cary.keeling
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La ermita del Mirón de Soria, históricamente blanca, ahora es roja y blanca por dentro. La restauración ejecutada en las últimas semanas en uno de los espacios religiosos más valorados en la ciudad, de origen barroco y erigido en 1725, han cambiado por completo su aspecto. Elementos decorativos como los querubines también han sido intervenidos de manera tosca. Al ver el resultado del trabajo, esta semana numerosos especialistas en labores de mejora o limpieza de conjuntos históricos han puesto el grito en el cielo por lo que han calificado como un “atentado” contra el patrimonio. El Obispado de Osma-Soria, promotor de las obras, ha admitido el mal resultado y ha anunciado que la iglesia quedará cerrada hasta que se resuelva el asunto.
La asociación Soria Patrimonio ha expuesto en la red X imágenes de los cambios en los acabados y ha denunciado que la intervención “no se puede llamar restauración”. La ermita del Mirón no está declarada Bien de Interés Cultural (BIC), pero sí cuenta con protección según el Plan General de Ordenación Urbana soriano. El resultado de la intervención ha sido comparado en algunos medios y redes sociales con la que se realizó en una iglesia de la localidad de Borja (Zaragoza) sobre un ‘Ecce Homo’ en 2012.
Una portavoz del Ayuntamiento de Soria (PSOE) asegura que el Obispado presentó en su momento una declaración responsable de cara a iniciar la intervención, contratada por parte eclesiástica. Los técnicos municipales añaden que “están elaborando un informe tras realizar una visita”, cuyas conclusiones aún no se conocen. En función del resultado de su estudio, podrían ordenar que el promotor “restaure la legalidad” de la ermita y asuma los gastos que pueda suponer una nueva intervención.
El partido localista Soria ¡Ya!, con tres procuradores en las Cortes de Castilla y León, ha lamentado que hace unos meses se rechazara su propuesta de que la margen derecha del río Duero a su paso por la ciudad, donde se encuentra la ermita, fuese catalogada como Bien de Interés Cultural. La iniciativa fue desestimada por la Junta de Castilla y León, gobernada por el PP todavía con Vox, antes de que estos rompieran el pacto. El lado izquierdo sí tiene esa catalogación, que incrementa la seguridad del patrimonio ante episodios como este, pero diversos intereses inmobiliarios sobre el otro sector han propiciado que nunca se haya ampliado la consideración. La consejería de Cultura, al consultar a sus portavoces por lo ocurrido, despeja responsabilidades: “Al no ser BIC, la Junta de Castilla y León no tiene ninguna competencia al respecto”.
La Asociación de Conservadores-Restauradores de España (ACRE) ha criticado duramente la actuación sobre la ermita, tildándola también de “atentado”, mediante un comunicado: “Defendemos las intervenciones realizadas por profesionales cualificados, los únicos que deberían intervenir nuestro patrimonio cultural”. La entidad ha “pedido explicaciones” a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, perteneciente a la Consejería de Cultura, y ha insistido en que “los bienes inmuebles protegidos necesitan una autorización de la Administración para poder ser intervenidos. El proyecto debe ser redactado y ejecutado por profesionales cualificados bajo una dirección técnica”. ACRE ha incidido en que los equipos de trabajo y las direcciones técnicas deben tener “equipos multidisciplinares para evitar estos atentados” y “una inspección que valore semanalmente los avances de los trabajos y que no permita alteraciones irrespetuosas e invasivas” para impedir casos tan llamativos como este.
La asociación Patrimonio de Soria reclama a través de uno de sus miembros la “protección integral de la estructura y el programa decorativo, con los acabados exteriores e interiores” que han quedado perjudicados por la intervención. “Esto supone el cumplimiento de una serie de exigencias mínimas como la elaboración de un estudio previo y proyecto de intervención que tiene que ser autorizado por la Administración competente y la exclusiva intervención de profesionales de la restauración y conservación”, precisan. La asociación reconoce que no siempre las paredes de las iglesias son blancas, pues durante su historia se han repintado, pero en ningún caso se “restauran” de una forma tan intensa como en este ejemplo de Soria. “Se trata de un repintado que, como ya han alertado los profesionales, está fuera de los criterios de intervención en bienes de interés patrimonial. No solo por afectar a los acabados históricos, sino por el cuestionable resultado”, desarrollan los especialistas.
La Diócesis de Osma-Soria ha emitido un comunicado donde expresa que la iglesia “promovió en la ermita del Mirón una actuación de conservación ordinaria del templo consistente en su pintado interior” y solicitó los permisos pertinentes. El resultado “fue según lo previsto a excepción del acabado final de los ángeles de las cornisas”, una de las áreas más criticadas por cómo han quedado los angelotes y los querubines. Tras estos fallos, “la parroquia está en conversaciones con el Obispado y los servicios técnicos del Ayuntamiento de Soria para buscar a la mayor brevedad una solución adecuada”. Mientras tanto, y como resultado de estos trabajos, “la ermita del Mirón permanecerá cerrada hasta nuevo aviso”.
