Sito Miñanco, un 'mito' a juicio

Registrado
27 Sep 2024
Mensajes
70
sitomianco-RGEbslqBC2RFlEPOfeVPHWP-758x531@diario_abc.jpg

No se equivocaba la leyenda del narcotráfico gallego José Ramón Prado Bugallo , más conocido como Sito Miñanco , cuando intuyó que su plan iba a acabar en tragedia. «Estoy jodido, estoy preocupado». Era octubre de 2017 y la Policía había abordado de madrugada, en las próximidades de las Azores, el buque Thoran cuando transportaba 165 fardos con 3.3 toneladas de cocaína ocultas en el suelo de la cocina. Toda su tripulación, de nacionalidad turca, había sido detenida. Según la investigación policial , Miñanco aún tenía las lanchas en el mar, a unas 200 millas de las costas gallegas, listas para realizar el trasvase del polvo blanco en el punto de encuentro , cuando sus peores sospechas se confirmaron: el barco había caído. Ni su experiencia, cada vez más dilatada, ni sus métodos, cada vez más sofisticados, apuntan las fuentes consultadas, lo evitaron. Tampoco el gran nivel de recursos con los que contaba ya en aquellas fechas para poder seguir el minuto a minuto de la nave 'nodriza'. Hasta 700 mil euros habría invertido en un sistema de encriptado de comunicaciones que, a la hora de la verdad, resultó inútil. «Yo no sé por qué no tiene cobertura, no tiene una explicación(...) pero ahora falla la comunicación. Es una caca, 750 mil euros ahí metidos. Nada, no lo leen, ¿no?», se lamentaba en una conversación intervenida.Noticia Relacionada estandar Si Sito Miñanco reclama moverse sin vigilancia a 15 días de jugarse otros 31 años de cárcel Isabel Vega La prisión donde ha pasado a tercer grado se opone a que vea sólo a su letradoPara entonces Miñanco, natural de Cambados (Pontevedra), tenía 62 años y se encontraba en régimen de semilibertad, tras haber cumplido parte de la condena de 16 años y 10 meses de prisión que la Audiencia Nacional le impuso por un delito contra la salud pública en 2004, y encadenaba otra anterior. Por el día era un aparente mileurista que trabajaba de vigilante en un parking de Algeciras, mientras las noches las pasaba en el CIS Manuel Montesinos de la localidad gaditana. En paralelo, según las pesquisas, aprovechaba sus permisos penitenciarios para reestructurar su organización y supervisar personalmente las operaciones «de introducción, distribución y venta de droga». La leyenda del contrabando gallego y el polvo blanco seguía en activo, ahora con conexiones en Colombia y Holanda. Y las vigilancias y sistemas de escucha policiales, ocultos en coches y viviendas, habían destapado una doble vida que, sin embargo, Miñanco niega radicalmente.Tras el fiasco del Thoran en octubre de 2017, según el relato de la Fiscalía Antidroga, Miñanco no tardaría en volver a intentarlo. Tampoco en recibir un segundo golpe, el otro hito de la operación Mito. Esta vez por parte de la Policía holandesa que, solo un mes después, en noviembre de ese año, intervino en un almacén ubicado en Den Hoorn, un pueblo ubicado al suroeste de Países Bajos, un contenedor con 615 kilos de cocaína , también atribuido a la red del histórico narcotraficante gallego y de la que él igualmente reniega. La operación se saldó con dos detenidos. Y, con ella, Miñanco y los suyos perderían 600.000 euros (la cantidad que habían invertido). También la confianza de los narcos colombianos, suministradores de la droga, que entonces les reclamaron pruebas de la operación policial para descartar que la cocaína se la hubieran quedado ellos. Eso, o el pago de la mercancía, recoge el sumario. El colombiano Luis Enrique García Arango , amigo de Miñanco desde que coincidieran en la desaparecida cárcel de Carabanchel en los 80 y considerado su mano derecha, habría actuado como intermediario en el negocio y estaban preocupados. «¿Tú sabes que le pueden pegar un tiro al hermano de Quique y a la madre?», preguntó la pareja de Miñanco en otra de las conversaciones intervenidas. A pesar del contratiempo, según la Fiscalía Antidroga, Miñanco mantuvo «distintos canales abiertos para perseverar en las operaciones». Seguía, también, enviando dinero a Colombia en efectivo con la ayuda de correos humanos. Y en eso andaba