¿Se puede sobrevivir a Disney?: Britney Spears, Miley Cyrus y el lado oscuro de alcanzar la fama de niñas

Fredy_Schiller

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¿Se puede culpar a una niña por hacerse mayor? El lector o lectora que esté ahora mismo pensando en su hermana, su madre, su hija, su prima, su amiga, su nieta o en sí misma dirá rotundamente que no. Pero, ¿y si en vez de de nuestras conocidas o de nosotras mismas hablamos de actrices y cantantes? ¿Cambia entonces la respuesta? Que se lo pregunten a Miley Cyrus o Britney Spears, porque seguramente ellas te digan que sí, y no precisamente porque crean que debería ser así.

La industria del entretenimiento es dura. El público, también. Tener solucionada la vida a una edad temprana puede ser un alivio, pero si eso te convierte en el centro de todas las miradas, en lugar de en un sueño, puede acabar convirtiéndose en una pesadilla. Las estrellas que salieron de Disney Channel conocen bien esa sensación, al fin y al cabo, son de las que más han sufrido el crecer delante de la cámara.

Algunas han recibido más hate que otras, eso está claro y, de la misma manera, hay quien ha llevado el salir de la empresa de Mickey Mouse para enfrentarse al mundo adulto con tranquilidad y hay quien ha decidido romper con ese pasado de la forma más drástica posible. Tras verlas salir exitosas (o no) de ese intento, cabe preguntarse: ¿se puede sobrevivir a haber sido una estrella Disney?

Los que salieron mejor parados (en masculino)​


Antes de entrar en a quién le ha ido mejor y a quién peor, dejemos una cosa clara: si tuviésemos que centrarnos únicamente en los niños (en masculino) de Disney, el artículo duraría la mitad o menos. Es por todos sabido que es más fácil crecer en la industria -y en el mundo, ya puestos- siendo hombre. Ni se enfrentan a tantas críticas por su comportamiento, ni a tanta sexualización, así que encontrar el camino correcto, suponemos, debe de ser menos complicado para ellos.

Dicho esto. Existió una época, antes de Hannah Montana, Camp Rock o los Jonas Brothers, a principios de los 90, en la que Disney Channel emitía un programa llamado El Club de Mickey Mouse, donde una tropa de niños hacían sketches y entretenían con canciones a los pequeños de la casa. Entre ellos, se encontraban algunos de los que, en un futuro, se convertirían en los mayores nombres de la industria del entretenimiento. Se llamaban Justin Timberlake y Ryan Gosling.

Y si alguien merece el puesto número uno en esta lista de mejor parados, ese es nuestro Ken favorito. Tras su paso por Disney, Gosling siguió con su carrera como actor y nos dio grandes éxitos, entre los que se encuentran el drama El diario de Noa o la comedia Crazy Stupid Love. En 2011, protagonizó el thriller Drive junto a Eva Mendes, se enamoró de ella y llevan juntos desde entonces. Sus últimas grandes películas han sido Barbie y Fall Guy. En resumen: una vida tranquila y sin dramas.

No se puede decir lo mismo de su compañero Timberlake. De Disney Channel no solo salió con una plataforma que le lanzó al estrellato -gracias, en parte, a la creación de la boy band N'Sync-, sino con una novia con la que protagonizó uno de los romances más dramáticos de los 90 y 2000. Su historia con Britney Spears, llena de rumores de infidelidades e indirectas en forma de canción -se dice que Cry Me A River iba dirigida a ella-, protagonizó las portadas de muchas revistas del corazón.

Sin embargo, no se puede decir que saliese igual de mal parado que ella. Mientras ella se convertía en la Princesa del Pop y luchaba contra la sexualización y las preguntas fuera de lugar en entrevistas, él fue acumulando éxito tras éxito y convirtiéndose en uno de los solteros de oro, hasta que en 2011 empezó a salir con Jessica Biel y decidió pasar el resto de su vida con ella. Si bien su juventud estuvo marcada por el alcohol y las drogas, sus polémicas han quedado reducidas al mínimo.

