lloyd.brakus
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Suele decirse que los hijos no vienen con un pan debajo del brazo. Quizá, por ello, muchas familias deciden abrir una cuenta bancaria en el momento en el que nacen. En ella, pueden ir metiendo sus primeros ahorros y las propinas que reciben por Navidad o en cada cumpleaños. Llegada la adolescencia y, con ella, las primeras compras y salidas de manera independiente, necesitan dar un paso más y aprender a gestionar su dinero. La cuestión es cómo ayudarles.
Con una cuenta corriente para jóvenes, pueden tener permisos para hacer transferencias, usar tarjeta de débito o hace Bizum. Que tengan estas opciones a su alcance les permite a los menores no solo realizar sus primeras compras o pagos bajo la supervisión de sus padres, sino también adquirir unas destrezas financieras que pueden resultar fundamentales en la edad adulta.
No obstante, antes de dar estas herramientas a tu hijo adolescente, conviene hablar con él de dinero de forma habitual, ayudarle a planificar ingresos y gastos e inculcarle el hábito del ahorro. Aunque usar tarjeta o Bizum se han convertido en elementos cotidianos también entre los más jóvenes, es importante que comprenda que su uso requiere mucha responsabilidad por su parte. Establecer límites de gasto y supervisar sus movimientos es una forma de empezar y, si es responsable, podrá ir ganando autonomía.
Tarjeta para menores
Aunque no es obligatorio, los bancos suelen ofrecer una tarjeta de débito o tarjeta prepago asociada a la cuenta del menor para que pueda retirar dinero del cajero o realizar pequeños pagos presenciales y online. Por norma general, esto suele ser a partir de los 14 años, si bien son los responsables del menor los que pueden permitirle su uso y fijar los importes máximos. En el caso de las tarjetas prepago o monedero, los adolescentes también pueden hacer compras o sacar dinero, pero hasta cierto límite: solo pueden gastar la cantidad que se ha cargado previamente.
En el caso de las tarjetas de crédito, la edad mínima es de 18 años, puesto que requieren de una mayor responsabilidad. En situaciones puntuales, como un viaje largo o estudios en el extranjero, el menor podría disponer de una tarjeta de crédito con la autorización de sus padres.
Bizum para menores
Otra opción para que los jóvenes manejen su dinero es Bizum, el servicio para enviar y recibir dinero a través del móvil. Es muy útil para pequeños gastos, especialmente entre los jóvenes, que son quienes más comparten y dividen gastos a la hora de salir a tomar algo o de comprar un regalo, por ejemplo. 'Bizum para menores' es una versión controlada de este servicio en el que los padres pueden permitir o no su uso y definir el importe máximo por operación. Generalmente, está disponible a partir de los 14 años, aunque algunas entidades permiten su uso un poco antes.
Tanto tener Bizum como su propia tarjeta permite a los adolescentes realizar sus primeros pagos y aprender a gestionar su dinero bajo la supervisión de sus padres. Su uso simplemente dependerá de cada circunstancia y de los límites que establezcan sus progenitores.
Portucuenta: banca digital para familias
Con Portucuenta, el nuevo servicio de Ibercaja, los padres pueden administrar los permisos para que sus hijos de 14 a 17 años puedan hacer Bizum, compras con tarjeta, traspasos y transferencias bajo su supervisión y según los límites que establezcan para cada uno de ellos. Además, no supone la creación de una nueva cuenta familiar, sino que se vinculan las cuentas de los hijos, que suelen estar exentas de comisiones, y las de los padres.
Este sistema permite acompañar a los adolescentes en sus primeros pasos financieros. Los menores pueden gestionar su dinero, comenzar a ahorrar y aprender a planificar según sus ingresos y gastos. Es muy accesible y práctico y se adapta a las necesidades de cada familia, dando libertad a los hijos y tranquilidad a los padres.
- REALIZADO POR AML
Este contenido ha sido elaborado por ARAGÓN MEDIA LAB, unidad Branded Content de Henneo.
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