Jazmyn_Kozey
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La Navidad se compone de tradiciones compartidas, pero cada zona de España celebra estas fiestas con diferentes particularidades. Una de las más notables se produce en Cataluña y está relacionada con el día de San Esteban, Sant Esteve en catalán, día festivo en el calendario laboral de la comunidad autónoma.
Es un día de celebración muy marcado en la cultura en la catalana, en el que es tradición comer, ya sea en familia o con amigos, unos canelones acompañados de cava y dulces navideños. ¿De dónde viene esta tradición? ¿Por qué se comen canelones?
¿Por qué el 26 de diciembre es fiesta en Cataluña?
Según explica el Ayuntamiento de Barcelona en su página web, la tradición de celebrar San Esteban se remonta a la Edad Media, cuando Cataluña pertenecía al Imperio Carolingio, a diferencia del resto de España, que tenía como referencia cristiana al obispado de Toledo.
En la tradición carolingia, las familias debían desplazarse para celebrar la Navidad a la casa solariega (la casa del cabeza de familia), lo que obligaba a muchos catalanes a afrontar largos viajes por el territorio para llegar a la celebración navideña. Como la gente necesitaba tiempo para volver a sus casas al día siguiente, se instauró el día de San Esteban, el 26 de diciembre, como día de descanso.
Esto hace que el día de San Esteban sea una celebración que solo se celebra en Cataluña y en ningún otro punto de España.
¿Por qué se comen canelones por San Esteban?
Comer canelones por San Esteban es la tradición arraigada en Cataluña: el 26 de diciembre, familiares y/o amigos se reúnen para disfrutar de este plato, normalmente elaborado con las sobras de la carn d’olla y la escudella (un plato navideño tradicional de la cocina catalana) del día anterior.
La tradición de comer canelones por San Esteban se popularizó a principios del siglo XX, cuando aparecieron en los libros de recetas catalanes. Comenzaron como un plato típico de la burguesía, pero pronto, y gracias a la labor de la pedagoga barcelonesa Francesca Bonnemaison y el cocinero italiano Josep Rondissoni, el plato se extendió entre las clases populares, convirtiéndose en la tradición compartida de la Navidad catalana que es en la actualidad.
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