Kristin_McKenzie
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Iniciar un proyecto empresarial siendo mujer nunca ha sido fácil, pero cada vez son más las voces que luchan por cambiar las reglas del juego. Este 19 de noviembre se ha celebrado el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, así que es un buen momento para poner sobre la mesa los desafíos, los avances y las historias que están transformando el ecosistema del emprendimiento femenino en España.
Gracias a mi trabajo, me encuentro en un lugar privilegiado para ser testigo de los cambios que el mundo de las startups está viviendo en lo que a género se refiere. Cada vez son más las mujeres que se atreven a perseguir sus ideas de negocio y son muchas las que quieren compartir su historia con humildes voces como la mía, para demostrar que ellas también existen en el sector del emprendimiento tecnológico y, por qué no, para servir como ejemplo para que otras se animen a venir.
Este año he podido hablar con siete ‘startuperas’ que se dedican a la tecnología. No todas llegaron allí por la misma razón, ni sus empresas hacen las mismas cosas, ni tienen la misma visión sobre el futuro, pero sí comparten un sentimiento común: la pasión y la entereza que requieren sacar un negocio adelante.
Ellas son Amaia, Camila, Eva, Marta, Mercedes, Nera y Viviana. Y estas son sus historias.
Brechas que se resisten a cerrar
El último Mapa del Emprendimiento 2024, elaborado por South Summit en colaboración con IE University, lanza un jarro de agua fría: desde hace más de una década, el porcentaje de mujeres fundadoras de startups en España se mantiene estancado en el 20%. Y aunque los equipos fundados exclusivamente por mujeres han crecido de un 6% a un 10%, esta sigue siendo una cifra tremendamente baja para todo el talento que tenemos en nuestro país.
El informe deja otro dato desolador: hasta el 18% de las mujeres fundadoras no ocupa ningún cargo directivo en su propia startup, mientras que esta cifra es del 11% en el caso de los hombres.
Estos números no son solo estadísticas: son un reflejo de las barreras culturales y estructurales que aún pesan sobre nosotras.
“Las disciplinas STEM han estado en su mayoría lideradas por hombres debido a una combinación de factores históricos, culturales y estructurales que han limitado la participación femenina en el sector”, afirma Viviana Millán, fundadora de Alter Ego Solutions, empresa de asistentes personales que ofrece servicio individual y personalizado 24/7 los 365 días al año.
Mercedes Broseta, cofundadora de VisualNACert, una plataforma que mejora la gestión de información y toma de decisiones para el sector agrícola, coincide con su compañera: “Históricamente, la brecha de género en campos STEM ha contribuido a esta percepción”. Pero cree que hay algo de luz y que “estamos viendo un cambio positivo. Cada vez más mujeres están liderando startups tecnológicas y ocupando puestos de liderazgo en el sector. Iniciativas como los Women Startup Awards están dando visibilidad a estos logros”.
Los Women Startup Awards que menciona Mercedes se han consolidado como una ceremonia de referencia del emprendimiento femenino en España. Su startup ha sido ganadora en la categoría Scale Up.
Pero si alguien tiene claro cómo está cambiando el pulso del sector tech en cuanto a participación femenina es Nera González, embajadora de Technovation Girls Madrid, un proyecto que lleva ocho años en marcha y promueve el emprendimiento tecnológico entre niñas y adolescentes, inspirándolas a resolver problemas de su comunidad.
“La brecha de género en STEM tiene un impacto directo en el emprendimiento tecnológico, ya que la menor participación de las mujeres en este campo reduce su presencia en la creación de startups. Los estereotipos sobre qué carreras ‘son para hombres o para mujeres’ han limitado históricamente el interés y las oportunidades de muchas niñas y jóvenes en tecnología. Además, factores como el acceso desigual a oportunidades y la falta de redes de apoyo específicas para mujeres han dificultado su camino hacia el liderazgo en tecnología. Sin embargo, esto está cambiando”.
El motivo del cambio son programas como los que ella representa, que permiten empoderar a niñas y jóvenes para que vean la tecnología como una herramienta para resolver problemas reales y crear un impacto en la sociedad. “También estamos siendo testigos de un cambio cultural que impulsa la diversidad, tanto en la educación como en los ecosistemas emprendedores, visibilizando a mujeres líderes en tecnología y emprendimiento”, añade.
No obstante, “los avances no siempre son lineales ni rápidos”, lamenta Camila Rodrigues, cofundadora de EONsea, una startup sevillana que emplea drones e inteligencia artificial para realizar inspecciones de embarcaciones. “Desde niñas nos asocian a ciertos comportamientos, juegos e ideas que poco fomentan el interés en la tecnología. Eso resulta en menos mujeres que quieran o no tengan miedo a acceder a la educación STEM”, comenta. No obstante, ve un futuro esperanzador: “Hoy, más mujeres están rompiendo barreras y demostrando que la innovación no tiene género”.
