Skye_Olson
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Quique saboreaba hace poco más de un año sus primeros tres puntos con el Sevilla conquistados en Granada . Disfrutó de escaso tiempo antes de marcharse a las navidades con su primera derrota en el Metropolitano. Eran tiempos difíciles para el Sevilla. Tras un mes de enero terrible en cuanto a resultados, el entrenador madrileño sacó un proyecto abocado al descenso (era el tercer entrenador) de las aterradoras garras del abismo. Pasado medio año de su adiós, con un club más estable en parte gracias a la llegada de García Pimienta, aún recuerda con gesto de satisfacción sus seis meses en el Sánchez-Pizjuán. Su «misión» fue cumplida. Alargar su estancia, dentro de la reconstrucción que se avecinaba, no convenía a ninguna de las partes. Fue una decisión madurada. No cogió al Sevilla en el momento deportivo que le hubiese gustado, aunque «nunca» olvidará esas «heridas» sufridas por el camino hasta conseguir salvar al equipo . -Hace poco más de un año de su desembarco en Sevilla, si mira para atrás, ¿con qué se queda?-Lo primero que me viene a la cabeza es la sensación de trabajo bien hecho. Fuimos a hacer una labor de seis meses y nos fuimos con el deber cumplido de dejar al Sevilla en la mejor situación posible, dentro de la misión que se nos encomendó. Sé que creamos un espacio de tranquilidad para que se pudiera iniciar un nuevo proyecto. De hecho, sigo viendo al Sevilla, lo veo todos los partidos, y aún me siento partícipe de que el equipo vaya construyendo algo importante para el futuro. Hicimos todo lo que estaba en nuestra mano para llevar al Sevilla a un lugar seguro y que el siguiente entrenador pudiese construir desde ahí. Ambas partes fuimos honestas en la despedida. No era responsable continuar de esta manera.-Llegó como bombero para dejarlo justo para construir.-Yo creo que sí. Porque el Sevilla necesitaba empezar desde cero. Yo tuve un grupo de mucho nivel, pero que atravesaba un mal momento, un momento complicado y de depresión. Ahora el Sevilla se encuentra en otra fase. Ha iniciado una reconstrucción con un grupo digamos más ordenable, que saben lo que quiere su entrenador y van a muerte con esa idea. No digo que el mío no fuese así, pero había otros jugadores de jerarquía a los que necesariamente necesitamos para poder salir de abajo. El Sevilla ahora está sentando unas nuevas bases, un proyecto a futuro, desde la tranquilidad que dan los resultados y también tras haberse olvidado de la angustia que pasamos no hace tanto. Esa losa pesa mucho en los jugadores, sobre todo en los más experimentados.-¿Piensa que el sevillista se ha amoldado a esta nueva circunstancia? ¿Ha bajado su exigencia?-De alguna forma sí que la ha asumido. Es una afición acostumbrada a ver ganar numerosos títulos a su equipo en los últimos 20 años. Eso no puede olvidarse de un día para otro. Se ha dado cuenta de que la situación es distinta, pero tampoco querrá que dure eternamente. Es una afición cercana y también exigente. Te dan y te reclaman. El Sevilla debe estar siempre a la altura de su gente y eso no es sencillo.-¿Siente todavía el cariño del sevillismo?-Totalmente. La gente de Sevilla ha sido muy agradecida conmigo y yo les agradeceré eternamente ese cariño que me han mostrado incluso cuando las cosas no fueron bien al principio. De hecho, en Madrid hace unos días me paró en un semáforo, mientras iba conduciendo el Mini, un motorista. Me tocó la ventanilla del coche y me agradeció, con su acento andaluz, lo que había hecho con su Sevilla. Son cosas que te llenan de verdad, que te hacen ver que tu trabajo ha servido para algo. Creo que es la sensación que ha quedado en Sevilla, que hicimos el trabajo que se necesitaba.-¿Le da pena no haber intentado o peleado por quedarse más tiempo?-La verdad es que creo que fue la decisión correcta. Fueron meses muy duros para todos. Los dirigentes, los jugadores y también el cuerpo técnico. Sufrimos heridas que han tardado en cicatrizar, aunque afortunadamente sirvieron para algo. Yo sabía el camino que iba a tomar el Sevilla y quise ser honesto, con ellos y conmigo mismo. He tenido unos últimos proyectos de gran tensión, de peleas muy sufridas y necesitaba parar, no meterme otra vez en esa batalla. Además, yo soñaba con entrenar un Sevilla grande. Tan grande como el club que es y sabía que este momento no es ese al que aspiraba. Se necesitaba empezar de cero y lo mejor era mirar hacia otro lado. No llegué al Sevilla en el momento deseado ni para el club ni para mí.-Estaba un poco quemado, ¿verdad?