Jackie_Johnson
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Al filántropo y banquero Albert Kahn se le conoce poder haber convertido en realidad el romántico proyecto de concebir un atlas fotográfico y cinematográfico universal, con el fin de documentar las formas de vida amenazadas en aquellos años de rápida transformación que fueron los comienzos del siglo XX. Impulsado por promover el entendimiento y la armonía entre comunidades, envió expediciones a lejanas tierras, dando forma a El archivo del planeta, una impresionante colección compuesta por 72.000 autocromos y 183.000 metros de película.
En paralelo, el humanista francés, de origen alsaciano, cuya niñez transcurrió cerca del bosque de los Vosgos, daría rienda suelta a su pasión por la naturaleza. Durante las tres primeras décadas del pasado siglo, hizo producir miles de imágenes de sus dos jardines: el de su finca de Boulogne-Billancourt, hoy sede del Museo departamental Albert-Kahn en París, y el jardín mediterráneo de su casa vacacional de la Costa Azul, en Cap–Martin, entre Menton y Mónaco, ya desaparecido. En su conjunto supone una importante fracción, muy poco conocida, de la totalidad de la colección de este visionario, de la que se nutre Natures Vivantes. Images et imaginaires des jardins d’Albert Kahn, una deliciosa exposición concebida como un paseo por un jardín de imágenes que funcionan como metáforas del mundo, donde late el espíritu bergsoniano que acompañó a su impulsor y queda manifiesto en el movimiento sinuoso de la vida, mientras invita a actuar para construir un futuro más sostenible y armonioso.
“Fue precisamente con el propósito de llevar a cabo este inventario natural de donde surgió la idea de Kahn de contratar a fotógrafos”, explica Luce Lebart, comisaria de la muestra. “De ahí, que estemos hablando de la protohistoria del famoso El archivo del planeta”. La exhibición reúne 200 delicados autocromos, muchos de ellos inéditos, así como películas y documentación. “Pero ¡ojo!, las imágenes no muestran ramos de flores cortadas, ni herbarios, tal y como solían aparecer en las imágenes tomadas por los pioneros del medio. Eso fue algo que realmente me sorprendió”, destaca Lebart. “Son plantas in situ, en la tierra. En las películas se las ve crecer, desaparecer, volver a brotar, a florecer... Es la vida misma. No hay un acercamiento sistemático, sino, por el contrario, se trata de un proceso intuitivo y orgánico, dentro de la idea de lo que es un jardín en sí mismo”.
Rodeado de científicos, investigadores y poetas, Kahn daría forma a una iconografía vegetal en un contexto marcado por la inspiración japonesa, donde el interés estético, poético y hortícola coexistía con la ciencia. Destacan dentro de la exposición Épanouissement de quelques fleurs (1919) y La Croissance des végétaux (1929), películas realizadas por Jean Comandon, pionero de la microfotografía y del cine científico, donde los fenómenos vegetales invisibles se hacen visibles a la percepción humana, y el ciclamen, las margaritas y trepadoras, como la Petrea volubilis se convierten en protagonistas de una exquisita coreografía mediante el uso de la técnica del timelapse. La primera de estas películas se proyectó más de 230 veces para los invitados de Kahn —entre quienes se encontraban el poeta Rabindranath Tagore, la novelista Colette, el filósofo Bergson o el botánico Jagadish Chandra Bose, todos ellos interesados en el mundo vegetal—. También se proyectan en la muestra El poder del movimiento en las plantas (1880), de Charles Darwin, quien sentaría las bases para el estudio de la inteligencia de las plantas, así como La Sensitive (1914), de André Bayard, que de forma lúdica presenta una serie de experimentos que demuestran la extrema irritabilidad de una planta.
A medida que la exposición progresa van adquieren protagonismo las piezas donde el movimiento tiene una mayor presencia, y de igual forma va aumentando la luminosidad mientras el visitante va integrándose al jardín que rodea la sala de la exposición. Todo un acierto por parte de Studio Matters, encargado del diseño de la muestra.
