Rueda afea que «cuando el BNG vio que no podía inaugurar Altri, decidió plantarle batalla»

santiago47

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La tramitación del proyecto de pasta soluble celulósica que la pastera lusa plantea instalar en Palas de Rei (Lugo), ha vuelto a ser protagonista en la sesión de control al presidente de esta semana. Pero, en esta ocasión, los nacionalistas se bajaron del carro de la conspiración y no hicieron referencia a esos «papeles ocultos» y «acuerdos secretos» firmados con Impulsa -una sociedad público-privada promovida por la Xunta para agilizar iniciativas industriales tractoras-, de los que llevan hablando ya una semana. Optaron, en cambio, por un subir un grado más sus acusaciones y arremeter contra el Gobierno autonómico por intentar «resucitar el franquismo industrial» para instalar en Galicia una celulosa «como se hizo con Ence». Ante esto, el titular del Ejecutivo, Alfonso Rueda, se defendió tirando de hemeroteca y recordando que antes de las elecciones el Bloque sí apoyaba el proyecto, incluido algún diputado que aún a día de hoy está en la Cámara. La diferencia, aseguró, es que ahora no podrán colgarse la medalla de inaugurar la planta. «Si el proyecto de la macrocelulosa es tan fantástico, ¿por qué no lo quieren en Portugal?», insistió la portavoz nacional, Ana Pontón, al principio de su intervención, asegurando que verterá «30 millones de litros de agua contaminada» al río Ulla, que abastece a 10.000 personas. «Y aún así tendrá el informe postivo de Augas de Galicia», condenó. «A ustedes les da igual que Altri contamine, les da igual poner en riesgo ocho mil puesto de trabajo directo, y les da igual que quieran convertir a Galicia en un eucaliptal», aseguró. Pese a ello, auguró, el proyecto recibirá «todos los sellos de calidad ambiental» porque «es una decisión política del PP para beneficiar a Altri [...] y perjudicar e hipotecar el futuro de este país». Para la líder del BNG, con esto el PP demuestra que «no tienen ningún proyecto industrial de futuro», sino para «volver al pasado»: «Lo que nos está ofreciendo es recuperar el franquismo industrial de las celulosas. En el año 1963 se nos imponía una celulosa en este país por parte del franquismo y ese es el modelo que ustedes recuperan en el año 2025», 60 años después. Una baza que, le respondió el presidente en su turno, «ya tardaba en aparecer», pero a la que, en todo caso, no le dio más continuidad. En cambio, recordó a la oposición que parte de las grandes industrias tractoras en la Comunidad son multinacionales extranjeras, como Stellantis, que es francesa, o Alcoa, que es norteamericana, devolviéndole la pregunta y evidenciando lo ilógico de cuestionar «¿por qué no las quieren allí»?. Acto seguido, tiró de hemeroteca, algo que, en el caso de los nacionalistas, dijo, «siempre da mucho juego». Recordó cuando el alcalde por aquel entonces de Ribadeo, el bloqueiro Fernando Suárez, solicitaba que se instalase en su municipio, o cuando el Parlamento aprobó con los votos de BNG la instalación de la planta en la provincia de Lugo. Su «favorita», dijo, es la frase del diputado Daniel Castro, que en 2022 decía que su formación era la primera «en alegrarse por cualquier proyecto que cumpla la legislación se instale en A Mariña o en cualquier parte del país». «Cuando llevaba dos derrotas decía otra cosa de Altri», aseguró Rueda sobre la portavoz nacional, pero «con la tercera cambió de opinión». Hubo un antes y un después en la posición del BNG, dijo, y el punto de inflexión lo marcaron los comicios autonómicos del 18 de febrero de 2024.Entonces, dijo, el partido se dio cuenta de que «tenía que sacarse la careta» y «volver a ser el Bloque de siempre, ya no tenían que disimular». Así, «pasó de ser maravillosa, en palabras de sus diputados, a ser una bomba ambiental», y «cuando vio que no podía inaugurar Altri, decidió plantarle batalla», a pesar de que «tenían los datos desde el principio». Sino, dijo, estarían admitiendo votar «sin conocer lo que estaban votando».«Es capaz de todo» le dijo, pero «de todos los disparates y falsedades que han dicho sobre este asunto, hay una cosa que se puede decir que es verdad. Ustedes hablaron de coacción a los funcionarios [...] ¿Y sabe de quién? De ustedes», condenó. Una «coacción injusta, irreponsable, continuada, cobarde e indocumentada», acusando a los funcionarios de «cometer irregularidades». «Dudo mucho que si los tuvieran delante fuesen capaces de decírselo a la cara», le espetó, asegurando que «como no le sirvieron las coacciones a los funcionarios [...] da un paso más» y ahora tira de Franco: «¿Se da cuenta de que la gente también escucha?», cuestionó. Ya en la réplica, la nacionalista aseveró que, según su formación, lo que «cambió» después del 18 de febrero es que el 4 de marzo se conoció el proyecto, que «ocultaron antes de las elecciones porque sabían que era una bomba de relojería». Para ella, lo que la Xunta «tiene que explicar» es «por qué dimiten algunos técnicos y porque para substituirlos colocan a comisarios políticos del PP», si bien no dieron más especificaciones. El Gobierno autonómico, insistió, está «haciendo de comercial de Altri», dijo, «demostrando que no es capaz de conseguir empresas de vanguardia tecnológica y de futuro, y lo único que nos ofrece es resucitar el franquismo setenta años después», repitió. «Sea valiente, señor Rueda, y asuma sus decisiones políticas», zanjó, augurando que en algún momento se conocerán esos supuestos intereses por lo que «están empeñados en llevar adelante un proyecto que pone en riesgo el futuro de este país».

 

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