Ellie_Gottlieb
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La contemplación de una obra de arte original activa el cerebro de forma distinta que ante a una reproducción. El resultado es una repuesta emocional 10 veces mayor por parte del espectador cuando se encuentra cara a cara con un cuadro en un museo. En el caso de La joven de la perla, el famoso óleo pintado entre el sigo XVII por el maestro neerlandés Johannes Vermeer, la atención prestada se apoya en un fenómeno neurológico especial. La muchacha atrapa al visitante en un bucle de atención visual que va de los ojos a la boca y al pendiente, y vuelta a empezar. Así lo indica una investigación neurológica presentada este miércoles en la galería Mauritshuis, de La Haya, donde cuelga la tela con la muchacha anónima más famosa del arte.
¿Por qué atrae de esa manera La joven de la perla? La pregunta, formulada por Martine Gosselink, directora de la Mauritshuis, se ha traducido en un análisis científico en toda regla llevado a cabo por Neurensics, una empresa independiente de investigación en neurociencia del consumidor. Efectuado en dos fases, han participado dos grupos de personas entre 21 y 65 años. Algunos conocían el cuadro y otros no. En la primera ronda, 10 de ellos se pusieron en la pinacoteca una gorra EEG, para hacer un electroencefalograma, y un dispositivo de seguimiento ocular portátil. Con ambos encima, recorrieron la galería para ver el cuadro de Vermeer y otros cuatro de la colección. Además de La joven de la perla, contemplaron Autorretrato y La lección de anatomía, de Rembrandt; Vista de Delft, también de Vermeer; y El violinista, de Gerrit van Honthorst. Después, y sin quitarse el gorro ni el dispositivo, se les mostraron tres reproducciones de las obras vistas. La lección de anatomía y Vista de Delft no están disponibles a tamaño natural.
El segundo grupo de 10 personas, con el mismo equipo en cabeza y ojos, vio primero las reproducciones y luego entraron en el museo. En la segunda parte del estudio, 20 personas se sometieron a un escáner cerebral de resonancia magnética funcional (fMIR) en la universidad de Ámsterdam. Mientras lo hacían, tenían delante reproducciones de los cinco cuadros de la pinacoteca reunidos para la investigación. Del total de participantes, cinco estuvieron tanto en la primera como en la segunda fase. “Se han hecho estudios similares en arte, pero es la primera vez que los resultados del EEG validan los del fMIR”, explica Martin de Munnik, cofundador de Neurensics, poco después de la presentación del trabajo. En su opinión, se ha hablado mucho del poder de atracción de La joven de la perla, “si será el turbante o los colores, pero no es eso”. “Lo que hemos visto es un bucle atencional sostenido [bucle de atención visual] y un efecto de espejo”.
Con el primero, el triángulo formado por los rasgos faciales de ojos y boca, y luego el pendiente de perla, gira en bucle mientras se mira el retrato. Con el segundo, la investigación ha demostrado que el precúneo, una parte del lóbulo parietal superior oculto entre los dos hemisferios cerebrales, es la parte más estimulada por el cuadro. Es la porción del cerebro que interviene en la conciencia, la autorreflexión y el recuerdo de experiencias vitales personales, y aquí superaba la reacción resultante de la contemplación de los otros cuadros de la muestra elegida. “Lo interesante es que con La joven de la perla, incluso con una reproducción, el bucle de atención se produce igual”, asegura.
La galería Mauritshuis encargó el diseño de la investigación a la empresa Neurofactor, una agencia que combina márquetin con neurociencia, y esta ha trabajado con el equipo de De Munnik. Una vez concluida la investigación, Erik Scherder, catedrático de neuropsicología de la Universidad Libre de Ámsterdam, la analizó. La considera muy interesante y la apoya, y en una vivaz intervención en la sala ha señalado que el arte, la música, visitar museos o practicar deporte, entre otras actividades, estimulan el cerebro a varios niveles. “Enriquecen el entorno personal y provocan respuestas distintas en el cerebro, y esa variedad es muy saludable”, dice. La atención visual sostenida generada por el famoso retrato de Vermeer, “implica que tu cerebro inhibe información irrelevante y te concentras; es un buen esfuerzo”.
El cuadro de Vermeer forma parte de la colección de la pinacoteca, pero fue prestado en 2023, de forma excepcional, al Rijksmuseum de Ámsterdam. Sin ella no hubiera sido posible organizar una exposición que reunió 28 cuadros de 14 museos y colecciones de siete países. Fue la más visitada de la historia del museo, para un artista cuya producción total fue de unas 45 obras y una atribución de 37, según los expertos.
