clittel
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Un jugador de fútbol afirma que España es un país racista. En su país se cometen múltiples delitos, sin que por ello nadie tenga derecho a afirmar que Brasil sea un país de delincuentes. Curiosa afirmación, además, en boca de una persona privilegiada, multimillonaria e idolatrada por los suyos. Él puede reiterarla ante decenas de periodistas atentos, como si las pronunciara un premio nobel. Sus palabras, como sus continuos aspavientos y protestas en los partidos, buscan la provocación y el engaño.Padecerán el racismo quienes llegan en pateras y se sienten rechazados o temidos. Pese a ello, España no es un país racista. Habrá racistas, como en todas partes, pero en general el pueblo español es acogedor y generoso con el que viene de fuera y aspira a integrarse y aportar su granito de arena a la prosperidad del país, necesitado de emigrantes por múltiples razones. Un país por otra parte con incontables expatriados a lo largo de su historia.Muchos fariseos modernos se rasgaron las vestiduras cuando cuatro descerebrados llamaron 'mono' a un brasileño afroamericano fuera del campo, acción ciertamente reprobable. Pero no dijeron nada cuando miles de voces corearon «Morata es una rata» en determinado estadio. Adviértase que la rata es un animal repulsivo, mientras que el mono es mucho más simpático, aparte de que, tras las teorías de Darwin, muchos creen que descendemos de él todos los humanos.Noticia Relacionada Al contragolpe opinion Si División en el Metropolitano Nicolás Álvarez Tólcheff «Desde hace años, el juego del Atleti es impreciso, aburrido y previsible, ultradefensivo»El pasado domingo se produjeron insultos racistas a Lamine Yamal, Raphinha y Balde en el mal llamado clásico, aparte de lanzamientos de objetos a Lewandowski al celebrar un gol, sin la menor provocación por parte de los jugadores azulgranas. ¿Exigirá el hincha madridista Rodríguez Uribes que cierren todo su estadio?La sociedad (y el fútbol como reflejo de ella) debe estar en pie de guerra contra el racismo, la homofobia y la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. Protección y respeto para los equipos, las aficiones rivales y los jugadores, con independencia de su procedencia, de su nacionalidad o del color de su piel. Indios o africanos, asiáticos o europeos: todos iguales, y todos diferentes. ¿Será esto una utopía?Qué gran alegría que el balón de oro haya recaído en un futbolista excepcional, el español sin complejos Rodrigo Hernández 'Rodri', el mejor medio centro del mundo, reciente campeón de la Eurocopa y espejo de juego limpio y de virtudes humanas.
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