Laurianne_D'Amore
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En su interesante exploración de las nuevas formas amorosas occidentales, el director estadounidense Ira Sachs, un veterano del cine queer que ha logrado tejer una filmografía propia entre Europa y Estados Unidos, se detiene en un arquetipo tan insufrible como complejo, el del narciso; en este caso, bajo la piel de un director de cine homosexual.
El arranque de Passages sitúa a su personaje central, Tomas, en su ámbito profesional: al mando en un rodaje. Interpretado por el actor alemán Franz Rogowski, se trata de un director cuya autoridad, puntillosa e implacable, deja traslucir un fondo tortuoso. Sachs no volverá a ese escenario pero el preámbulo, lo que se dice y sobre todo cómo se dice, gravita sobre el resto del filme. Sachs pone el foco en la vida íntima de su personaje para abordar un descarnado y certero retrato erótico de un hombre de éxito, acostumbrado a las miradas, los elogios y la manipulación. Él y su pareja, Martin (Ben Whishaw), un editor de aire refinado, mantienen una relación de largo recorrido hasta que se cruza en el camino del director una joven profesora, Agathe, interpretada por la siempre espectacular Adèle Exarchopoulus, una de esas actrices que hace verosímil un triángulo tan improbable pero a la vez tan creíble y bien interpretado como este.
El resultado es un cine adulto cargado de un erotismo sorprendente en el mundo actual. Se agradece, aunque de entrada le haya valido la clasificación más dura para su distribución en EE UU, el temido NC-17 de la MPA (Motion Picture Association). La carnalidad del filme, tan espontánea como su desnudez, revela los vaivenes de cama de este triángulo y de su figura central, que borda Rogowski, un actor que lleva tiempo destacando en películas como Great Freedom (2021), de Sebastian Meise, o En tránsito (2018) y Ondina (2020), ambas de Christian Petzold. Posee un físico tenso perfecto para interpretar a un personaje capaz de atraer y repeler a partes iguales.
Aquí la pareja convencional, estable y con casita en el campo está formada por dos hombres y es uno de ellos el que es incapaz de renunciar a su vanidad, es decir, a mirarse en el espejo que más le favorezca, que esta vez es el de la maestra joven, sexi y bastante perdida que interpreta Exarchopoulus. Sachs es un director atípico, cosmopolita y a contracorriente, que, a sus 57 años, vive en Nueva York, tras residir un año en Quito, con sus hijos y su pareja, el artista ecuatoriano Boris Torres, y que prepara una película sobre el músico Arthur Russell, mito del underground neoyorquino que colaboró en su filme Keep The Lights On (2012). En Passages muestra los tejidos afectivos contemporáneos con sabiduría, al permitir que sus tres intérpretes fluyan al compás de una nueva realidad líquida pero atravesada por los defectos humanos de siempre.
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El arranque de Passages sitúa a su personaje central, Tomas, en su ámbito profesional: al mando en un rodaje. Interpretado por el actor alemán Franz Rogowski, se trata de un director cuya autoridad, puntillosa e implacable, deja traslucir un fondo tortuoso. Sachs no volverá a ese escenario pero el preámbulo, lo que se dice y sobre todo cómo se dice, gravita sobre el resto del filme. Sachs pone el foco en la vida íntima de su personaje para abordar un descarnado y certero retrato erótico de un hombre de éxito, acostumbrado a las miradas, los elogios y la manipulación. Él y su pareja, Martin (Ben Whishaw), un editor de aire refinado, mantienen una relación de largo recorrido hasta que se cruza en el camino del director una joven profesora, Agathe, interpretada por la siempre espectacular Adèle Exarchopoulus, una de esas actrices que hace verosímil un triángulo tan improbable pero a la vez tan creíble y bien interpretado como este.
El resultado es un cine adulto cargado de un erotismo sorprendente en el mundo actual. Se agradece, aunque de entrada le haya valido la clasificación más dura para su distribución en EE UU, el temido NC-17 de la MPA (Motion Picture Association). La carnalidad del filme, tan espontánea como su desnudez, revela los vaivenes de cama de este triángulo y de su figura central, que borda Rogowski, un actor que lleva tiempo destacando en películas como Great Freedom (2021), de Sebastian Meise, o En tránsito (2018) y Ondina (2020), ambas de Christian Petzold. Posee un físico tenso perfecto para interpretar a un personaje capaz de atraer y repeler a partes iguales.
Aquí la pareja convencional, estable y con casita en el campo está formada por dos hombres y es uno de ellos el que es incapaz de renunciar a su vanidad, es decir, a mirarse en el espejo que más le favorezca, que esta vez es el de la maestra joven, sexi y bastante perdida que interpreta Exarchopoulus. Sachs es un director atípico, cosmopolita y a contracorriente, que, a sus 57 años, vive en Nueva York, tras residir un año en Quito, con sus hijos y su pareja, el artista ecuatoriano Boris Torres, y que prepara una película sobre el músico Arthur Russell, mito del underground neoyorquino que colaboró en su filme Keep The Lights On (2012). En Passages muestra los tejidos afectivos contemporáneos con sabiduría, al permitir que sus tres intérpretes fluyan al compás de una nueva realidad líquida pero atravesada por los defectos humanos de siempre.
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‘Passages’: retrato erótico del odioso narciso
El estadounidense Ira Sachs sitúa en París su nuevo drama, un triángulo entre una pareja homosexual y una mujer que le vale para desenmascarar las trampas de la egolatría
elpais.com