destinee.hand
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Una prueba más de que el lenguaje está vivo es la forma en la que un término va cambiando su significado tanto con el uso como con el paso del tiempo, y precisamente eso es lo que ha ocurrido con el concepto 'body count'. Proveniente del universo bélico para aludir a los abatidos, hoy se emplea para hablar del número de parejas sexuales que ha tenido una persona. Lamentablemente, cuando se habla de las mujeres, su connotación es diferente a causa del machismo, pues mientras que cuanto mayor es el número en el caso de los hombres, más aplaudidos son, las mujeres son penalizadas si la cifra es alta.
Siempre nos ha perjudicado socialmente disfrutar de nuestra vida sexual
"Este discurso rancio lo vemos en TikTok en voces de adolescentes, pero esto ha existido toda la vida. Siempre nos ha perjudicado socialmente disfrutar de nuestra vida sexual. ¿A cuántas han llamado guarras por acostarse con muchos? Hemos interiorizado estos mensajes. Si ellos están con muchas, son unos campeones, mientras que nosotras perdemos valor como mujeres", explica en Instagram Júlia Salander, autora de 'Tu argumentario feminista en datos'.
"La lógica que hay detrás es que el sistema entiende que si la mujer tiene mucho sexo ha sido usada. Ya nos lo dice el capitalismo: cuantos más usos tiene un objeto, peor valor tiene. El mercado es el mejor ejemplo de la cosificación.
En el ámbito sexual, somos cosas para el sistema. En 2019, la revista 'Journal of Sex Research' hizo un estudio que señalaba que entre los más jóvenes, los chicos decían haber estado de media con 14 personas mientras que ellas decían haber estado con siete. En los mayores, ellos decían 110 y ellas no llegaban a 40. Las conclusiones parten de la premisa de que ellos exageran porque piensan que les da valor y ellas minimizan. Sin embargo, no perdemos valor: estamos ganando una experiencia placentera", asegura.
Este término se ha popularizado a través de las redes sociales y de realities como 'Love Island', que dejan clara la diferencia que existe cuando son las mujeres las que han estado con "muchas" (¿cuánto es "muchas"?) personas, y se ha vuelto tan habitual comentar con cuánta gente tenemos sexo que incluso existe en Wiki Fandom una web que cuenta con las cifras de cada uno de los participantes del mencionado reality.
Pero no hace falta salir de España para comprobar el interés que despierta saber cuánto sexo tiene la gente, pues una de las preguntas más míticas de 'La Revuelta' es la de cuánto sexo ha practicado el invitado durante el último mes. Lo curioso es que si la cifra es muy elevada y quien la dice es una mujer, en las redes y en los comentarios del vídeo la palabra "ninfómana" se repite. Cuando es un hombre, por descontado, es "un campéon".
Rechazo a las mujeres que se han acostado con más de tres hombres
"Rechazo a las mujeres que se han acostado con más de tres hombres", escribió Andrew Tate en X el 24 de octubre. "El body count es probablemente la forma más fácil de juzgar el valor de una mujer... Creo que el 99 por ciento de los problemas del mundo se resolverían si las mujeres caminaran por la vida con el 'body count' escrito en la frente, porque evitaría la degradación de la moral… La idiotez y la degeneración desaparecerían y las familias regresarían", dijo en un podcast. El problema es que sus palabras son escuchadas por infinidad de hombres, y al promover el algoritmo contenidos polémicos, su discurso, repleto de misoginia, es uno de los que termina por ser más escuchado.
Las redes terminan por ser el reflejo de la sociedad y por ello, es significativo ver la polarización existente en ellas, ya que por un lado, pudiera parecer que la libertad sexual se encuentra en un maravilloso momento, pues todo tipo de prácticas y relaciones están siendo aplaudidas por un lado, mientras que por el otro, paradójicamente, los valores más retrógrados son los que triunfan.
El 'slut shaming' (etiquetar a la mujer despectivamente) también se relaciona con la clase, según indica un informe, mientras que la clase obrera suele ser más 'sex positive' y juzga menos, las mujeres de esta clase son las que reciben un 'slut shaming' especialmente fuerte y subrayado. Basta con echar un vistazo a la serie 'Sex Education' para comprobarlo, pues el personaje de Maeve Wiley es el de una mujer de clase baja que es constantemente señalada por su vida sexual, algo que no ocurre con sus compañeras, que a causa de sus privilegios económicos, no son (tan) juzgadas.
El deseo sexual femenino sigue siendo castigado
El deseo sexual femenino sigue siendo, como podemos observar, castigado. Sin embargo, un estudio puesto en marcha por LELO indica que la cultura 'sex-positive' ha impulsado a los millennials a explorar su sexualidad con una mentalidad abierta y sin prejuicios, promoviendo mayor comprensión de sus necesidades y deseos. "Sin embargo, esto no implica una vida sexual más variada. Casi tres cuartas partes de los millennials admiten que no han explorado fantasías sexuales no normativas (79%). Aunque la libertad para explorar está presente, muchos no extreman sus prácticas y prefieren límites en los que se encuentran más cómodos", aseguran.
El estudio revela que, aunque la mayoría se siente satisfecha y cómoda con su sexualidad, aún hay quienes desean indagar más sobre el autoconocimiento. Hasta un 24 % manifiesta que necesita explorar más sus preferencias para entenderse mejor, lo que indica que el camino hacia una sexualidad plena y satisfactoria es un proceso constante de aprendizaje y autodescubrimiento.
Estos datos indican una vez más que el sexo siempre se encuentra inmerso en un océano de paradojas y opuestos, y demuestra la necesidad de despojar de tabúes cualquier conversación sexual. Por cierto: si Andrew Tate cree que es necesario que las mujeres llevemos escrito en la frente con cuántas personas nos hemos acostado, yo añado que sería maravilloso que los hombres machistas llevaran grabado en la frente que lo son.
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