sydni.sanford
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El mercado de las operadoras de telecomunicaciones en España se polariza más. La distancia entre las estrategias de las primeras marcas y las 'low cost' de las grandes compañías se agranda. Telefónica, Orange y Vodafone mantienen el 'libreto' de años anteriores y ya han comunicado un incremento de sus tarifas de cara al año 2025 de entre 2 y 6 euros, mientras afilan sus segundas enseñas donde la competencia no deja de intensificarse con Digi como principal 'coco'.
El último en mover ficha es Orange. Es la primera subida que se ejecuta desde la fusión con Másmóvil. Se incrementará un 3% de media -entre 2 y 6 euros al mes- para los paquetes convergentes desde finales de enero. Pero en las últimas semanas han comunicado a sus clientes movimientos similares tanto Telefónica como Vodafone. Ésta última vinculó hace más de dos años sus precios residenciales al Índice de Precios al Consumo (IPC) interanual promedio.
Estos son los movimientos en los buques insignia de las grandes operadoras, que desde hace años mantienen engrasada una estrategia multimarca para mantener clientes con precios bastante más reducidos a través de otras enseñas. Más allá de momentos puntuales, como la pugna por el fútbol en el arranque de temporada o el periodo de 'Vuelta al Cole' en septiembre, la intensidad comercial a través de descuentos y bajadas no ha ido 'in crescendo' en este grupo de clientes. El propio consejero delegado de Telefónica, Ángel Vilá, admitía ante los analistas que algunos competidores reposicionaban sus productos lo que estaba creando "algo más de intensidad comercial, pero sobre todo en el bajo coste".
Esa es la dualidad que no sólo se mantiene sino que se intensifica de cara a 2025. Esas subidas y una menor intensidad de descuento -esa reposicionamiento ha sido especialmente protagonizado por Vodafone tras la entrada de Zegona con varias propuestas más agresivas con su primera enseña- contrastan con lo que está sucediendo con las marcas de bajo coste. No hay que olvidar que hoy por hoy este segmento, donde todos los directivos miran para hablar sobre guerra, concentra una parte mayoritaria de las altas netas tanto en productos pequeños de 'Sólo Móvil' como en convergencia.
Vodafone, en esta nueva etapa bajo la batuta del fondo británico, se ha conjurado para darle mucho más vuelo a Lowi, su marca 'low cost'. En mayo fue la que rompió el mercado lanzando una tarifa de móvil y fibra de 20 euros al mes. Y la que en verano lanzó varios paquetes nuevos que apretaron más las tuercas. Zegona insistió ante la compra de la operadora que existía un "potencial fuerte" para crecer en el mercado en esta parte baja dando mucho más protagonismo a esta segunda enseña.
Masorange y Telefónica tampoco se han quedado quietos este año. La primera ha llevado a cabo ajustes a la baja en Simyo y, en menor medida en Jazztel, y también con Másmóvil. El incumbente ha utilizado para estos menesteres a O2, que ha ido ganando protagonismo -y peso en el 'mix' comercial en su negocio en España, presionando al ingreso medio por cliente-. A principios de año llevó a cabo un recorte en sus combinados de fibra y móvil. Y el pasado mes mejoró todos sus paquetes con más datos y más velocidad sin tocar los precios.
Digi siempre está como telón de fondo de esta tendencia. Es la que marca el ritmo, no sólo por sus 'galones' como cuarto operador sino por su fuerte crecimiento. Subió la apuesta y planteó un paquete de fibra (en las zonas en las que tiene infraestructura propia, principalmente grandes ciudades) y móvil por 15 euros al mes, después de que se rompiera al barrera psicológica de los 20. Y ha ido llevando a cabo medidas en otros frentes que han redundado en una presión que han mantenido otros operadores móviles virtuales, aunque con menor posición de fuerza por tamaño.
Reto de preservar ingresos (y márgenes)
En este último grupo se encuentran Finetwork o la propia Silbo Telecom. La primera también contribuyó a la carrera por la reducción de precios en los paquetes de fibra y móvil por debajo de los 20 euros. Y también ha ido haciendo mejoras a la baja. La segunda, un nuevo entrante que fue lanzado a comienzos de este año, también ha contribuido a esta pugna con ajustes a la baja desde el verano.
En definitiva, el año en el que se rompió un nuevo suelo en los paquetes convergentes en España acaba con una subida de precios -como lleva siendo tradición- en las primeras marcas de las grandes operadoras. Esa es la polarización que se consolida en un mercado, como el español, para el que los analistas auguran muchos trimestres por delante de dureza en esa parte baja, que es la que gana terreno en las altas. Los ajustes deberán ser de nuevo quirúrgicos para evitar golpes en las cuentas de resultados. Telefónica cerró los nueve primeros meses con un crecimiento del 1% las ventas totales en el país, mientras Masorange las mantuvo al alza con un 0,5% más.
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