¿Quiénes eran los Reyes Magos?

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En el año 1164, el Emperador Federico Barbarroja, conocido como Stupor Mundi, donó al arzobispo de Colonia Reinald von Dassel, Canciller del Imperio, los restos mortales de los tres Reyes Magos de Oriente. El preciado tesoro fue trasladado inmediatamente de Milán a Colonia. Desde entonces se convirtió en un lugar de peregrinación para venerar las preciosas reliquias. Aún hoy las coronas de los tres Reyes Magos adornan el escudo de Colonia. Se puede afirmar con rotundidad que los Reyes Magos son de verdad porque a pesar de la aparición de alguna competencia moderna, viven en nuestra memoria histórica y en están asentados en nuestro corazón.Buscar en los orígenes de esta tradición nos lleva irremediablemente al Evangelio de San Mateo. En el capítulo dos, versículos uno al doce, se narra como unos Magos, guiados por una luminosa estrella, llegaron a Belén para adorar y ofrecer sus dones al Mesías recién nacido, burlando a Herodes. Pero el mismo San Mateo no ofrece detalles sobre su origen, ni siquiera afirma que fueran reyes, por lo que muchos autores consideran que el evangelista, que escribía para los judíos, los utilizó como recurso para realzar la naturaleza divina y el carácter de Jesús como Mesías.Existen interpretaciones que dicen que los Reyes Magos podrían haber sido astrólogos babilonios o sacerdotes persas, cultivadores de las ciencias, particularmente la astronomía. Tampoco cita San Mateo el lugar o reino del que procedían, aunque todo apunta a Babilonia o Persia. Esto podría ser cierto porque Babilonia era un gran centro astrológico, donde al igual que en Persia, los magos eran una casta con mucha influencia. Lo más probable es que llegasen a Jerusalén no muchos meses después de que naciera Jesús. En cuanto al número de magos, se acepta que fueron tres, teniendo en cuenta el número de presentes ofrecidos. No obstante, en determinadas representaciones pictóricas, por razones de perspectiva o capricho del autor, sólo aparecen dos o, en otras ocasiones, cuatro. Los tres nombres que han llegado hasta nosotros en la tradición occidental –Melchor, Gaspar y Baltasar – no son los nombres primitivos u originales de los Magos, los cuales se desconocen por completo (San Mateo tampoco los menciona). El monje benedictino, Beda el Venerable, doctor de la Iglesia del siglo VIII, los describió en un códice de una forma que aún hoy perdura: «Melchor, anciano de blancos cabellos y larga barba del mismo color; Gaspar, más joven y rubio; Baltasar, negro».Beda los consideró representantes de Europa, Asia y África, para así acentuar la soberanía universal del mensaje cristiano a todas las razas y países.El relato de San Mateo está cargado de hermosos símbolos, como la estrella que los guía y los mantiene en el camino día tras día, o los tres regalos que se ofrecen a Jesús. El oro era el metal perfecto y se regala a un rey. El incienso, litúrgicamente, simboliza las plegarias que se elevan al cielo. En la simbología religiosa, la mirra es emblema de muerte y de sacrificio; es amarga, aromática y tiene forma de lágrimas. Esos tres preciados regalos se ofrecieron al Niño recién nacido en reconocimiento de su divinidad. Desde entonces los Reyes Magos en la noche mágica del 5 de enero llenan de ilusión, gozo y esperanza la vida de los que creen en ellos.¡Feliz Día de Reyes Magos!

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