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La asociación Soria Patrimonio ha expuesto en la red X imágenes de los cambios en los acabados y ha denunciado que la intervención “no se puede llamar restauración”. La ermita del Mirón no está declarada Bien de Interés Cultural (BIC), pero sí cuenta con protección según el Plan General de Ordenación Urbana soriano. El resultado de la intervención ha sido comparado en algunos medios y redes sociales con la que se realizó en una iglesia de la localidad de Borja (Zaragoza) sobre un ‘Ecce Homo’ en 2012.
Una portavoz del Ayuntamiento de Soria (PSOE) asegura que el Obispado presentó en su momento una declaración responsable de cara a iniciar la intervención, contratada por parte eclesiástica. Los técnicos municipales añaden que “están elaborando un informe tras realizar una visita”, cuyas conclusiones aún no se conocen. En función del resultado de su estudio, podrían ordenar que el promotor “restaure la legalidad” de la ermita y asuma los gastos que pueda suponer una nueva intervención.
El partido localista Soria ¡Ya!, con tres procuradores en las Cortes de Castilla y León, ha lamentado que hace unos meses se rechazara su propuesta de que la margen derecha del río Duero a su paso por la ciudad, donde se encuentra la ermita, fuese catalogada como Bien de Interés Cultural. La iniciativa fue desestimada por la Junta de Castilla y León, gobernada por el PP todavía con Vox, antes de que estos rompieran el pacto. El lado izquierdo sí tiene esa catalogación, que incrementa la seguridad del patrimonio ante episodios como este, pero diversos intereses inmobiliarios sobre el otro sector han propiciado que nunca se haya ampliado la consideración. La consejería de Cultura, al consultar a sus portavoces por lo ocurrido, despeja responsabilidades: “Al no ser BIC, la Junta de Castilla y León no tiene ninguna competencia al respecto”.
La Asociación de Conservadores-Restauradores de España (ACRE) ha criticado duramente la actuación sobre la ermita, tildándola también de “atentado”, mediante un comunicado: “Defendemos las intervenciones realizadas por profesionales cualificados, los únicos que deberían intervenir nuestro patrimonio cultural”. La entidad ha “pedido explicaciones” a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, perteneciente a la Consejería de Cultura, y ha insistido en que “los bienes inmuebles protegidos necesitan una autorización de la Administración para poder ser intervenidos. El proyecto debe ser redactado y ejecutado por profesionales cualificados bajo una dirección técnica”. ACRE ha incidido en que los equipos de trabajo y las direcciones técnicas deben tener “equipos multidisciplinares para evitar estos atentados” y “una inspección que valore semanalmente los avances de los trabajos y que no permita alteraciones irrespetuosas e invasivas” para impedir casos tan llamativos como este.
La asociación Patrimonio de Soria reclama a través de uno de sus miembros la “protección integral de la estructura y el programa decorativo, con los acabados exteriores e interiores” que han quedado perjudicados por la intervención. “Esto supone el cumplimiento de una serie de exigencias mínimas como la elaboración de un estudio previo y proyecto de intervención que tiene que ser autorizado por la Administración competente y la exclusiva intervención de profesionales de la restauración y conservación”, precisan. La asociación reconoce que no siempre las paredes de las iglesias son blancas, pues durante su historia se han repintado, pero en ningún caso se “restauran” de una forma tan intensa como en este ejemplo de Soria. “Se trata de un repintado que, como ya han alertado los profesionales, está fuera de los criterios de intervención en bienes de interés patrimonial. No solo por afectar a los acabados históricos, sino por el cuestionable resultado”, desarrollan los especialistas.
La Diócesis de Osma-Soria ha emitido un comunicado donde expresa que la iglesia “promovió en la ermita del Mirón una actuación de conservación ordinaria del templo consistente en su pintado interior” y solicitó los permisos pertinentes. El resultado “fue según lo previsto a excepción del acabado final de los ángeles de las cornisas”, una de las áreas más criticadas por cómo han quedado los angelotes y los querubines. Tras estos fallos, “la parroquia está en conversaciones con el Obispado y los servicios técnicos del Ayuntamiento de Soria para buscar a la mayor brevedad una solución adecuada”. Mientras tanto, y como resultado de estos trabajos, “la ermita del Mirón permanecerá cerrada hasta nuevo aviso”.
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Querubines a lo ‘ecce homo’: indignación en Soria tras la restauración de la ermita del Mirón
El Obispado, promotor de una intervención que no ha respetado los acabados originales, ha cerrado la iglesia para buscar una solución. Los especialistas hablan de “atentado” contra el patrimonio
elpais.com