El diálogo entre el pasado y el presente viene de la mano de siete artistas contemporáneos. Así, la luz mediterránea baña los agaves que componen Sub Sole (2017-2023), de Massao Mascaro, y Le jardín (2023), de Terri Weifenbach, se presenta como una llamada a la pausa y a la serenidad, mediante una serie de imágenes que evocan pinceladas y se convierten en sensaciones visuales que adquieren una mayor definición a medida que uno dedica más tiempo a su contemplación. En Les intermittences du coeur, Baptiste Rabichon & Fabrice Laroche realizarán una serie de impresiones cromogénicas partiendo de los autocromos originales de la colección de Kahn, piezas por definición irreproducibles; extrañas imágenes cuyos valores perturbados alteran el brillo y la vitalidad de la naturaleza, para recordar el papel del azar y la importancia del cuidado y conservación de las colecciones naturales y fotográficas.
Se incluye también The Pigment Change, de Almudena Romero. La artista española crea imágenes sobre hojas de árbol, partiendo de la acción blanqueadora de la luz solar sobre los pigmentos clorofílicos, y exponiendo las plantas tanto a cantidades de luz concretas como a longitudes de onda específicas. La obra cuestiona las concepciones tradicionales del medio fotográfico: la reproducción, la transmisión, y su perdurabilidad, al tiempo que reflexiona sobre nuestra relación con el medio natural dentro del contexto de la actual crisis climática.
La naturaleza reimaginada
La obra de Romero se incluye también en Science / Fiction.Une non-historie des Plantes, una exposición que tiene lugar en la Maison Européenne de la Photographie, en París, y que de igual forma propone cambiar nuestra perspectiva antropocéntrica de la existencia en busca de un diálogo más inclusivo e imaginativo con el mundo natural. La muestra ofrece una historia visual del mundo vegetal a través de la obra de 40 artistas de diversas épocas y nacionalidades: desde los cianotipos de Anna Atkins, a la sobria y poética microfotografía de Karl Blosffeldt, pasando por el impacto del modernismo representado por Imogen Cunnigham, los híbridos y frágiles paisajes del británico Stephen Gill, y Herbarium, el atlas botánico realizado por Joan Fontcuberta a partir de los desechos recolectados, a los parajes ilusorios realizados mediante fotomontajes por Peter A.Hutchinson, y los inquietantes pero fascinantes dragos de Socotra, capturados por Kalev Erickson. La muestra sumerge al visitante en un recorrido intrigante y cautivador que dista mucho de lo redundante. A través de una rica variedad de obras y enfoques, ofrece una visión profunda y multifacética de la naturaleza.
La estructura de la exposición, comisariada por Clothilde Morette y Victoria Aresheva, tiene como inspiración las novelas de ciencia ficción. A lo largo de sus seis capítulos, transitará entre mundos estables y paisajes inciertos, entre la ciencia y el arte, la realidad y la ficción, con el fin de ensanchar nuestra mirada a las complejidades del enigmático mundo vegetal. Destaca la inclusión de distintas instalaciones de cine y vídeo como Over the Air and Underground (1976), de Angelica Mesti, inspirada en los métodos de comunicación de las redes orgánicas, o Quinquina Diaspora (1992), de Samir Laghouati- Rashwan, donde el autor da voz a dos cinchonas, una planta medicinal procedente de Camerún que sirve de excusa para reflexionar sobre las presencias invisibles y los saberes no reconocidos.
“Llamar a esta exposición una ‘no-historia’, aunque cubra casi doscientos años de obras, es recordar que el mundo natural no necesita ni depende de fechas ni cronologías humanas”, destaca Simon Baker, director de la MEP. “Pero también es recordar que, con frecuencia, es a través de ficciones que el tiempo natural, y la totalidad del tiempo, se hacen comprensibles para nosotros”.
Natures Vivantes. Images et imaginaires des jardins d’Albert Kahn. Museo departamental Albert-Kahn. París. Hasta el 31 de diciembre.
