Sánchez Vara sale airoso de una dura e ilidiable encerrona de Reta

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27 Sep 2024
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“Nunca se había visto un ambiente igual en Tafalla”, decía la gente habitual del tendido. El motivo era claro: la encerrona de Sánchez Vara con seis toros de Reta Casta Navarra. El diestro cumplió con el objetivo y salió por su propio pie de la plaza. Los exigentes y duros, pero interesantes animales de esta ganadería eran casi imposibles para su lidia. El matador y su cuadrilla se emplearon poco para que la tarde quedara en la retina de los aficionados, que asistieron desde muchos puntos de España y Francia.

Los cinco animales de Reta, uno tuvo que volver a corrales, eran difíciles de lidiar, algo que se esperaba debido a la singularidad de esta ganadería. Pudo hacer faena en el tercero, de nombre Rabón, al que consiguió darle unos muletazos por bajo y, posteriormente, le robó una tanda profunda y con algo de temple. Fue la segunda vez que Sánchez Vara sonrió en toda la tarde (la primera fue cuando apareció en el albero). Dio la vuelta al ruedo, pero el torero era conocedor de que a ese toro se le podría haber hecho mucho más.

De los dos primeros y del cuarto y el quinto, Sánchez Vara no quiso saber nada de ellos. En estos cuatro toros, el matador apenas estuvo 10 minutos con la muleta en total. Con la espada también dejó que desear: pinchazos, descabellos, medias estocadas y sartenazos, pero ninguna en su sitio. Estuvo más tiempo con el acero que con el estoque simulado. Eso no quita que cualquiera del escalafón no se pone delante de esos enemigos tan peculiares.

Sánchez Vara lo intentó con el capote probando a los de Reta, pero la malicia y la fea embestida hacía que no se transmitiera nada a los tendidos de la plaza, fundada en 1888. Cierto es que el viento que hacía en Tafalla también se ponía en contra del diestro de Guadalajara.

Por otro lado, fue un despropósito la lidia de la cuadrilla de Sánchez Vara, culpa en parte del matador. Se masticaba el miedo de los subalternos ante tales animales, querían salvar su integridad y dejaron de lado el buen hacer del espectáculo. El cuarto toro fue tan mal picado que un joven aficionado a punto estuvo de darle una colleja al varilarguero cuando este abandonaba el ruedo.

El sexto toro tuvo que volver a corrales por una dolencia en una pata y se lidió un sobrero de la ganadería Hermanas Azcona, situada en Olite. El animal, con cuerpo de novillo, fue algo comercial y con poco interés. Una faena densa y con poca gracia le sirvió a Sánchez Vara para cortar una oreja y salir airoso de una encerrona de una ganadería que aún le falta mucho por crecer.

En algo más de una hora y 40 minutos, Sánchez Vara había acabado con los cinco de Reta: rápido y eficaz. Demasiado tiempo estuvo con el de Hermanas Azcona, pero ese toro sirvió para que el matador, de azul marino y oro, se luciera un poco más y pudiera saborear el poner fin a una heroicidad tras superar a una ganadería con una casta fundada en el siglo XVII y que figuras como Joselito El Gallo no se atrevió a lidiar.

Sánchez Vara volverá a Las Ventas el 1 de septiembre, junto con Damián Castaño y Rubén Pinar, en un desafío de ganaderías de Saltillo y Valdellán.

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