De momento, lo últimos informes dicen que el porcentaje de mujeres en España que se decanta por estudiar carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) es de alrededor del 30%.
¿Por qué emprenden las mujeres?
Las motivaciones para emprender son distintas entre hombres y mujeres. Mientras el 48% de los hombres lo hace por un sueño de toda la vida, el 42% de las mujeres señala que detectó una oportunidad en el mercado, un dato que dice mucho de ese pragmatismo que siempre se nos ha negado a las mujeres tener.
La mayoría de las emprendedoras con las que he hablado para este reportaje son un ejemplo de ello.
Marta Guardiola, cofundadora y CTO de MiWEndo Solutions, lo explica muy claro: “Decidí emprender tras más de diez años trabajando como investigadora en la Universidad. Durante esta etapa de investigación, me di cuenta de que, desde la Universidad, era prácticamente imposible completar el camino hacia la creación de un dispositivo médico que pudiera llegar a los pacientes”.
Su spin-off que desarrolla un dispositivo para la detección temprana del cáncer colorrectal utilizando tecnología de microondas: “Mi gran motivación para emprender fue, precisamente, poder cerrar ese ciclo y convertir una prueba de concepto de una tecnología muy prometedora hasta un producto que pueda ser usado en la práctica clínica. Mi objetivo siempre ha sido generar un impacto positivo en la salud de los pacientes”.
Viviana también optó por la línea del pragmatismo. Asegura que identificó “una necesidad en la sociedad: la falta de tiempo y la posibilidad de delegar ciertas tareas de nuestro día a día”. Y se lanzó a ello. Aunque matiza que, como mujer que había trabajado para muchos jefes hombres, “veía una posibilidad de cambiar las cosas, hacerlas de otra manera”. “Las mujeres somos más colaborativas a la hora de hacer crecer algo. Tenemos una inteligencia emocional que nos hace ir un paso más allá”, valora.
Mercedes continúa el discurso de sus compañeras: “Decidí emprender porque vi una oportunidad clara de mejorar el sector agrícola utilizando la tecnología. Como ingeniera agrónoma y parte de una familia de agricultores, entendía los desafíos que enfrentaban los productores. Fundé VisualNACert en 2014 con mi hermana Lucía para digitalizar la agricultura y proporcionar herramientas que permitieran a los agricultores tomar decisiones más informadas y sostenibles”.
La tecnología como aliada imprescindible
Según el Observatorio de Digitalización GoDaddy 2024, el 85% de las emprendedoras españolas considera que la digitalización es clave para impulsar sus negocios. Además, 9 de cada 10 cree que alcanzar un alto nivel digital mejora la competitividad.
Esta cifra no me sorprende. La tecnología es una herramienta poderosa, capaz de nivelar el terreno y abrir puertas que antes parecían inalcanzables. Pero no basta con herramientas: se necesita formación, mentores y, sobre todo, acceso a financiación.
“La tecnología ha sido un pilar esencial para el desarrollo y la expansión de Gravity Wave y nos ha permitido escalar más rápido y llegar a más personas interesadas en contribuir al cambio”, dice Amaia Rodríguez, fundadora de Gravity Wave, una startup social que tiene como objetivo retirar la mayor cantidad de plástico de los océanos para transformarlo en productos de decoración, mobiliario o materias primas para las empresas.
En el caso de EONsea, Camila asegura que la tecnología es “la base” de la empresa. “Ambos fundadores somos ingenieros robóticos y amantes de la tecnología”, apunta.
La combinación de tecnologías de vanguardia como son la inteligencia artificial, big data, visualización 3D inmersiva y gamificación han hecho posible la creación de WIVI Vision, la startup que lidera Eva.
MiWEndo es el primer y único proyecto en el mundo que desarrolla la tecnología de microondas para endoscopia. “La imagen de microondas permite obtener imágenes del interior del cuerpo que reflejan las propiedades dieléctricas de los tejidos, unas características que no pueden ser detectadas por ninguna otra modalidad de imagen médica y que, por tanto, pueden identificar lo que otras tecnologías no detectan”, explica Marta.
Los datos que proporciona Mercedes dejan claro el peso tecnológico de VisualNACert: “Utilizamos imágenes satelitales, sensores, análisis de datos en tiempo real y algoritmos predictivos para ofrecer soluciones que optimizan la gestión de cultivos, como el riego, el riesgo de plagas y la fertilización. Esto nos ha permitido expandirnos rápidamente, gestionando actualmente más de 4 millones de hectáreas”.