Natures Vivantes. Images et jardins d’ Albert Kahn. Atelier EXB. 272 páginas. 39 euros.
Science / Fiction. Une non-historie des Plantes. Maison Européenne de la Photographie. Paris. Hasta el 19 de enero de 2025.
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En paralelo, el humanista francés, de origen alsaciano, cuya niñez transcurrió cerca del bosque de los Vosgos, daría rienda suelta a su pasión por la naturaleza. Durante las tres primeras décadas del pasado siglo, hizo producir miles de imágenes de sus dos jardines: el de su finca de Boulogne-Billancourt, hoy sede del Museo departamental Albert-Kahn en París, y el jardín mediterráneo de su casa vacacional de la Costa Azul, en Cap–Martin, entre Menton y Mónaco, ya desaparecido. En su conjunto supone una importante fracción, muy poco conocida, de la totalidad de la colección de este visionario, de la que se nutre Natures Vivantes. Images et imaginaires des jardins d’Albert Kahn, una deliciosa exposición concebida como un paseo por un jardín de imágenes que funcionan como metáforas del mundo, donde late el espíritu bergsoniano que acompañó a su impulsor y queda manifiesto en el movimiento sinuoso de la vida, mientras invita a actuar para construir un futuro más sostenible y armonioso.
“Fue precisamente con el propósito de llevar a cabo este inventario natural de donde surgió la idea de Kahn de contratar a fotógrafos”, explica Luce Lebart, comisaria de la muestra. “De ahí, que estemos hablando de la protohistoria del famoso El archivo del planeta”. La exhibición reúne 200 delicados autocromos, muchos de ellos inéditos, así como películas y documentación. “Pero ¡ojo!, las imágenes no muestran ramos de flores cortadas, ni herbarios, tal y como solían aparecer en las imágenes tomadas por los pioneros del medio. Eso fue algo que realmente me sorprendió”, destaca Lebart. “Son plantas in situ, en la tierra. En las películas se las ve crecer, desaparecer, volver a brotar, a florecer... Es la vida misma. No hay un acercamiento sistemático, sino, por el contrario, se trata de un proceso intuitivo y orgánico, dentro de la idea de lo que es un jardín en sí mismo”.
Rodeado de científicos, investigadores y poetas, Kahn daría forma a una iconografía vegetal en un contexto marcado por la inspiración japonesa, donde el interés estético, poético y hortícola coexistía con la ciencia. Destacan dentro de la exposición Épanouissement de quelques fleurs (1919) y La Croissance des végétaux (1929), películas realizadas por Jean Comandon, pionero de la microfotografía y del cine científico, donde los fenómenos vegetales invisibles se hacen visibles a la percepción humana, y el ciclamen, las margaritas y trepadoras, como la Petrea volubilis se convierten en protagonistas de una exquisita coreografía mediante el uso de la técnica del timelapse. La primera de estas películas se proyectó más de 230 veces para los invitados de Kahn —entre quienes se encontraban el poeta Rabindranath Tagore, la novelista Colette, el filósofo Bergson o el botánico Jagadish Chandra Bose, todos ellos interesados en el mundo vegetal—. También se proyectan en la muestra El poder del movimiento en las plantas (1880), de Charles Darwin, quien sentaría las bases para el estudio de la inteligencia de las plantas, así como La Sensitive (1914), de André Bayard, que de forma lúdica presenta una serie de experimentos que demuestran la extrema irritabilidad de una planta.
A medida que la exposición progresa van adquieren protagonismo las piezas donde el movimiento tiene una mayor presencia, y de igual forma va aumentando la luminosidad mientras el visitante va integrándose al jardín que rodea la sala de la exposición. Todo un acierto por parte de Studio Matters, encargado del diseño de la muestra.
