‘Saben aquell’: cine creíble, triste y bonito sobre la vida de Eugenio

Don_Schneider

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27 Sep 2024
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El personaje que coprotagoniza esta película tan viva como atractiva (comparte el protagonismo con su primera, decisiva, inteligente, comprensiva y admirable esposa) logró en su vida profesional algo impagable como es hacer reír a un público inicialmente selectivo y después masivo. Utilizando de forma magistral algo tan popular como el contar chistes, en el escenario habitual de los bares y las reuniones de amigos. Se llamaba Eugenio.

Ya sé que cada espectador se ríe con las cosas que le hacen gracia, incluida la sal gorda o la caricatura grosera, pero es indiscutible que este cómico estaba en un nivel superior, que compartía el Olimpo en este país con moradores tan ilustres e incontestables como Gila, Tip y Coll, Martes y Trece y otros con capacidad para seducir a los paladares más variados, provocándoles la sonrisa, la risa y la carcajada, sensaciones tan gozosas como terapéuticas.

Combinaba la gracia que salía de su boca con una puesta en escena insólita. Era un señor de apariencia muy seria, sentado en un taburete, que convertía en arte sus silencios, ritualmente acompañado por una copa en la mano y un cigarrillo en la boca, con capacidad hipnótica, voz profunda, maestro de la pausa, con un sentido del humor tan brillante como exótico. Con elementos mínimos creaba espectáculo: desprendía magnetismo y una gracia muy particular. Igualmente, los chistes que grababa en casetes, eran celebrados masivamente por la gente, en soledad, en compañía o en familia.

Carolina Yuste, David Trueba y David Verdaguer en la presentación de 'Saben aquell', el 25 de octubre de 2023, en Madrid.

Y antes del éxito multitudinario, él y su esposa, Conchita, buscaron su lugar bajo el sol formando un dúo musical. Con un éxito muy discreto que daba lo justo para poder comer ellos y sus hijos. Actuaban en pubs y locales pequeños, aunque una vez representaron a España en Eurovisión. Se querían mogollón. Y se entendían. Sobre todo, ella a él. La depredadora enfermedad se cebó, se cebó con la guardiana de la familia. Pero esta mujer tan inteligente fue consciente antes que nadie de que la originalidad y el supremo talento de su pareja no radicaba en las canciones que creaban e interpretaban conjuntamente, sino en su creatividad como humorista.

David Trueba narra admirablemente la historia de esta pareja singular. También de la época que vivieron. Hace todo creíble, complejo, lleno de vida, emocionante en algunos momentos. Como el llanto final y desolado de ese hombre genética o vocacionalmente introvertido y secreto, lleno de miedo y de inseguridad cada vez que tenía que actuar en soledad ante los espectadores, aficionado a la huida provisional o larga de las cotidianas responsabilidades familiares.

Existe un guion potente y un modélico traslado a las imágenes. Los sentimientos están descritos con sutileza. También la intimidad de estas personas, sus deseos y sus incertidumbres, sus sueños, el terror a la pérdida, la llegada del éxito por un camino que no podían sospechar. Cuántas cosas ocurrían en el interior de aquel señor que nos alegraba la vida, cada vez iniciaba su gozoso trabajo con el inconfundible: “Saben aquell que diu”.

Y la película se detiene antes de que llegue el temible ocaso del personaje. Al parecer su autodestrucción fue larga y sombrío el desenlace. Pero el guion, cofirmado por Albert Espinosa, y el retrato en movimiento que ha hecho David Trueba de él, prefieren centrarse en el nacimiento y desarrollo de un amor, incluso de los momentos en los que apareció el esplendor en la hierba. También en el afianzamiento de un arte. Y prescinde del derrumbe de ese hombre, de su progresiva inmersión en el volcán. Carolina Yuste está haciendo memorable cada personaje que interpreta. Aquí, el suyo está repleto de matices, resueltos con una naturalidad encomiable. No conocía a David Verdaguer. Peor para mí. Su creación es magnífica.

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