kelly71
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Superado el trámite de la Comisión de Hacienda , donde el Gobierno alargó las negociaciones con sus socios hasta pasada largamente la medianoche, el proyecto de ley para establecer un impuesto mínimo a las multinacionales llega al pleno este jueves. Y esto añade un nuevo actor al ya complicadísimo panorama político, con Podemos en el Grupo Mixto, ansioso por hacer valer el peso de sus cuatro votos. La formación de Ione Belarra amenaza con tumbar la reforma fiscal si no tiene garantías del mantenimiento del gravamen a las empresas energéticas.En otras palabras, el esfuerzo del Ejecutivo por aunar en la misma ecuación a ERC y Bildu, socios de izquierdas, con Junts y PNV, aliados de derechas, podría haber sido en balde. La Comisión de Hacienda aprobó el dictamen de la ley la madrugada del lunes al martes, a las 0.47 horas, tras un pacto 'in extremis' del PSOE con republicanos y aberzales para prorrogar un año más vía real decreto ley el impuesto energético. A cambio, además de respaldar la norma, esos dos partidos prometen secundar la enmienda socialista para prorrogar el impuesto a la banca los ejercicios de 2024, 2025 y 2026.Antes de votarse el dictamen, ERC y Bildu aseguraban que iban a rechazar el conjunto de la ley si no se hacían permanentes los gravámenes a la banca y a las energéticas. En la comisión, rechazaron el de las entidades financieras por no incluirse el que exigían a las eléctricas, pero este jueves cambiarán su posición. Una cesión que, de momento, no parece estar dispuesto a conceder Podemos. Fuentes de esta última formación insisten en que debe ser estructural y no una medida coyuntural: «Estamos ahora mismo más cerca del no que de la abstención».Noticia Relacionada Congreso de los Diputados estandar Si La fragilidad del Gobierno provoca una sesión caótica con una votación cercana a la medianoche Juan Casillas Bayo El Ejecutivo negocia 'in extremis' con ERC y Bildu para intentar salvar el impuesto a las multinacionales en la Comisión de HaciendaEl PSOE y Sumar, en principio, son también partidarios de extender ambos tipos fiscales , pero los socialistas acordaron con Junts y PNV prorrogar solo el de la banca, durante tres años, y dejar caer el de las energéticas. Por eso, después de la votación, el Ministerio de Hacienda se precipitó a matizar el pacto alcanzado con sus socios de izquierdas. «El Gobierno quiere aclarar que mantiene su acuerdo con Junts para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización».El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, Patxi López, se pronunció en la misma línea después de la Junta de Portavoces. Por su parte, tras el Consejo de Ministros, Pilar Alegría no supo o quiso precisar cuál es la postura concreta del Ejecutivo sobre el impuesto a las empresas energéticas. Sí aseveró que «la negociación sigue abierta» y pidió «prudencia», informa Mariano Alonso. Una postura que podría no ser suficiente para contentar a sus socios.Un decreto en el airePara empezar, el hecho de que se haya pactado con ERC, Bildu y BNG prorrogar en 2025 el impuesto a las energéticas no garantiza que el Congreso lo convalide. Junts y PNV lo reciben con recelo y la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ya advirtió sobre ello en redes sociales: «Está muy bien que el Gobierno se comprometa a prorrogar el gravamen a las energéticas con ERC y Bildu, pero sin garantías de que Junts también lo apoyará es poco más que papel mojado».El PSOE secunda a Hacienda y matiza que no se gravará a energéticas que reinviertan en la descarbonizaciónSu diputado Javier Sánchez Serna recordó que Podemos ya provocó que decayese el real decreto ley para reformar el subsidio de desempleo en enero, en la que fue la primera derrota del Gobierno de la legislatura, y advirtió al PSOE que debe «tomar nota». Desde Sumar, fuentes de la dirección, sin embargo, opinan que su antiguo aliado no dejará caer medidas como el impuesto a las multinacionales y a la banca. Según apuntan, sería repetir la misma fotografía de aquel mes votando junto a la derecha. La nueva portavoz del Grupo Plurinacional Sumar, Verónica Martínez, que se estrenó este martes en la sala de prensa del Congreso, reconoció que sigue «pendiente» la reforma fiscal que proponen.No en vano, aunque su partido le resta importancia, el PSOE votó en contra en la Comisión de Hacienda de asuntos pactados con Sumar, como el impuesto sobre el valor añadido (IVA) del veintiuno por ciento a los pisos turísticos y la supresión de los beneficios fiscales a las Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria (Socimi). Dos aspectos que habían generado inquietud tanto a Junts como al PNV.Un compromiso claroFuentes de ERC, en conversación con ABC, deslizan que el Gobierno debe «cumplir» lo pactado y «decirlo». «Hasta el jueves tienen tiempo», zanjan, en un reclamo para que el Ejecutivo se comprometa públicamente a prorrogar el impuesto a las energéticas. Fuentes de Bildu consultadas por este diario consideran que su pacto con el PSOE no tiene por qué ser «incompatible» con el comunicado del Ministerio de Hacienda, que deja fuera del gravamen a las empresas que reinviertan en la descarbonización, pero creen que conviene aclarar cuáles se beneficiarían de esa excepción.¿Y ahora qué? El pleno del jueves El Congreso vota este jueves el proyecto de ley y las enmiendas pendientes. Entre ellas está la del PSOE para prorrogar el impuesto a la banca, que en principio se avalará tras el pacto con ERC, Bildu y BNG. Los apoyos necesarios El Ejecutivo necesita el sí de casi todos sus socios para su reforma fiscal. Podemos parece el apoyo más lejano, pero le vale la abstención. Su voto en contra tumba la ley. El decreto energético El decreto para prorrogar el gravamen a las energéticas debe aprobarse en Consejo de Ministros y después convalidarse en el Congreso. No está claro que pueda salir adelante con Junts y PNV, 'a priori', en contra.Basta con que este jueves Podemos vote en contra para que el Congreso rechace el proyecto de ley. La abstención sí salvaría la norma siempre que la apoyen a la vez ERC, Junts, Bildu y PNV, algo que, en principio, ya no peligra. El PP y Vox pusieron este martes el grito en el cielo tras el «esperpento», «secuestro» y «extorsión» vivido la víspera en la Cámara Baja.
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