Ya más recientemente, otro que ha salido victorioso de su época en Disney Channel ha sido Zac Efron. Al igual que Timberlake, encontró el primer amor en Disney durante el rodaje de High School Musical. Su historia con Vanessa Hudgens no tuvo un final feliz, pero su carrera como actor, sí, y eso que salir de protagonizar una trilogía para adolescentes no suele ser la mejor carta de presentación para entrar en el mundo hollywoodiense.

Tras protagonizar musicales como Hairspray o The Greatest Showman y alguna que otra comedia como 17 Otra vez o Malditos vecinos, se puso dramático con Cuando te encuentre y cachas para Baywatch y, recientemente, ha protagonizado El clan de hierro, demostrando que es más que una cara bonita. Si intentamos pensar en algún escándalo que haya protagonizado, nos quedamos en blanco.

Las que más sufrieron y peor lo llevaron​


¿De cuántas niñas que crecieron bajo un foco hemos dicho alguna vez "a esta se le ha ido la olla" cuando han entrado en la época de juventud y han empezado a ser protagonistas de grandes escándalos? Y, sobre todo, ¿se las puede culpar por ello? Empecemos por Britney Spears. Tuvo su primer gran trabajo junto a Gosling y Timberlake gracias a El club de Mickey Mouse, debutó como cantante con ...Baby One More Time y acabó convirtiéndose en la Princesa del Pop.

Sin embargo, lo que esa exitosa carrera escondía era una familia con un padre alcohólico y la necesidad de actuar e introducirse en la industria musical como vía de escape. "La música detenía el ruido, me hacía sentir segura de mí misma y me llevaba a un lugar puro en el que me expresaba tal como quería que me vieran y me oyeran", escribió en sus memorias The Woman in Me. Pero incluso aquello se convirtió en una pesadilla cuando la propia industria la convirtió en un objeto sexual.

Entremedias, su relación con Timberlake estuvo marcada por la infidelidad por ambas partes hasta que un inesperado embarazo puso fin al noviazgo: "A Justin no le hizo ninguna gracia [...] así que me convenció para que no lo tuviera". En 2004 se casó con su amigo de la infancia Jason Alexander en Las Vegas, matrimonio que duró 55 horas y, ese mismo año, volvió a esposarse con Kevin Federline, quien poco a poco empezó a distanciarse de ella tras haber tenido hijos juntos.

Cuando se divorciaron en 2007, Federline luchó por tener la custodia total y evitó que Spears los viese durante meses alegando que no estaba en su sano juicio. Desesperada, el 16 de febrero, se rapó la cabeza. "Llevaba meses sin ver a los niños y Kevin no me dejó entrar. Los paparazzi lo vieron todo... [...] Entré en una peluquería, cogí la maquinilla y me afeité la cabeza. A todo el mundo le pareció divertidísimo. Nadie parecía entender que me estaba muriendo de pena. Me habían quitado a mis hijos".

Golpeó a un fotógrafo, la internaron en un psiquiátrico y, cuando salió, fue puesta bajo tutela judicial en 2008 contra su voluntad. Ella siempre supo que a su padre le movían motivos económicos. Desde entonces, su familia decidía dónde vivía, qué comía, si podía conducir, dónde iba y con quién. En 2021, quedó libre de la tutela y, ahora, la música ya no es su prioridad.

Del mismo modo, lo que vivió Demi Lovato en 2008 era el sueño de toda adolescente de la época. Convertirse en chica Disney gracias a Camp Rock, una película con los Jonas Brothers, era a lo que toda joven actriz podía aspirar. Por aquel entonces mejor amiga de Selena Gomez -de niñas ambas habían salido en Barney y sus amigos-, más tarde consiguió ser la protagonista de su propia serie de Disney Channel, Sunny, entre estrellas, y lanzar su carrera como cantante.

No obstante, durante aquella época, la actriz se sentía tremendamente infeliz y así lo ha contado recientemente en su documental Child Star sobre las dificultades de crecer bajo el ojo público. Convencida de que no podía triunfar si no estaba delgada, desde muy joven, a los problemas alimenticios se sumaron los del consumo de drogas para lidiar con la presión de ser una estrella, los cuales derivaron en problemas graves de salud y malentendidos con sus compañeros.

