¿Qué adapta y qué cambia 'El señor de los anillos: La guerra de los Rohirrim' de la obra de Tolkien?

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Hace un lustro Amazon Prime Video se dejó un insensato pastizal en adquirir los derechos de la obra de J.R.R. Tolkien, para partiendo de ellos desarrollar su propia y ambiciosa serie. Solo pudo adquirir, sin embargo, una parte de estos, y El señor de los anillos: Los anillos de poder se cimenta sobre lo que sí pudo retener la plataforma, al margen de todo lo que fuera El Silmarillion, El hobbit y la trilogía original. No es mucho pero Amazon se las ha ido apañando bien con sus dos temporadas.

Pero Warner tiene mayor libertad de movimientos. La película que acaba de estrenar, El señor de los anillos: La guerra de los Rohirrim, cuenta una historia algo peculiar (no hay hobbits, y apenas rastro de Anillos), pero se basa en el mismo corpus literario de El señor de los anillos. Concretamente en los Apéndices publicados en 1955 como material complementario para la mitología de la Tierra Media. La guerra de los Rohirrim, así, se basa en el Apéndice A, en sus Anales de los reyes y los gobernantes, y en particular en lo que cuenta sobre La casa de Eorl.

La casa de Eorl es la dinastía a la que pertenece Helm Manomartillo, rey de Rohan que viene a ser el protagonista de La guerra de los Rohirrim. Centrándonos entonces en lo que ya contaba el Apéndice sobre Helm, nos topamos con que la película de Kenji Kamiyama es sorprendentemente fiel a lo escrito. Adapta entonces la guerra contra los dunlendinos que llevó a acuñar el nombre “Abismo de Helm” para la fortaleza de Cuernavilla, y en ese sentido el guion sigue de cerca todo lo que se contaba en estas páginas tan antiguas.

Según lo que leímos en los Anales, en efecto hubo un sangriento y alargado conflicto entre el reino de Rohan y los dunlendinos: una tribu de hombres asentada en los límites fronterizos de Rohan. Uno de sus líderes, Freca, aseguraba tener sangre rohírrica, y exigió al rey Helm (voz de Brian Cox) que desposara a su hija con su hijo, Wulf, y así sus casas se unieran. La negativa de Helm condujo a una pelea entre ambos líderes, tal y como vemos en los primeros minutos de La guerra de los Rohirrim.

Durante esta pelea Helm mató a Freca de un solo puñetazo (ganándose entonces el apodo de “Manomartillo”), lo que hizo que Wulf quisiera venganza. Años después los dunlendinos consiguieron expulsar a Helm de Edoras, obligando a que este se desplazara con todo su pueblo a Cuernavilla. Durante el proceso murieron tanto Haleth como Hama, los hijos de Helm y príncipes herederos de Rohan, y pronto sobrevino el Largo Invierno: un asedio que los dunlendinos establecieron con Cuernavilla y se extendió a varios meses.

En un punto de este asedio Helm empezó a hacer incursiones en solitario en territorio enemigo, vestido de blanco y utilizando únicamente sus puños para matar dunlendinos. Eso le hizo ser temido entre los bárbaros como una especie de espectro letal, cuyos ataques pararon no obstante cuando un día amaneció de pie y congelado frente a Cuernavilla. Fue así como murió Helm, para que poco después su sobrino Fréalaf consiguiera acabar con Wulf y se convirtiera en el nuevo rey de Rohan.

Si ya has visto el film, habrás comprobado que la historia es enormemente similar a lo que Tolkien escribió en los Apéndices. Solo hay una diferencia notable, y es que el rol de la hija de Helm es mucho mayor: de ni siquiera tener nombre en los escritos del británico, aquí pasa a llamarse Héra y a ser la verdadera protagonista de la película. Es Héra, entonces, quien ha de liderar a los rohirrim durante el asedio, antes de que acuda en su ayuda su primo Fréalaf y más tarde ascienda al trono.

Es Héra, además, quien consigue dar muerte a su antiguo pretendiente Wulf en combate singular, vestida de blanco e invocando a las doncellas guerreras de Rohan. Al final de La guerra de los Rohirrim vemos cómo, una vez instaurada la paz en el reino, Héra decide marchar con su compañera Olwyn a buscar a un tal Gandalf para preguntarle por unos orcos de Mordor que aparentan estar buscando anillos.

Esto último, claro está, es una concesión nostálgica, si bien encaja a nivel cronológico: este episodio de la historia de Rohan antecede por unos pocos años los acontecimientos de El hobbit.

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