Mckayla_Lind
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En 2011, España se presentaba a Eurovisión con la canción 'Que me quiten lo bailao' interpretada por Lucía Pérez —no se preocupe, yo también la he buscado en Google— que quedó en el puesto 23 de veinticinco canciones, o lo que es lo mismo, que quedó la tercera empezando por abajo. Para elegir al representante español, aquel año, TVE decidió que los aspirantes interpretaran las canciones con las que nuestro país había competido en ediciones anteriores, y al grupo Marengo —no se preocupe, que ahora le digo quiénes eran— le tocó en suerte cantar 'Y solo tú', el tema con el que Sergio Baccheli —no se preocupe, que nadie se acuerda de él— había representado a España en 1981.Los Marengo era un trío que parecía que se habían escapado de la boda de Farruquito, trajes negros sin corbata, camisa abierta y mocasín marrón de punta. El de en medio, con barba de una semana —un adelantado, no se crea—, cantaba la parte que decía que estaban en «un mundo dulce, alegre y soñador». No llegaron muy lejos, aunque el de en medio aún dice que quedaron entre los doce finalistas —no fue así— y que compartir escenario con Sonia y Selena se convirtió en lo mejor de aquella «gamberrada», que con la distancia que dan los años, ahora se le antoja «un aguántame el cubata» en toda regla. Así lo ha dicho, textual.El de en medio de Los Marengo era Carlos Mazón, aún presidente de la Generalitat de Valencia. El pasado siempre vuelve, y vuelve en los peores momentos, porque al perro flaco todo se le vuelven pulgas, sobre todo cuando uno está expuesto, por su cargo, a que la gente rebusque en el baúl de los recuerdos y te saque cantando aquello de «Y sólo tú, y sólo yo» cuando no has sido capaz de justificar dónde estabas en los momentos más críticos de la DANA que asoló Valencia hace dos semanas. Si estuvo en una comida privada, en un cumpleaños o en un almuerzo de trabajo sólo lo saben él y quien o quienes lo acompañaran ese día. Él ha negado todo lo que, hasta ahora, se le ha ido reprochando; incluso que estuviese comiendo con una periodista a la que iba a ofrecerle la dirección de la televisión autonómica y a la que debía admirar mucho porque así lo había manifestado en público varias veces. En la comida del 29 de octubre, Mazón iba a cerrar un trato, olvidando que algunos tratos no deben cerrarse con el agua al cuello, y olvidando, también, una máxima importante: que candidato viene de cándido, de blanco, y que ya en la Antigua Roma, los que aspiraban a cargos políticos importantes, tenían que mostrar su pasado antes de ocuparlos.Aquí eso da igual, cualquiera puede llegar a la presidencia de un partido, de una comunidad autónoma, o del mismísimo gobierno del país. A ninguno se le cuestionan ni sus capacidades, ni sus méritos, ni su coherencia. Estos son los tiempos que nos han tocado, en los que el «sujétame el cubata» se está convirtiendo en la respuesta a todas las preguntas.
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