"Jamás imaginé que tendría un impacto tan destructivo en mi salud mental", reflexiona Lovato sobre crecer siendo una estrella. "Y, lamentablemente, a veces eso se manifestaba de manera explosiva, como en el incidente donde golpeé a mi bailarina de respaldo en un avión o durante mi sobredosis de heroína". En el documental, su compañera de Camp Rock, Alyson Stoner, afirma que, por culpa de aquello, trabajar con ella acabó siendo muy difícil.

Lovato, ya recuperada, termina su debut como directora con una nota esperanzadora, afirmando que no estaría donde está ni sería la persona que es si no hubiese vivido todo lo que vivió.

Las que sobrevivieron​


Entre las que lo llevaron mejor y peor, está el limbo de las que sobrevivieron, aquellas que quisieron deshacerse de su imagen Disney y decidieron apostar por mostrar su lado más maduro y adulto. Son los casos de Miley Cyrus y Christina Aguilera, que no acumularon escándalos personales al nivel de Spears o Lovato, pero sí sufrieron las críticas del público por pasar de ser niñas a adultas y explorar su lado más sexy.

La última en conseguir hacerse un nombre tras salir de El Club de Mickey Mouse fue Aguilera quien, al igual que Lovato, creía que su validación venía de estar delgada. A lo largo de su carrera, ha tenido que enfrentarse siempre a las críticas sobre sus cambios de peso, aunque con la edad ha aprendido que lo que opinen los demás de ella "no es asunto mío".

Cuando en 2002 publicó su cuarto álbum de estudio, Stripped, en el que cogió las riendas de su imagen y de su sonido, con letras sobre el feminismo y el sexo, no tardaron en caerle críticas sobre su comportamiento más "para adultos", aunque ello no evitó que el álbum gozase de gran éxito, al que le siguió el de Back to Basics.

Alejada de los dramas, su mayor controversia fue la de su enemistad con Eminem, la cual empezó a finales de los 90 después de que ella le criticara en el especial de MTV What A Girl Wants. A partir de entonces, empezó una guerra musical con el rapero mencionándola en The Real Slim Shady y con la cantante respondiendo en Can't Hold Us Down. Más allá de eso, se conocen pocos escándalos por parte de Aguilera.

Cyrus siguió un camino parecido. Después de despedirse de Hannah Montana, la actriz y cantante quiso separarse lo máximo de la imagen inocente de la rubia. Su primer álbum como Miley, Breakout, tuvo gran éxito entre sus seguidores gracias a canciones como 7 Things (sobre su noviazgo con Nick Jonas) o Fly on the Wall. Como actriz, en 2010 fue la protagonista de la película La última canción, donde conoció a Liam Hemsworth y empezó su tortuosa historia de amor.

La ex-estrella Disney seguía en la línea que había marcado su inicio de carrera hasta que, ese mismo año, publicó Can't Be Tamed, tercer álbum en el que empezó a mostrar su lado más sexy y rockero. Tenía 18 años y la crítica no vio bien que la cantante se mostrase tan sensual en sus videoclips y sobre el escenario, a lo que ella respondió con proyectos cada vez más escandalosos.

Lo que siguió es lo que más se recuerda de ella: el nuevo pelo corto y rubio, una Wrecking Ball y su actuación junto a Robin Thicke en los VMA's de 2013. Y, sin embargo, la actriz y cantante no dejó de triunfar. Cuatro años después sacó Malibu, canción con la que volvió un poco a sus orígenes, publicó el álbum de rock Plastic Hearts, que fue alabado por la crítica y, tras dejar definitivamente atrás su relación con Hemsworth, se convirtió en una diva aclamada por todos con canciones como Midnight Sky o Flowers.

Fue esa última canción la que le dio sus primeros dos Grammys a grabación del año y mejor interpretación solista. Cuando la cantó en vivo en esa misma gala, lo celebró a mitad de actuación gritando: "¡Acabo de ganar mi primer Grammy!". Recientemente, también aceptó el título de Leyenda Disney y afirmó que siempre le estará agradecida a Hannah Montana por llevarla a donde está ahora.