hasta su detención el 5 de febrero de 2018 . Culminaba con su caída la operación Mito , bautizada así en su honor.En su domicilio de Algeciras guardaba dentro de un canapé 377.320 euros en una bolsa de plástico (se sospecha que puede tener mucho más escondido) y un Iphone 6 en un cajón del mueble de la televisión. La Udyco también intervino un documento de pagos, anotaciones sobre velocidad marítima en nudos de embarcaciones y otras relativas a los alias que utilizaba con sus presuntos colaboradores por teléfono. Él se hacía llamar Mario. Cuando Miñanco ingresó de nuevo en prisión provisional en 2018, se le veía mayor, el paso de los años se reflejaba en su cara. Se mostró cauto, como venía siendo habitual. Y prueba de ello, recuerdan fuentes jurídicas, es que en el forro de su chaqueta había guardado 6.000 euros con los que garantizarse una buena vida entre rejas. Lo cierto es que sabía lo que era estar en prisión porque desde que fue detenido en 1991 en Madrid hizo de la cárcel su hogar y del tráfico de drogas su modo de vida. Lejos quedaban ya sus inicios como piloto de planeadoras para introducir tabaco de contrabando a las rías gallegas, su salto al hachís o la cocaína, al blanqueo de capitales. Cuentan aquellos que se encargaron de seguirle los pasos que le movía la ambición por el dinero fácil, la adrenalina y el interés por demostrar, aún en su última etapa, que seguía siendo el narcotraficante más importante de Europa, el Pablo Escobar español. «Cadencia sin fin»«No ha hecho mas que estar en prisión y volver a ella en una cadencia sin fin, como amarrado a la rueda de un destino compartido con otras muchas personas que también se han dedicado a la misma dinámica delictiva», apunta una fuente. «Es como una especie de inercia que los arrastra, sin que ello les disminuya la responsabilidad que tienen por esa elección y el daño que hacen a la salud pública y a miles de personas víctimas de ese tráfico». En palabras del entonces fiscal antidroga Ignacio de Lucas , recogidas en su escrito de acusación, es la historia de un hombre que «carecía de la más mínima voluntad de rehabilitarse y reinsertarse en la sociedad». Mientras la jueza María Tardón haría referencia, en su auto de procesamiento, a su «voluntad criminal inquebrantable». Por su propio pie y en régimen de semilibertad , llegará Miñanco el próximo lunes, ya con 69 años, al juicio que se celebra contra él en la Audiencia Nacional por la operación Mito, en el que se enfrenta a 31 años y medio de prisión, acusado de intentar introducir cuatro toneladas de cocaína a España en 2017, por el Thoran y el contenedor holandés y crear una estructura societaria para el blanqueo. Fuentes jurídicas explican a ABC que Miñanco niega los hechos; el Thoran no era suyo ni sabía nada de la existencia de la descarga en Países Bajos. A su entender, las escuchas, acordadas nada más concederle el tercer grado, se motivaron en que tenía antecedentes y se reunía con personas que contaban con un historial delictivo, con las que, defiende, se relacionaba tras haber pasado toda una vida en la cárcel. Además sostiene que las escuchas policiales en viviendas de manera ilimitada, superaron lo legalmente permitido. Junto a Miñanco, en el banquillo se sentarán medio centenar de presuntos colaboradores, que ejecutaban «de forma casi reverencial» lo que el 'jefe' demandaba. Destaca, García Arango (alias 'alan', 'el viejo' o 'el viejito') -sus ojos, su voz y sus manos, en aquellas reuniones, concertadas en lugares de lo más variopinto (Colmenar Viejo, Pontevedra, o Puerto Banús) para el «sinfín de preparativos» de las dos descargas infructuosas, a quien la Fiscalía pide 22 años de prisión; Juan Antonio Fernández (alias 'chus'), otro de sus hombres de confianza -con quien también participó antes en operaciones de narcotráfico -, que se enfrenta a más de 17 años de cárcel; o Gonzalo Boye , conocido por ser el abogado del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y antigua defensa de Miñanco, acusado de lavar 889.620 euros que la Policía intervino en el aeropuerto de Barajas. Piden nueve años para él.

 

Miembros conectados

No hay miembros conectados.
Atrás
Arriba