La presentación del estudio científico en la Mauritshuis ha concluido con una visita a La joven de la perla. Colgada en una pared forrada de seda verde y pequeña en sus dimensiones pictóricas (el lienzo mide 46,5 x 40 cm), la mirada es inevitable. Parece girarse a una llamada, pero… su misterio permanece a pesar de todo.
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¿Por qué atrae de esa manera La joven de la perla? La pregunta, formulada por Martine Gosselink, directora de la Mauritshuis, se ha traducido en un análisis científico en toda regla llevado a cabo por Neurensics, una empresa independiente de investigación en neurociencia del consumidor. Efectuado en dos fases, han participado dos grupos de personas entre 21 y 65 años. Algunos conocían el cuadro y otros no. En la primera ronda, 10 de ellos se pusieron en la pinacoteca una gorra EEG, para hacer un electroencefalograma, y un dispositivo de seguimiento ocular portátil. Con ambos encima, recorrieron la galería para ver el cuadro de Vermeer y otros cuatro de la colección. Además de La joven de la perla, contemplaron Autorretrato y La lección de anatomía, de Rembrandt; Vista de Delft, también de Vermeer; y El violinista, de Gerrit van Honthorst. Después, y sin quitarse el gorro ni el dispositivo, se les mostraron tres reproducciones de las obras vistas. La lección de anatomía y Vista de Delft no están disponibles a tamaño natural.
El segundo grupo de 10 personas, con el mismo equipo en cabeza y ojos, vio primero las reproducciones y luego entraron en el museo. En la segunda parte del estudio, 20 personas se sometieron a un escáner cerebral de resonancia magnética funcional (fMIR) en la universidad de Ámsterdam. Mientras lo hacían, tenían delante reproducciones de los cinco cuadros de la pinacoteca reunidos para la investigación. Del total de participantes, cinco estuvieron tanto en la primera como en la segunda fase. “Se han hecho estudios similares en arte, pero es la primera vez que los resultados del EEG validan los del fMIR”, explica Martin de Munnik, cofundador de Neurensics, poco después de la presentación del trabajo. En su opinión, se ha hablado mucho del poder de atracción de La joven de la perla, “si será el turbante o los colores, pero no es eso”. “Lo que hemos visto es un bucle atencional sostenido [bucle de atención visual] y un efecto de espejo”.
Con el primero, el triángulo formado por los rasgos faciales de ojos y boca, y luego el pendiente de perla, gira en bucle mientras se mira el retrato. Con el segundo, la investigación ha demostrado que el precúneo, una parte del lóbulo parietal superior oculto entre los dos hemisferios cerebrales, es la parte más estimulada por el cuadro. Es la porción del cerebro que interviene en la conciencia, la autorreflexión y el recuerdo de experiencias vitales personales, y aquí superaba la reacción resultante de la contemplación de los otros cuadros de la muestra elegida. “Lo interesante es que con La joven de la perla, incluso con una reproducción, el bucle de atención se produce igual”, asegura.
La galería Mauritshuis encargó el diseño de la investigación a la empresa Neurofactor, una agencia que combina márquetin con neurociencia, y esta ha trabajado con el equipo de De Munnik. Una vez concluida la investigación, Erik Scherder, catedrático de neuropsicología de la Universidad Libre de Ámsterdam, la analizó. La considera muy interesante y la apoya, y en una vivaz intervención en la sala ha señalado que el arte, la música, visitar museos o practicar deporte, entre otras actividades, estimulan el cerebro a varios niveles. “Enriquecen el entorno personal y provocan respuestas distintas en el cerebro, y esa variedad es muy saludable”, dice. La atención visual sostenida generada por el famoso retrato de Vermeer, “implica que tu cerebro inhibe información irrelevante y te concentras; es un buen esfuerzo”.
El cuadro de Vermeer forma parte de la colección de la pinacoteca, pero fue prestado en 2023, de forma excepcional, al Rijksmuseum de Ámsterdam. Sin ella no hubiera sido posible organizar una exposición que reunió 28 cuadros de 14 museos y colecciones de siete países. Fue la más visitada de la historia del museo, para un artista cuya producción total fue de unas 45 obras y una atribución de 37, según los expertos.
La presentación del estudio científico en la Mauritshuis ha concluido con una visita a La joven de la perla. Colgada en una pared forrada de seda verde y pequeña en sus dimensiones pictóricas (el lienzo mide 46,5 x 40 cm), la mirada es inevitable. Parece girarse a una llamada, pero… su misterio permanece a pesar de todo.
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¿Por qué nos fascina más un cuadro original que una copia? La respuesta la tiene ‘La joven de la perla’
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