Ser mujer y ser líder en tecnología
Tal y como indica Amaia, en este mundo en el que vivimos las mujeres aún representan una minoría en la dirección de proyectos, y más aún de proyectos tecnológicos. Por lo que asegura que “no ha sido fácil” liderar uno. “El mayor reto ha sido la constante necesidad de demostrar mi capacidad y liderazgo en un campo que históricamente ha sido visto como dominado por hombres”. Pero no parece que lo fuera a cambiar por nada “Es muy gratificante”, afirma.
Camila habla de la falta de espacio: una actitud muy común es la sorpresa al ver una mujer en un cargo de liderazgo de una empresa como la suya, indica.
“Personalmente, he enfrentado situaciones donde se han evidenciado estos sesgos. Por ejemplo, en una reunión con proveedores y mi equipo, siendo yo la única mujer, nuestro interlocutor asumió que uno de mis compañeros era el directivo, simplemente por ser hombre”, lamenta Marta.
Además, añade, “existe otro desafío que afecta desproporcionadamente a las mujeres: la conciliación familiar. En trabajos tan absorbentes como este, compaginar la vida profesional y personal sigue siendo un reto. Aún es poco común que, en una pareja, sea el hombre quien asuma más responsabilidades en los cuidados”.
Liderar proyectos tan innovadores como estos como mujer “significa desafiar estereotipos y demostrar que las soluciones innovadoras y la visión no tienen género”, concluye Eva con rotundidad.
¿Y ahora qué?
Como periodista, me encuentro constantemente con historias que me inspiran: mujeres que, pese a las evidentes dificultades, lanzan proyectos innovadores, rompen barreras y triunfan. Pero como mujer, no puedo evitar preguntarme: ¿hasta cuándo tendremos que esforzarnos el doble para conseguir la mitad?
El Día Internacional de la Mujer Emprendedora es un marco perfecto para celebrar nuestros logros, sí, pero también para alzar la voz por lo que falta. Las cifras no mienten: estamos avanzando, pero demasiado lento.
Las personas que hoy participan en este reportaje lo tienen claro: el futuro necesita más mujeres emprendedoras, y juntas, podemos construirlo. Estas son sus palabras para las que vienen detrás:
“Mi consejo es que crean en sí mismas y se rodeen de personas que las apoyen, tanto mujeres como hombres. La clave está en la perseverancia y en nunca dejar de aprender. También les recomendaría que busquen mentoría, especialmente de otras mujeres que hayan recorrido el mismo camino”.
“Diría que el camino es difícil pero también muy gratificante. Lo más importante es creer en tus capacidades, no dejar que nadie infravalore tu trabajo y no tener miedo a destacar. Lo que me ayudó enormemente fue estar rodeada de mentores y personas que crean en ti y en tu trabajo y, muy importante, nunca dejar de aprender”.
“A las jóvenes profesionales que aspiran a roles de liderazgo en el sector tecnológico les diría que confíen en sus habilidades y que sean auténticas, fieles a sus valores. En este sector, es importante que no le tengan miedo al fracaso porque de cualquier aprendizaje puede surgir una oportunidad”.
“Les diría que confíen en ellas mismas. El síndrome del impostor es algo muy común en las mujeres y nos lleva a limitarnos, a pensar que nunca estamos lo suficientemente preparadas y a tener más dificultades para expresar nuestras opiniones. Cuando esto sucede, lo más importante es salir de nuestra zona de confort y atreverse”.
“Mi consejo para las jóvenes profesionales sería que no subestimen su potencial, que busquen mentores y referentes, que no dejen de aprender y no teman asumir riesgos”.
“Hay que ser valientes para dar el salto y lo más importante es confiar en nuestras propias capacidades, sin dejar que el miedo al fracaso nos detenga. Es fundamental ser resiliente: cada desafío es una oportunidad para aprender, para crecer y seguir adelante. Y es esencial rodearse de personas que aporten valor a nuestros proyectos”.
“Sin duda es su momento. La revolución tecnológica que vivimos desde hace unos años es una oportunidad para demostrar otra forma de hacer las cosas desde una perspectiva distinta, quizás más humana”.
Yo no soy emprendedora, pero sé lo que es liderar un proyecto exigente dentro del sector tecnológico. La presión extra, la necesidad de demostrar más que ellos, esa todavía falta de oportunidades solo por tu género, el trato infantilizado, la exigencia de ser perfectas o el contrato social no escrito de tener que llegar a cumplir en todo, de trabajar como si no tuvieras familia y de cuidar el hogar como si no trabajaras, hacen que el mundo laboral sea normalmente mucho más duro para las mujeres que para los hombres.
Pero gracias al esfuerzo de emprendedoras como Amaia, Camila, Eva, Marta, Mercedes, Nera y Viviana es posible que haya un futuro en que las mujeres que vengan tengan que pelear menos por aquello que les corresponde.
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