El diálogo entre el pasado y el presente viene de la mano de siete artistas contemporáneos. Así, la luz mediterránea baña los agaves que componen Sub Sole (2017-2023), de Massao Mascaro, y Le jardín (2023), de Terri Weifenbach, se presenta como una llamada a la pausa y a la serenidad, mediante una serie de imágenes que evocan pinceladas y se convierten en sensaciones visuales que adquieren una mayor definición a medida que uno dedica más tiempo a su contemplación. En Les intermittences du coeur, Baptiste Rabichon & Fabrice Laroche realizarán una serie de impresiones cromogénicas partiendo de los autocromos originales de la colección de Kahn, piezas por definición irreproducibles; extrañas imágenes cuyos valores perturbados alteran el brillo y la vitalidad de la naturaleza, para recordar el papel del azar y la importancia del cuidado y conservación de las colecciones naturales y fotográficas.
Se incluye también The Pigment Change, de Almudena Romero. La artista española crea imágenes sobre hojas de árbol, partiendo de la acción blanqueadora de la luz solar sobre los pigmentos clorofílicos, y exponiendo las plantas tanto a cantidades de luz concretas como a longitudes de onda específicas. La obra cuestiona las concepciones tradicionales del medio fotográfico: la reproducción, la transmisión, y su perdurabilidad, al tiempo que reflexiona sobre nuestra relación con el medio natural dentro del contexto de la actual crisis climática.
La naturaleza reimaginada
La obra de Romero se incluye también en Science / Fiction.Une non-historie des Plantes, una exposición que tiene lugar en la Maison Européenne de la Photographie, en París, y que de igual forma propone cambiar nuestra perspectiva antropocéntrica de la existencia en busca de un diálogo más inclusivo e imaginativo con el mundo natural. La muestra ofrece una historia visual del mundo vegetal a través de la obra de 40 artistas de diversas épocas y nacionalidades: desde los cianotipos de Anna Atkins, a la sobria y poética microfotografía de Karl Blosffeldt, pasando por el impacto del modernismo representado por Imogen Cunnigham, los híbridos y frágiles paisajes del británico Stephen Gill, y Herbarium, el atlas botánico realizado por Joan Fontcuberta a partir de los desechos recolectados, a los parajes ilusorios realizados mediante fotomontajes por Peter A.Hutchinson, y los inquietantes pero fascinantes dragos de Socotra, capturados por Kalev Erickson. La muestra sumerge al visitante en un recorrido intrigante y cautivador que dista mucho de lo redundante. A través de una rica variedad de obras y enfoques, ofrece una visión profunda y multifacética de la naturaleza.
La estructura de la exposición, comisariada por Clothilde Morette y Victoria Aresheva, tiene como inspiración las novelas de ciencia ficción. A lo largo de sus seis capítulos, transitará entre mundos estables y paisajes inciertos, entre la ciencia y el arte, la realidad y la ficción, con el fin de ensanchar nuestra mirada a las complejidades del enigmático mundo vegetal. Destaca la inclusión de distintas instalaciones de cine y vídeo como Over the Air and Underground (1976), de Angelica Mesti, inspirada en los métodos de comunicación de las redes orgánicas, o Quinquina Diaspora (1992), de Samir Laghouati- Rashwan, donde el autor da voz a dos cinchonas, una planta medicinal procedente de Camerún que sirve de excusa para reflexionar sobre las presencias invisibles y los saberes no reconocidos.
“Llamar a esta exposición una ‘no-historia’, aunque cubra casi doscientos años de obras, es recordar que el mundo natural no necesita ni depende de fechas ni cronologías humanas”, destaca Simon Baker, director de la MEP. “Pero también es recordar que, con frecuencia, es a través de ficciones que el tiempo natural, y la totalidad del tiempo, se hacen comprensibles para nosotros”.
Natures Vivantes. Images et imaginaires des jardins d’Albert Kahn. Museo departamental Albert-Kahn. París. Hasta el 31 de diciembre.
Natures Vivantes. Images et jardins d’ Albert Kahn. Atelier EXB. 272 páginas. 39 euros.
Science / Fiction. Une non-historie des Plantes. Maison Européenne de la Photographie. Paris. Hasta el 19 de enero de 2025.
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