Pero no todas tuvieron su momento de desenfreno o, al menos, no de una manera que haya llamado la atención de los medios y del público en el mal sentido. De la misma camada de Cyrus y Lovato salió Selena Gomez. Fue con su desparpajo al dar vida a Alex Russo en Los magos de Waverly Place con el que se ganó la admiración de toda una generación.

Si la colocamos en la lista de aquellas que sobrevivieron, es porque su viaje hasta donde está ahora no ha sido nada fácil. Ya a finales de su época en Disney Channel, la actriz quiso ponerse detrás de un micro y nos regaló temas como Naturally, A Year Without Rain o Who Says. Durante un tiempo, se centró en su faceta como cantante -época en la que protagonizó titulares por su relación con Justin Bieber-, pero tuvo que dejar la gira de Revival cuando fue diagnosticada con lupus y tras descubrir que era bipolar.

Cinco años después de dejar la música apartada y haber desaparecido de las pantallas para centrarse en su salud mental, volvió con el álbum Rare y, un año más tarde, apareció en Solo asesinatos en el edificio. Actualmente, se encuentra promocionando su nueva serie Wizards Beyond Waverly Place y la película Emilia Pérez.

Las que mejor lo llevaron​


Quizá porque los tiempos están cambiando o, más probablemente, porque las chicas han decidido no convertirse en el objeto de nadie, en la lista de las que mejor lo llevaron se encuentran estrellas de Disney más recientes. Miremos a Zendaya, por ejemplo. Tras aparecer en Shake it Up y KC Undercover, decidió romper con Disney con su actuación en Euphoria la que, lejos de ser criticada, no solo fue alabada, sino que le dio el Emmy a mejor actriz en una serie dramática.

Entremedias, se hizo un hueco en Hollywood apareciendo como la MJ del Spider-Man de Tom Holland y, poco a poco, se ha ido abriendo camino y convirtiéndose en una de las actrices jóvenes más exitosas de su generación. Entre sus últimos proyectos se encuentran la saga Dune y la película Rivales. No se conocen dramas ni escándalos por su parte.

Y llegamos ya a la última generación en salir del canal del ratón, la cual está arrasando en el panorama musical. Nos referimos a Olivia Rodrigo y Sabrina Carpenter. Conocimos por primera vez a la morena gracias a la serie Bizaardvark sobre dos amigas que componían canciones cómicas y las colgaban online, y a ello le siguió su aparición en la serie High School Musical: The Musical: The Series, en la que interpretó a una estudiante a la que escogían para hacer de Gabriela en el musical de la escuela.

Para cuando sacó Drivers License, ya se había hecho famosa entre las niñas, pero nadie podía haberse imaginado que la publicación de su primer single tendría la acogida que tuvo. A partir de entonces, solo ha ido acumulando éxitos, primero con su álbum debut Sour y ahora con Guts, con el que acaba de terminar su segundo tour.

Aunque la prensa y los fans son muy conscientes de la vida personal y amorosa de la cantante -el primer álbum causó revuelo por hablar de su relación con su compañero de HSM Joshua Bassett-, no existen escándalos conocidos más allá de lo que cuenta a través de las letras de sus canciones.

En cuanto a la rubia, el éxito mundial le ha venido un poco más tarde, pero está arrasando de igual manera. Empezó colgando videos en YouTube hasta que le llegó su primera gran oportunidad como protagonista con la serie Girl Meets World, secuela de Boy Meets World. En ella interpretaba a Maya, la mejor amiga de Riley, hija de Cory y Topanga Matthews.

Durante el tiempo que duró la serie, de 2014 a 2017, empezó a hacerse un hueco en el panorama musical, aunque su primer gran despegue no fue hasta 2022, cuando sacó el álbum Emails I Can't Send. El empujón que le faltaba se lo dio Taylor Swift al ofrecerle ser telonera del Eras Tour y, para cuando estrenó Espresso en Coachella, ya era una referente para las jóvenes de toda una generación. Ahora, disfruta del éxito de su nuevo álbum Short n' Sweet e, igual que con Rodrigo, todo lo que conocemos de su vida es gracias a sus canciones.

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