Kevin_Gorczany
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Envejecer: ese proceso inevitable que muchas mujeres enfrentan con sentimientos encontrados. La sociedad suele asociar la juventud con belleza y vitalidad, lo que hace que cumplir años nos pueda generar cierto rechazo. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que cada etapa de la vida trae consigo nuevas oportunidades para crecer, aprender y cuidarnos mejor. En este contexto, adquirir hábitos saludables puede marcar una diferencia significativa en la calidad y duración de nuestra vida, y así lo manifiestan los científicos.
Xuan-Mai Nguyen, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, ha identificado una serie de hábitos clave que las mujeres deben adoptar para vivir más y mejor. Según un estudio reciente publicado en la Revista Americana de Nutrición Clínica, implementar estos hábitos podría añadir hasta 24 años de vida. No se trata de cambios drásticos ni de transformaciones inmediatas, más bien, se basa en ajustes que cualquier mujer puede incorporar a su día a día.
¿Lo mejor? Que estos beneficios no están restringidos a una franja de edad específica. "Hay un periodo de 20 años en el que se pueden hacer estos cambios, tanto si se implementan gradualmente como de golpe", explica Nguyen. Por ejemplo, empezar a los 40 años podría añadir unos 24 años de vida; hacerlo a los 50, unos 21 años; y comenzar a los 60, unos 18 años. Incluso adoptar solo uno de estos hábitos produce efectos positivos.
1. Mantenerse físicamente activas
Hacer deporte regularmente es uno de los pilares para una vida larga y saludable. Según el estudio, las mujeres que lo hicieron lograron reducir casi un 50% su riesgo de muerte. El ejercicio fortalece el corazón y mejora la circulación, además de incrementar la masa muscular y la densidad ósea, elementos esenciales para prevenir fracturas y lesiones.
Por otro lado, una buena rutina de ejercicios mejora la capacidad respiratoria, refuerza el sistema inmunológico y contribuye al bienestar emocional al liberar endorfinas, las llamadas "hormonas de la felicidad".
2. Abstenerse del tabaco y los opiáceos
Evitar el consumo de tabaco y opiáceos es crucial para mantener una vida larga y saludable. Según el estudio, quienes se abstienen de estas sustancias pueden reducir hasta un 40% su riesgo de muerte prematura. En el caso del tabaco, los efectos nocivos son conocidos por todas: fumar está vinculado a múltiples tipos de cáncer y enfermedades respiratorias graves como bronquitis crónica y enfisema. Además, el tabaco agrava los síntomas del asma y deteriora la salud cardiovascular.
Por otra parte, los opiáceos presentan un alto riesgo de adicción y sobredosis, afectando tanto la salud física como la mental. Dejar de consumir estas sustancias —o nunca comenzar— es una de las decisiones más poderosas para mejorar la calidad y la duración de la vida.
3. Manejar el estrés de manera efectiva
Según este estudio, controlar el estrés reduce la mortalidad prematura en un 22%. Además, minimiza el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, obesidad, hipertensión y depresión. Sin embargo, en una sociedad occidental marcada por altas cargas de trabajo y múltiples responsabilidades, mantener el estrés bajo control es un verdadero desafío. Encontrar técnicas efectivas como la meditación, yoga, pilates o simplemente establecer límites saludables puede marcar una gran diferencia en la salud y el bienestar general.
4. Moderar el consumo de alcohol
El estudio no sugiere eliminar el alcohol por completo, sino limitar su consumo a un máximo de cuatro bebidas a la semana. Esta moderación podría reducir en un 19% el riesgo de muerte prematura. Por el contrario, un consumo excesivo está asociado a problemas de salud graves, incluidos varios tipos de cáncer como el colorrectal, de mama, de boca, garganta, esófago e hígado.
5. Dormir bien
Dormir adecuadamente es esencial para mantener una buena salud y aumentar la esperanza de vida. La recomendación es descansar entre siete y nueve horas diarias, preferiblemente sin interrupciones y en un colchón adecuado. Un sueño reparador contribuye a la longevidad y mejora funciones cognitivas como la concentración, los reflejos y la toma de decisiones.
6. Seguir una dieta equilibrada
Mantener una alimentación saludable es clave para la longevidad. Consumir alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras de hoja verde, cereales integrales y proteínas magras, ayuda al cuerpo a activar sus mecanismos naturales de regeneración. Una dieta equilibrada puede prevenir enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión y mejorar los niveles de energía y promueve una mejor salud a a largo plazo.
7. Cuidar las relaciones
Las relaciones interpersonales son más importantes de lo que muchas personas creen. Según el estudio, mantener una red social activa puede aumentar la longevidad hasta en un 5%. Las personas con vínculos sociales sólidos tienden a disfrutar de una mejor salud física y mental. Por el contrario, la soledad y el aislamiento se asocian con un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud graves, incluida la depresión.
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