Wilfrid_Thompson
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Cuando se va a entrevistar a alguien, lo normal es llegar a la cita sabiendo lo máximo posible del entrevistado. Menos frecuente es conocer la vida y obra de sus padres, hermanos o amigos, pero los Flores, como dice Rosario Flores (Madrid, 61 años), son una familia que ha estado muy expuesta. La artista es famosa desde su nacimiento y casi también desde la cuna supo que la música era su vocación. Con 33 años de carrera a sus espaldas, ha publicado este 6 de diciembre su último trabajo, Universo de Ley, una retrospectiva de toda su trayectoria donde convierte clásicos en duetos de la mano de artistas de todas las edades y todo tipo de géneros musicales.
Tras una intensa jornada de promoción, Rosario Flores se arrellana en una de las butacas del teatro donde recibe a la prensa y cuenta a EL PAÍS cómo se fraguó el nuevo álbum. “Creo que es el disco más difícil de mi carrera porque cuando haces un disco inédito son tus canciones nuevas y tienes mucha ilusión de hacerlas como tú las sientes y punto, pero hacer versiones de canciones que para mí ya están muy bien hechas y muy bonitas no fue fácil”. No solo fue complicado decidir qué temas incluir, también pensar con quién compartir cada uno de ellos. “A cada artista le mandaba tres o cuatro canciones y ellos elegían”, explica acerca del proceso de creación. “A algunos les he tenido que esperar mucho por sus agendas”, cuenta. Hay otros que no han llegado a colaborar: “Se me han quedado muchos, pero bueno, ya se verá en la vida”.
Con Sebastián Yatra, Estopa, Alejandro Sanz, Natalia Lafourcade, Malú, Maná, Gipsy Kings, Ketama, Carlinhos Brown, Fito Páez, Niña Pastori, Mon Laferte, Carlos Vives y Diego El Cigala ha actualizado canciones que, muchas veces, son himnos, temas congelados en el tiempo capaces de conectar con el público generación tras generación. Es el caso de No dudaría —canción original de su hermano Antonio Flores, fallecido en 1995, que Rosario recreó tras su muerte—, versionada ahora junto a Fito Páez, o su nuevo dueto de Cómo quieres que te quiera con Sebastián Yatra, quien al principio se mostró algo reticente debido al respeto que le infundía la canción. “Sebastián me decía: ‘¿Pero cómo voy a hacer Cómo quieres que te quiera? Es una canción que la gente conoce mucho y que ya estaba versionada por C. Tangana en Nunca Estoy”, explica la cantante y compositora. “A él como que le daba cosa, pero le dije: ‘Lo vas a hacer muy bien, si se te ocurre algo nuevo, hazlo’. Y bueno, se le ocurrió algo y yo casi me caigo al suelo cuando lo escuché, es un gran cantante”, dice del colombiano, con quien ya colaboró en Dharma, el tercer álbum de Yatra. En Qué bonito, para la artista una de las canciones más significativas de su carrera, ha vuelto a confiar en el coro de la Fundación Nzuri Daima de refugiados de Uganda. “Es gente que ha pasado tanta guerra, tantas calamidades y tantas injusticias, que en su voz se ve todo lo que han vivido”, dice sobre a quienes conoció durante el concierto homenaje a su hermano celebrado hace un año.
Para Universo de ley, Rosario Flores ha trabajado con el productor que le ha acompañado toda su carrera, Fernando Illán. Y, para esta ocasión, se ha incorporado también Víctor Martínez, con quien trabajan artistas como C. Tangana, Zahara o Marina Carmona. Al preguntarle si está interesada en explorar nuevos sonidos, ella niega con la cabeza: “No, lo que pasa es que necesitábamos a alguien nuevo, joven, que nos diera una movida diferente a las canciones, por eso elegí a Víctor”. Las nuevas generaciones que no la conocen por su música, han podido descubrirla en televisión después de sus ocho ediciones como jurado en La Voz Kids; a través de covers como la de C. Tangana en Nunca estoy y ahora a través de los temas cantados junto a otros compañeros de profesión y, en muchos casos, también de vida. “Ser una inspiración para las nuevas generaciones me parece un orgullo total”, asegura.
