bernier.shayne
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El pedigrí de un perro no es solo un certificado que nos aporta información sobre su origen genealógico sino que también es una herramienta para combatir el tráfico ilegal de perros. En consecuencia, la Real Sociedad Canina de España (RSCE) ha lanzado un llamamiento para que los titulares de perros en el país refuercen el control sobre los pedigrís al adquirir perros de raza. Este aviso llega tras la desarticulación de una red criminal dedicada a falsificar certificados de pedigrí para la venta de caniches toy supuestamente procedentes de China.
El caso, que culminó con la detención de tres personas, puso de manifiesto la gravedad de la llamada ‘piratería canina’, un problema creciente en el ámbito europeo. Según la investigación, los falsificadores lograron vender al menos 50 perros con certificados fraudulentos a 20 compradores, obteniendo alrededor de 4.000 euros por cada ejemplar y que mueve más de cuatro mil millones de euros al año en Europa.
Los beneficios de un pedigrí
Un pedigrí oficial garantiza la trazabilidad y calidad genética de los perros de raza. Emitido por la RSCE, el documento detalla la genealogía del perro hasta tres generaciones inscritas en el Libro de Orígenes Español (LOE). “Un pedigrí auténtico representa una garantía sobre la calidad genética del animal. La trazabilidad del perro de un criador responsable garantiza al propietario la salud y bienestar de su mascota”, señala José Miguel Doval, presidente de la RSCE.
El precio del pedigrí varía en función de si el solicitante es socio de la RSCE: 48,90 euros para los no socios y 33,10 euros para los socios. Además, si el perro ha sido adquirido en el extranjero, se necesita un pedigrí de exportación, que certifica que residirá en otro país.
Doval recomienda solicitar el pedigrí cuanto antes tras adquirir un cachorro, ya que, aunque se puede pedir en cualquier momento, hacerlo pronto evita problemas y asegura la trazabilidad del animal desde el inicio.
Derechos y responsabilidades al adquirir un perro
Cuando se adquiere un cachorro, el criador debe proporcionar un justificante de inscripción en el LOE, firmado para ceder la propiedad del animal. Sin embargo, no es obligatorio que entregue el pedigrí, ya que esto depende de lo pactado entre las partes.
En caso de incumplimiento, el comprador tiene derecho a reclamar al criador y, si no se resuelve, denunciar ante la oficina de atención al consumidor. La RSCE también anima a los afectados a informarles para tomar medidas contra criadores que no cumplan sus compromisos.
“El coste de inscribir un cachorro en el LOE es pequeño comparado con el precio medio de venta, por lo que no debería haber un sobrecoste significativo para el comprador”, advierte José Miguel Doval.
Falsificaciones y criadores responsables
La RSCE subraya que en un pedigrí falso se pierde información que puede ser crucial sobre su salud y condiciones de cría. Este problema se agrava por la influencia de las modas impulsadas en redes sociales, que a menudo llevan a los compradores a recurrir a criadores no profesionales: "Las modas impulsadas por influencers llevan a muchas personas a adquirir cachorros a criadores no profesionales, que priorizan el beneficio económico por encima del bienestar animal".
Para prevenir estas situaciones, la RSCE recomienda adquirir perros únicamente de criadores responsables que inscriban a las camadas en el LOE y emitan certificados oficiales. Además, la organización está preparando una campaña de concienciación para destacar la importancia del pedigrí y combatir las prácticas fraudulentas.
Aunque en España no es ilegal anunciar cachorros como de raza sin entregar un pedigrí, la RSCE aboga por una regulación más estricta, similar a la de países como Italia, donde solo los perros con pedigrí oficial pueden ser considerados de raza. "Desde la RSCE luchamos por implementar algo similar aquí", afirma el presidente de la institución canina española fundada en 1911.
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