leonor.padberg
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Dos cosas son constantes en la carrera de Sharon Stone. Una es su talento, y la otra ese carácter explosivo que le hizo ganarse el apodo de 'Charito Piedra' durante el rodaje en España de Sangre y arena (1989) y del que ha vuelto a dar pruebas en un Q&A del Festival de Toronto (vía Deadline).
Durante la charla, Stone ha aprovechado para arremeter contra un director con el que trabajó en 1995 y al que ahora acusa de haberla dejado tirada después de que ella impulsase su carrera. En las declaraciones, queda claro que la actriz de Casino e Instinto básico sigue sin morderse la lengua.
"Yo le saqué de la serie B"
El cineasta en cuestión es Sam Raimi, y la película, Rápida y mortal, un neowestern dirigido por el canadiense en el que Stone trabajó como actriz y productora. "Yo tuve la oportunidad de llevarle de la serie B a la serie A, y después dirigió Spider-Man y se convirtió en un director importante", recuerda la actriz, recordando que fue ella la que decidió fichar para el filme a Russell Crowe y a un Leonardo DiCaprio jovencísimo.
"En el caso de Sam Raimi, sus películas me gustaban de verdad", prosigue Stone. "Yo pensaba que era muy inteligente y muy divertido: distinto de Martin Scorsese, porque él es italiano, tiene lealtad, tiene esa idea de la familia. Por eso sigo teniendo relación con él y por eso Marty y yo seguimos trabajando juntos".
El caso de Raimi, asegura Stone, fue muy distinto: "Sam era un crío y no tiene lealtad, no tiene familia, no volvió a hablarme ni me dio las gracias ni volvió a contratarme, era como si no nos conociéramos. En el caso de Marty, como yo trabajé tan duro y como le admiraba, nuestra relación continúa en el día de hoy. Ahí hay profundidad".
Los problemas de Stone tras Rápida y mortal fueron más allá de sus desavenencias con Raimi: aunque ahora es un clásico de culto, la cinta fracasó en taquilla, lo que puso muy cuesta arriba los intentos de la actriz por producir otro título. "Después de Rápida y mortal, fui al estudio, pedí 14 millones de dólares: tenía el guion, tenía la música, lo tenía todo. Lo vendí por todas partes", recuerda.
"Me dijeron que era la mejor propuesta que habían escuchado nunca, pero que yo era una mujer", asegura Sharon Stone. En aquella época, los 90 y los primeros 2000, la oposición a las mujeres que trabajaban, a mi trabajo, era tan grande que no pude volver a dirigir. Y eso es una lástima, pero creo que malgasté mi inteligencia intentando convencer a ejecutivos que no estaban a mi altura".
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