Ricardo Íñiguez , un experto en desastres al rescate de Viña Albali Valdepeñas

Janie_Rice

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A Ricardo Íñiguez nadie le puede contar cómo la fuerza de la naturaleza, cuando se lo propone, destroza todo lo que halla a su paso, causando una miseria imposible de describir con palabras. Lo ha vivido dos veces en un año. En septiembre de 2023, como seleccionador de fútbol sala de Libia, sufrió las inundaciones que arrasaron este rincón del Mediterráneo y donde murieron unas 20.000 personas. Y el 29 de octubre de 2024, ya se sabe, una dana nunca vista, unida a múltiples errores humanos que se fueron encadenando de forma macabra, provocó el mayor desastre de la historia de España, con más de 200 fallecidos, daños materiales incalculables y un paisaje apocalíptico en decenas de municipios de Valencia. Íñiguez, de 45 años, es de Alboraya, el pueblo de la horchata, que no resultó afectado (está en la Huerta Norte y la ruina ha sido para la Huerta Sur), pero quién no conoce al amigo de un amigo que lo ha perdido todo. Así que, como tantos ciudadanos anónimos, se calzó las botas, se echó la pala al hombro y estuvo sacando barro de unos cuantos locales en Benétuser. «Increíble. Veías montañas de coches de tres pisos, girabas la calle y era lo mismo. Y la gente sin poder salir de las casas. Un caos difícil de gestionar, pero pido que no se olvide. Los vecinos siguen estando fastidiados . Y, sobre todo, quiero dar las gracias a quienes vinieron desde todas las partes del país, que ha sido una locura; yo estaba codo a codo con uno de Ponferrada, con otro de Zaragoza, con otro gallego... algo muy bonito y no veas tú cómo 'curraba' la gente joven, esos que decimos que son 'ninis'. Era, a la vez, muy emocionante», explica por teléfono desde el pabellón Virgen de la Cabeza de Valdepeñas, que ahora es su casa. Allí acude por la mañana y no se va hasta que anochece. Ni siquiera se permitió fiesta el 1 de enero, cuando la plantilla sí que descansó por ser Año Nuevo. No obstante, el nuevo entrenador de Viña Albali Valdepeñas tiene trabajo: hace un mes, reclamaron su ayuda para rescatar a un equipo en una situación límite, con un saldo de una victoria y un empate en nueve jornadas. Instalado en el descenso. Y daba apuro lo de los azulones, siempre competitivos, que en los seis años bajo el mando de David Ramos habían sido subcampeones de Liga, de Copa de España y de Copa del Rey, además de clasificarse cinco veces para el 'play off' y cuatro para la Copa de España, logros no menores. «Me encontré un vestuario con mucha ansiedad, con muchas ganas de intentar hacerlo bien pese a que las cosas no salían», afirma Íñiguez, cuyo primer cometido fue parar la sangría de goles encajados. De momento, parece haberlo conseguido. El Valdepeñas sólo ha recibido cinco tantos en los tres partidos que lleva al frente y, lo más importante, no ha perdido: ganó 0-1 al Noia Portus Apostoli y ha empatado a dos con Osasuna Magna Xota (en casa) y a tres con Córdoba Patrimonio de la Humanidad (fuera). Toca derbi manchegoEste sábado, a las 18:00, toca recibir al Quesos El Hidalgo Manzanares en un derbi manchego de altos decibelios que servirá para examinar su recuperación. Los locales son decimoterceros, dos puntos por encima de la zona roja, mientras que los visitantes, décimos, suman seis puntos más y se encuentran luchando por entrar en la Copa de España. «No miro más allá del partido con Manzanares. Estamos en una situación difícil y pensar a largo plazo puede crear ansiedad; escapar de abajo no es fácil», cree el entrenador valenciano, quien ha firmado únicamente hasta final de temporada, aunque «la idea es darle continuidad al proyecto». Eso sí, también recuerda la urgencia de fichajes. Como mínimo, falta un pívot : «La directiva sabe lo que necesitamos y están trabajando en ello. Esperemos que pronto haya noticias».

 

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