-Quizás sea eso. Yo lo veo como un gesto de honestidad con todos, sobre todo conmigo mismo. No era el proyecto que yo quería liderar y también el Sevilla tenía otros planes para su banquillo.-¿Cómo está viendo al nuevo entrenador del Sevilla, García Pimienta?-Muy bien. Creo que puede ser el entrenador que necesitaba el Sevilla en este momento. Tiene mucha experiencia con grupos jóvenes, justo la base de la reconstrucción que se ha iniciado. Tiene también muy clara su idea de juego, no engaña a nadie, aunque también es capaz de ofercerle al equipo alternativas si no es capaz de avanzar con ella. Matices que enriquecen a un equipo y al propio entrenador. Le deseo que le vaya muy bien a él. Y también al Sevilla, por supuesto.-Y Quique, ¿cuándo volverá a sentarse en un banquillo?-Espero que pronto. Esperando un proyecto que me ilusione, que me den ganas de trabajar. Los entrenadores a veces necesitamos respirar, pensar en otras cosas. Aislarnos. Ya me he curado de los roces y heridas que me dejó la etapa en Sevilla. Ya he superado ese proceso y vuelvo a tener ganas y energías para meterme en un banquillo.-¿Quizás le llame un club en apuros como el Valencia?-No hablo nunca de equipos que tienen entrenadores con contratos en vigor. Baraja, encima, fue jugador al que yo entrené y le tengo un gran aprecio.-Imagino que se emocionaría con la despedida de Jesús Navas.-Sí que se me saltaron las lágrimas. Me emocioné mucho. Fue una noche fantástica para despedir a un jugador que es todo profesionalidad, pasión y amor por unos colores. Hay pocas personas que dejen un poso así por donde pasan. Su personalidad, algo tímida y nerviosa, al final te atrapa. Creo que ha dejado buen sabor de boca en cada vestuario que ha pisado y en los compañeros o entrenadores que ha tenido. Yo sólo compartí unos meses con él y fueron fantásticos. Un ejemplo. A veces yo sabía que apenas podía entrenar y siempre decía que podía. Quería ser un ejemplo para el resto. El grupo lo estaba pasando mal y él demostraba un amor propio descomunal. Puro sentimiento y disciplina. Me llegó a pedir, con su forma de hablar atropellada, el número de teléfono para escribirme o llamarme porque estaba muy agradecido por haber conseguido el objetivo. Es un fenómeno y un chico estupendo. Jesús es todo lo que está bien en el fútbol.-¿Qué le está pasando a Isaac?-Es un tema habitual en los jugadores. También me pasó a mí en mi época. Das el salto al primer equipo y juegas sin mochila, con la inconsciencia de la juventud, de ser un recién llegado. Ya estabilizarse en la élite es otra cosa. Está ahora en ese proceso de aprendizaje, de ser mejor jugador. Sigo manteniendo que Isaac es un cañón, un auténtico cañón. -El sistema que utiliza esta temporada el Sevilla no parece que sea el mejor para potenciar sus virtudes, ¿no le parece?-Tampoco le está beneficiando el sistema 4-3-3 de Pimienta. Vive demasiado solo en la delantera. El contexto del pasado año con Youssef (En-Nesyri) le venía perfecto porque además de tener gol es un gran asistente. Los partidos que se ha juntado un poco más con Peque es donde se le ha visto más cómodo. Debe seguir aprendiendo, sobre todo a llevar la responsabilidad de ser el delantero titular del Sevilla. No tengo dudas de que lo va a conseguir.-¿Le extraña que Sergio Ramos siga fuera de la rueda?-Un poco sí. El año pasado estuvo a un nivel muy alto, tanto en lo futbolístico como en lo físico. Pensaba que tendría equipo este año. Si no lo tiene es porque no le han cuadrado las propuestas que le han llegado. Conmigo fue un excelente profesional. Un jugador top.-Sevilla y Betis han roto relaciones, ¿qué le parece?-Sólo puedo decir que he vivido derbis en Madrid o Barcelona y no hay ninguno comparable al de Sevilla. Ni de lejos. Por el ambiente, el sentimiento, el color… Es increíble. Espero que los dirigentes solucionen sus diferencias porque se trata de fútbol y una ciudad como Sevilla, con la rivalidad de sus equipos, se merece que todo lo que rodea a su derbi esté a la altura de sus aficiones.-¿Cuánto tardará el Sevilla en regresar a sus objetivos naturales?-Hay cosas que deberían cambiar para que el Sevilla pueda regresar a zonas de privilegio. Es muy difícil alcanzar el éxito, más durante tantísimas temporadas. Me consta que el club, José María (Del Nido), Pepe (Castro), Víctor (Orta), están trabajando en ello. Pero la competición y la élite no esperan a nadie. Han iniciado un proceso de reconstrucción y veremos hasta dónde son capaces de llegar.
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