Ganadora de 12 discos de platino, tres premios Ondas y tres Latin Grammy, para la cantante no hay una fórmula secreta que garantice el éxito en la industria. Y ojo, el triunfo para ella no se traduce en conseguir un pelotazo musical, sino en mantenerse a lo largo del tiempo, algo al alcance de unos pocos. “Yo me mantengo por arte de magia, porque la música es magia y verdad, y si no la tienes no sé cómo se puede hacer eso”, explica con una voz grave y pausada que proyecta una imagen tranquila y serena muy distinta a la de la Rosario Flores enérgica que conocen quienes la han visto en concierto. “Pensándolo, yo lo he hecho por mi inquietud, por mi vitalidad, por lo que quiero a mi arte, por lo que me gusta la música y subirme a un escenario”.
Rosario Flores se define como una artista de emociones: “A mí me gusta emocionar y me gusta que la música nos haga llorar, nos haga reír, que nos dé esa medicina que tiene la música para los seres humanos. Me considero una artista calentita, visceral y emotiva”. Y esta forma de vivir la música (y a través de la música) entronca directamente con sus raíces familiares: “Si soy artista es por la sangre que tengo dentro de mí, por lo que viví, por la madre que me parió y el padre que me hizo”. La eterna figura de su madre, Lola Flores, está un poquito más cerca del público desde que en marzo de 2023 se abrió el Centro Cultural Lola Flores en su Jerez de la Frontera natal. En su primer año, la institución ya ha generado beneficios, lo que supone la enésima prueba de la fascinación que sigue despertando La Faraona. “No habrá otra Lola Flores nunca más en la vida”, dice su hija pequeña, y añade que tenía un don para llegar a la gente, quería al pueblo y el pueblo la quería a ella. “Mi madre era genial, se ha convertido en un icono universal, o sea que por algo será. Y está vivita y coleando por todas partes”, considera.
Universo de Ley es una mirada desprovista de nostalgia a una carrera musical que arrancó en la madrileña sala Morocco. ¿Qué sentiría Rosario Flores si iniciara ese viaje introspectivo hacia su propia vida personal? “Me siento muy afortunada de todo lo que me da la vida, con los altibajos que he tenido, con mis rosas, mis espinas, he tenido una vida preciosa y por eso he llamado al disco Universo de Ley, porque creé mi universo de ley que sigue volando por el espacio estelar”.
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Tras una intensa jornada de promoción, Rosario Flores se arrellana en una de las butacas del teatro donde recibe a la prensa y cuenta a EL PAÍS cómo se fraguó el nuevo álbum. “Creo que es el disco más difícil de mi carrera porque cuando haces un disco inédito son tus canciones nuevas y tienes mucha ilusión de hacerlas como tú las sientes y punto, pero hacer versiones de canciones que para mí ya están muy bien hechas y muy bonitas no fue fácil”. No solo fue complicado decidir qué temas incluir, también pensar con quién compartir cada uno de ellos. “A cada artista le mandaba tres o cuatro canciones y ellos elegían”, explica acerca del proceso de creación. “A algunos les he tenido que esperar mucho por sus agendas”, cuenta. Hay otros que no han llegado a colaborar: “Se me han quedado muchos, pero bueno, ya se verá en la vida”.
