'Páginas escogidas', de Carmen Martín Gaite: lo mejor de Carmiña

norma.jenkins

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En el quicio de entrada a la celebración de su centenario, José Teruel, el editor de los siete gruesos volúmenes que constituyen la obra completa de la escritora salmantina y en la editorial que más fiel está siendo a ella, anticipa algunas de sus páginas memorables. Seguramente muchos que no hayan descubierto aún el talento literario más sobresaliente de la conocida como generación del 50, irán a descubrirla tras leerla, porque acabarán encontrando algo diferente a lo que esperaban.Por fortuna José Teruel, porque conoce como nadie los entresijos de su escritura, no se atiene a lo consabido , que los manuales escolares, con su aburrida parsimonia repiten una y otra vez, al clasificarla fundamentalmente como novelista y tratarla como novelista femenina, junto a las otras novelistas de su generación, Carmen Laforet, Ana María Matute y Josefina Rodríguez (que firmaba Aldecoa). NOVELA / ENSAYO 'Páginas escogidas' Autora Carmen Martín Gaite Editorial Siruela Año 2024 Páginas 244 Precio 21,80 euros 5No es el momento ni lugar de compararlas, porque el punto de comparación solo afectaría a un tercio de la producción literaria de Carmen Martín Gaite. Carmiña, como la conocieron todos, fue mucho mas allá, se adentró en territorios que impelían a verse comparada (sin desmerecer de ellos) con Rafael Sánchez Ferlosio, y Juan Benet, en el terreno del ensayo, con Castilla del Pino o Caballero Bonald en la escritura del yo, donde ‘Cuadernos de todo’ reúne todas las modalidades posibles de ese lado (anotaciones diarísticas, viajes, reflexiones críticas sobre cine, ensayo de teoría literaria, apuntes sobre géneros o acerca de la dificultad de escribir).Sus ensayos sobre los usos amorosos, primero del siglo XVIII y luego de la posguerra, definieron una mirada de lucidez sociológica, como emocionante resulta la mirada que esta antología recoge sobre el proceso de escritura de su ensayo sobre Melchor de Macanaz , el ilustrado perseguido por la Inquisición, heterodoxo para casi todos. Carmiña se emociona al descubrir una carta en que, derrotado y viejo, se pregunta si habrá alguna vez alguien que lea esto que está escribiendo. Y decide ser ella y entregar casi una década de su vida a estudiarlo. Ensayismo histórico, ensayismo sociológico, y ese fundamental ensayismo literario, de ‘El cuento de nunca acabar’, que convierte en narración la reflexión vital, y traspasa el trascurso de los días a pensamiento, en un alarde insólito de modernidad con un género, que sobrepasó la que en él tuvieron los dos ensayistas de la generación, su marido Sánchez Ferlosio, y su rival 'partenaire' Juan Benet, el único a quien ella puso en su sitio, según mostró en su día el 'Epistolario' editado también por José Teruel.Encontramos poemas, fragmentos de ensayos y novelas, aquellos más reflexivos o modernos, en que el discurso interior de los personajes aflora De manera que el lector va a encontrar poemas, fragmentos de novelas, aquellos más reflexivos o modernos, en que el discurso interior de los personajes aflora, como en las tres novelas preferidas por el editor. ‘Retahílas’, ‘El cuarto de atrás’ y ‘Nubosidad variable’, aunque de ‘Entre visillos’ rescate un poderoso testimonio de la protagonista en el confesionario sobre la insidiosa influencia del cine en la conciencia (y sensualidad) de las muchachas, y anticipe temas de ‘Usos amorosos de la posguerra’. No falta el cuento, como aquel muy en el registro de Ignacio Aldecoa o del primer García Hortelano, con la visita del médico del seguro al suburbio madrileño, donde una indigente ve morir a su hija sin atención posible.Qué emocionantes páginas dedica al escritor que más quiso, Ignacio Aldecoa, a quien le debe haber salido de ser una filóloga más entre muchas, a ser una escritora de las que la España de su tiempo más conocía. Sus páginas fruto del recorrido por las Universidades de Norteamérica, las escritas en Barnard College de Columbia en el Vassar, o en Virginia, la definen en el límite de la autorreflexión, sobre sí misma, pero también sobre la (im)posibilidad de los géneros en que verter quién era ella. El resultado es la calidad de una mirada a la búsqueda de género que pudiese contener tal riqueza.Mira que la he leído veces, y cada vez que la leo, como en estas ‘Páginas escogidas’, descubro cosas que nunca había visto. Hasta de un discurso ante el entonces Príncipe de Asturias al recoger su premio compartido con Valente, logra sacar punta fina, dirigiéndose al que sería Rey con la verdad fundamental de la defensa de la palabra, forma y escenario de libertad verdadera.

 

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