Stella_Rippin
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El 7 de septiembre, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez anunció que gobernaría «con o sin» el apoyo del Legislativo. Fue la verbalización de su debilidad parlamentaria y la constatación de que, un año después, el pacto de investidura que le permitió ser reelegido no se ha traducido en un acuerdo de legislatura. Fue, además, el desprecio del jefe del Ejecutivo al segundo poder del Estado: el Legislativo. Desde que Sánchez pronunció esa frase las derrotas parlamentarias se han ido sucediendo y ha quedado patente su incapacidad para aprobar en tiempo y forma los Presupuestos Generales del Estado para 2025, que con toda seguridad no serán aprobados antes de la finalización del ejercicio en curso. Esta es la realidad de los hechos, y es ajena a la voluntad del PSOE, que evidentemente preferiría poder sacar adelante sus iniciativas legislativas y no tener que depender de unos socios que le hacen sudar tinta, con mención especial últimamente para Podemos y para Junts. Pero hay un dato que sí depende de la voluntad del Gobierno y que muestra el nivel de respeto al Parlamento: la presencia del presidente del Ejecutivo y de sus ministros en las sesiones de control tanto en el Congreso como en el Senado. Desde ese 7 de septiembre se han celebrado diez sesiones de control en la Cámara Baja. Pedro Sánchez no ha acudido en seis ocasiones: el 11 y 25 de septiembre, el 23 y el 30 de octubre y 13 y 20 de noviembre. En cambio, sí ha acudido en cuatro: 18 de septiembre, 9 y 16 de octubre y 27 de noviembre. En medio, y como pretexto, viajes a Bruselas, China, Nueva York, India y Río de Janeiro. Noticia Relacionada Hay que vivir opinion Si Lo que Abascal quiere no es que no se acojan menas, es que se retornen Juan Fernández-MirandaEste dato adquiere relevancia si se compara con su participación en las sesiones de control en el Congreso en los primeros diez meses de legislatura: entre diciembre y junio se celebraron catorce, y el presidente del Gobierno acudió a trece, el 92,9 por ciento. Es decir; ha pasado de ausentarse el 7,1 por ciento a hacerlo el 60 por ciento, 8,5 veces más. Esta tendencia no es exclusiva del presidente del Gobierno. También han aumentado sus ausencias en este trimestre la hoy vicepresidenta de la Comisión Europea Teresa Ribera (ha fallado a 7 de 9), y los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares (70 por ciento); de Educación, Pilar Alegría (60%); y de Industria, Jordi Hereu (40%). Legislatura completaDesde la formación del Gobierno de coalición en noviembre de 2023 se han celebrado 24 sesiones de control en el Congreso de los Diputados. El que más se ausenta es Albares, que no acude al 66,7 por ciento de las sesiones de control en el Congreso, seguido por Ribera, que no participó en casi seis de cada diez (56,5%). El presidente del Gobierno no se ha presentado en el 29,2 por ciento de las sesiones, casi una de cada tres. Desde la investidura, Albares faltó en siete de cada diez y Ribera algo más de la mitad de las vecesEn el lado contrario está la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, que sólo ha fallado una vez (4,2%), y los titulares de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, de Juventud e Infancia, Sira Rego, y de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, que han faltado nada más en dos ocasiones (8,3%). En tres ocasiones lo han hecho los ministros de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y de Igualdad, Ana Redondo.El pasado 30 de octubre se produjo una circunstancia sobrevenida, la DANA que asoló la Comunidad Valenciana y que esa mañana superaba la decena de fallecidos. Por ese motivo, la sesión de control comenzó con un minuto de silencio por las víctimas. Un rato después, en plena refriega política, la Generalitat Valenciana informó de que el número de fallecidos superaba ya el medio centenar, motivo por el que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, decidió suspender el pleno ordinario que ya se estaba celebrando. «No procede un debate de este tipo y lo ideal sería que se reúna la Junta de Portavoces y entre todos decidamos suspender este Pleno por respeto a las víctimas de la DANA. Suspendámoslo y que el Gobierno pueda irse a trabajar», dijo el portavoz del PP, Miguel Tellado, a quien secundó su homólogo socialista, Patxi López: «No es el momento de la confrontación política en el tono en el que lo estamos haciendo». Y así fue. Lo extraño fue que Armengol mantuvo el pleno extraordinario previsto para ese mismo día con el fin de debatir la convalidación del real decreto ley sobre Radio Televisión Española (RTVE).El SenadoEn la Cámara Alta sucede algo parecido, aunque hay diferencias. La primera es que Pedro Sánchez no ha ido ni una sola vez desde que hizo público su desprecio al Legislativo. Tampoco es que hubiera ido mucho en los primeros meses de legislatura: una vez, el 12 de marzo, muy lejos del compromiso que instauró José Luis Rodríguez Zapatero y mantuvo Mariano Rajoy de acudir una vez al mes a la Cámara Alta. La ausencia en el Senado no ha sido sorpresa. Ya en el mes de octubre trascendió que La Moncloa no contemplaba que el presidente participara más, al menos en el corto plazo, en las sesiones de esa Cámara porque no se consideraba bien tratado, dado que la mayoría absoluta del Partido Popular. En el único pleno al que asistió en marzo tuvo que responder a preguntas sobre el caso Koldo y sobre la investigación a su mujer, Begoña Gómez. Asimismo, el BNG le preguntó por las infraestructuras en Galicia y ERC por los compromisos de financiación adquiridos con Cataluña.En el Senado, desde el mes de febrero de este año se han celebrado 24 sesiones de control. Por detrás del presidente, que esta legislatura se ha ausentado del Senado en el 95,8 por ciento de las ocasiones, todas menos uno, se encuentran los dos que más fallan en la Cámara Alta: Albares se escapa casi seis de cada diez veces (58,3%), mientras que Teresa Ribera lo hace más de la mitad (52,2%). Las más cumplidoras son la ministra de Ciencia y Universidades, Diana Morant, que solo ha fallado en tres ocasiones, y la de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, que ha excusado su presencia cuatro veces.Estabilidad fallidaTras la celebración de las elecciones generales del 23 de julio, y una vez fracasado el intento de investidura de Alberto Núñez-Feijóo, presidente del partido ganador (137 escaños), Pedro Sánchez anunció que aceptaba el encargo del Rey de buscar apoyos para formar Gobierno. Aquel día, el líder del PSOE, segunda fuerza (123 diputados) dijo que no sólo buscaría apoyos para la investidura, sino que trataría de arrancar al resto de grupos un apoyo a la gobernabilidad. El objetivo era la ansiada estabilidad. Isabel Rodríguez es la más cumplidora (95,8% de presencias), seguida por Bolaños, Rego y Bustinduy, que van el 91,7%Transcurridos trece meses es obvio que de momento no lo ha conseguido y que la legislatura transita entre el bloqueo y la incapacidad del Ejecutivo para gobernar. Fue ante esta realidad cuando Sánchez decidió advertir que tiraría para adelante. Ese desprecio al Parlamento se suma a los ataques al tercer poder del Estado, el Judicial, que han sido ratificado en el 41 Congreso federal del PSOE celebrado en Sevilla, cuando el número tres del partido, Santos Cerdán, denunció la existencia del 'lawfare' contra su formación. El cuarto poder, la prensa, tampoco vive ajena a este acelerón del Gobierno, que incluso ha formado una comisión integrada por hasta siete ministros y que se reune cada tres meses para valorar el funcionamiento de los medios. Esa es la situación en la que se encuentra la XV Legislatura de la Democracia quince meses después de la constitución del Parlamento, el 17 de agosto de 2023.
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