Con Sebastián Yatra, Estopa, Alejandro Sanz, Natalia Lafourcade, Malú, Maná, Gipsy Kings, Ketama, Carlinhos Brown, Fito Páez, Niña Pastori, Mon Laferte, Carlos Vives y Diego El Cigala ha actualizado canciones que, muchas veces, son himnos, temas congelados en el tiempo capaces de conectar con el público generación tras generación. Es el caso de No dudaría —canción original de su hermano Antonio Flores, fallecido en 1995, que Rosario recreó tras su muerte—, versionada ahora junto a Fito Páez, o su nuevo dueto de Cómo quieres que te quiera con Sebastián Yatra, quien al principio se mostró algo reticente debido al respeto que le infundía la canción. “Sebastián me decía: ‘¿Pero cómo voy a hacer Cómo quieres que te quiera? Es una canción que la gente conoce mucho y que ya estaba versionada por C. Tangana en Nunca Estoy”, explica la cantante y compositora. “A él como que le daba cosa, pero le dije: ‘Lo vas a hacer muy bien, si se te ocurre algo nuevo, hazlo’. Y bueno, se le ocurrió algo y yo casi me caigo al suelo cuando lo escuché, es un gran cantante”, dice del colombiano, con quien ya colaboró en Dharma, el tercer álbum de Yatra. En Qué bonito, para la artista una de las canciones más significativas de su carrera, ha vuelto a confiar en el coro de la Fundación Nzuri Daima de refugiados de Uganda. “Es gente que ha pasado tanta guerra, tantas calamidades y tantas injusticias, que en su voz se ve todo lo que han vivido”, dice sobre a quienes conoció durante el concierto homenaje a su hermano celebrado hace un año.
Para Universo de ley, Rosario Flores ha trabajado con el productor que le ha acompañado toda su carrera, Fernando Illán. Y, para esta ocasión, se ha incorporado también Víctor Martínez, con quien trabajan artistas como C. Tangana, Zahara o Marina Carmona. Al preguntarle si está interesada en explorar nuevos sonidos, ella niega con la cabeza: “No, lo que pasa es que necesitábamos a alguien nuevo, joven, que nos diera una movida diferente a las canciones, por eso elegí a Víctor”. Las nuevas generaciones que no la conocen por su música, han podido descubrirla en televisión después de sus ocho ediciones como jurado en La Voz Kids; a través de covers como la de C. Tangana en Nunca estoy y ahora a través de los temas cantados junto a otros compañeros de profesión y, en muchos casos, también de vida. “Ser una inspiración para las nuevas generaciones me parece un orgullo total”, asegura.
Ganadora de 12 discos de platino, tres premios Ondas y tres Latin Grammy, para la cantante no hay una fórmula secreta que garantice el éxito en la industria. Y ojo, el triunfo para ella no se traduce en conseguir un pelotazo musical, sino en mantenerse a lo largo del tiempo, algo al alcance de unos pocos. “Yo me mantengo por arte de magia, porque la música es magia y verdad, y si no la tienes no sé cómo se puede hacer eso”, explica con una voz grave y pausada que proyecta una imagen tranquila y serena muy distinta a la de la Rosario Flores enérgica que conocen quienes la han visto en concierto. “Pensándolo, yo lo he hecho por mi inquietud, por mi vitalidad, por lo que quiero a mi arte, por lo que me gusta la música y subirme a un escenario”.
Rosario Flores se define como una artista de emociones: “A mí me gusta emocionar y me gusta que la música nos haga llorar, nos haga reír, que nos dé esa medicina que tiene la música para los seres humanos. Me considero una artista calentita, visceral y emotiva”. Y esta forma de vivir la música (y a través de la música) entronca directamente con sus raíces familiares: “Si soy artista es por la sangre que tengo dentro de mí, por lo que viví, por la madre que me parió y el padre que me hizo”. La eterna figura de su madre, Lola Flores, está un poquito más cerca del público desde que en marzo de 2023 se abrió el Centro Cultural Lola Flores en su Jerez de la Frontera natal. En su primer año, la institución ya ha generado beneficios, lo que supone la enésima prueba de la fascinación que sigue despertando La Faraona. “No habrá otra Lola Flores nunca más en la vida”, dice su hija pequeña, y añade que tenía un don para llegar a la gente, quería al pueblo y el pueblo la quería a ella. “Mi madre era genial, se ha convertido en un icono universal, o sea que por algo será. Y está vivita y coleando por todas partes”, considera.
Universo de Ley es una mirada desprovista de nostalgia a una carrera musical que arrancó en la madrileña sala Morocco. ¿Qué sentiría Rosario Flores si iniciara ese viaje introspectivo hacia su propia vida personal? “Me siento muy afortunada de todo lo que me da la vida, con los altibajos que he tenido, con mis rosas, mis espinas, he tenido una vida preciosa y por eso he llamado al disco Universo de Ley, porque creé mi universo de ley que sigue volando por el espacio estelar”.
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