por una racha negra: 11 partidos, una victoria, dos empates y ocho derrotas. Algo insólito considerando que el equipo sufrió siete derrotas en 59 partidos en todas las competiciones de la temporada pasada, camino de levantar la cuarta Premier consecutiva, un récord que ningún equipo antes había logrado. Motivo de desesperación para Guardiola, que el domingo pasado —tras desperdiciar un 1-0 en los últimos minutos del derbi con el United— estuvo a punto de declararse incompetente y de dimitir en público. “No soy lo suficientemente bueno para resolver este problema...”, declaró. “A cualquier otro entrenador ya lo habrían echado”.
Seguir leyendo
Cargando…
elpais.com