Ahora no. No debo. ¿Qué aporto? Nada. Más fango. Uno que no mata pero seguro que hiere a alguien. Pero desde que lo vi en redes, uff, no puedo quitármelo en la cabeza. Seguro, espero, que se alojará en mi memoria mucho menos tiempo que lo que retendré el horror, la desgracia, la muerte, el derrumbe, el turbión mortal que también nos trajo una riada de solidaridad, de heroísmo, de valor, de generosidad, de amor y la desasosegante incompetencia del Estado, representado en Sánchez, cobarde, huyendo por patas.Pero no es esa imagen de un Rey templado y un presidente a la fuga la que me tiene noqueado, sobrecogido por la rabia compartida con un pueblo tan anegado como abandonado. Hablo con Ramón. Está destrozado. La voz rota. Alcanza entre sollozos a levantar acta de la parca que se ha cebado en su entorno : sus amigos, colaboradores, vecinos. «Pery, es un desastre, no sé cómo vamos a remontar. No podremos. Qué tragedia, tanta gente, joder, tanta gente». Sólo puedo escucharle, torpemente animar al amigo que es ahora un trapo pero siento que le estoy traicionando mientras no para de repetirme entre lágrimas que «lo han perdido todo, todo, hay que ayudar, no los olvidéis, no los olvidéis, por favor». Le juro que sí, que sabe que estaremos ahí, que estaremos en esta guerra juntos en la trinchera.Me sé un impostor. Acabo de mandar dinero a Cáritas y, presidente, no puedo dejar de ver tu maldita imagen descendiendo del helicóptero. Confieso que te he maldecido. Sí, porque antes que a ti, justo antes, con prisa, preparando rápida la mejor toma, de ese mismo artefacto ha descendido un cámara. Un currito, pendiente de recoger el momento en esa pista, alejada de los periodistas pero a donde te llega el que «te vote Txapote». Se ha colocado a la izquierda de la escalerilla, ha ignorado a las dos autoridades que esperan de pie, los imagino sobrecogidos, y se ha puesto la cámara al hombro. Pedazo de toma histórica, presidente. Te pregunto, ¿ensayaste el rictus, diste indicaciones de cuál es tu mejor lado, ese que no te delata el bruxismo de tus cóleras y soberbias?No, tengo que borrarte de mi alma, seguro que podrida. Dejar sitio a otras mucho más necesarias. Las de esos miles de valencianos acarreando palas, víveres, medicinas, ropa… esperanza para los pueblos sepultados por la DANA . A pie desde la capital, sin helicóptero, Pedro. Jóvenes, ancianos, críos… No, no puedo, porque veo a ese cámara, donde querría unas bolsas con plasma, leche y... espera que también desciende un fotógrafo, que no falten medios gráficos para inmortalizar (y maquillar) tu incompetencia. La imagen pasará a tu historia, será otro capítulo de tu serial fallido. Ocupará en la mía, infinitamente más irrelevante y modesta, un sitio destacado. Porque no, no puedo dejar de sentir arcadas ante tu enésima bajeza. Qué grandes vasallos los españoles si tuvieran un buen señor.
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