fherman
New member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 50
Pinocho es un personaje tan largo como su mentirosa nariz. A la reciente versión del italiano Matteo Garrone con Roberto Benigni en la piel del bueno de Gepetto le sucede ahora la del estadounidense Robert Zemeckis con Tom Hanks dando vida al pobre carpintero y, a final de año, está prevista la del mexicano Guillermo del Toro para Netflix. Si Garrone pretendía ser fiel a la fuente original, el oscuro relato de Carlo Collodi Las aventuras de Pinocho, Zemeckis se ha embarcado en un remake del clásico de 1940 de Disney, una revisión tan innecesaria como oportunista.
Ni la pirotecnia digital ni el tirón de un Gepetto interpretado por una estrella como Tom Hanks son suficientes. El nuevo Pinocho es una relectura fácil y perezosa que explota la iconografía del viejo Disney, pero con pinceladas metidas con calzador de cara a la galería del algoritmo de la inclusión. A la marioneta de Pinocho le sale de la manga otra marioneta femenina y racializada cuyos hilos los mueve una joven discapacitada. Además, al nuevo personaje se suma al hada madrina, también racializada.
Zemeckis, uno de los directores de cabecera de Tom Hanks gracias a películas tan populares como Forrest Gump o Náufrago, activa con evidente desgana el motor del live action que han puesto en marcha los ejecutivos de Disney desde hace tiempo para actualizar (o mejor dicho, revender) su famoso catálogo. Pinocho no es cualquier cosa en la historia de la compañía. Fue el segundo largometraje de animación de Walt Disney después de Blancanieves y es sin duda uno de los mejores y más emblemáticos. En su adaptación del sombrío relato de Goldoni, la película de 1940 fue un trabajo arduo que requirió de infinidad de maquetas y pruebas y que finalmente introdujo importantes novedades. El gato Fígaro y el pez Cleo eran dos buenos inventos para el público infantil, pero en la diana dieron con Pepito Grillo, despachado por Goldoni con un seco martillazo en el arranque del libro y que en la película tenía mucho más protagonismo con su cara de viejo, sus antenas y su frac.
Visto este remake es una pena que en las oficinas de Disney no tengan a su propio Pepito Grillo que les recuerde que no todo vale. Quizá así la voz de su ¿conciencia? evitaría tanta negligencia creativa. Como si todo diese igual en este Pinocho de laboratorio woke hecho sin imaginación alguna.
Seguir leyendo
Ni la pirotecnia digital ni el tirón de un Gepetto interpretado por una estrella como Tom Hanks son suficientes. El nuevo Pinocho es una relectura fácil y perezosa que explota la iconografía del viejo Disney, pero con pinceladas metidas con calzador de cara a la galería del algoritmo de la inclusión. A la marioneta de Pinocho le sale de la manga otra marioneta femenina y racializada cuyos hilos los mueve una joven discapacitada. Además, al nuevo personaje se suma al hada madrina, también racializada.
Zemeckis, uno de los directores de cabecera de Tom Hanks gracias a películas tan populares como Forrest Gump o Náufrago, activa con evidente desgana el motor del live action que han puesto en marcha los ejecutivos de Disney desde hace tiempo para actualizar (o mejor dicho, revender) su famoso catálogo. Pinocho no es cualquier cosa en la historia de la compañía. Fue el segundo largometraje de animación de Walt Disney después de Blancanieves y es sin duda uno de los mejores y más emblemáticos. En su adaptación del sombrío relato de Goldoni, la película de 1940 fue un trabajo arduo que requirió de infinidad de maquetas y pruebas y que finalmente introdujo importantes novedades. El gato Fígaro y el pez Cleo eran dos buenos inventos para el público infantil, pero en la diana dieron con Pepito Grillo, despachado por Goldoni con un seco martillazo en el arranque del libro y que en la película tenía mucho más protagonismo con su cara de viejo, sus antenas y su frac.
Visto este remake es una pena que en las oficinas de Disney no tengan a su propio Pepito Grillo que les recuerde que no todo vale. Quizá así la voz de su ¿conciencia? evitaría tanta negligencia creativa. Como si todo diese igual en este Pinocho de laboratorio woke hecho sin imaginación alguna.
Seguir leyendo
‘Pinocho’: revisión innecesaria y oportunista de Disney
Robert Zemeckis se embarca, con Tom Hanks en la piel de Gepetto, en un innecesario ‘remake’ del clásico de dibujos animados
elpais.com