wiegand.shirley
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«Lo tenemos aquí escondido porque por las noches entran a robar». Lo que fue un bar en Benetúser (Valencia) , hoy es un solar, reconvertido en centro de acopio y reparto de ayuda humanitaria gestionado por vecinos de la zona. No es el único punto de abastecimiento que aún perdura en la mayoría de poblaciones afectadas por la DANA de Valencia. Los improvisaron los vecinos tras el paso de la riada, al ver pasar el tiempo con desesperación y no recibir atención de ningún tipo. Con la ayuda de las redes sociales, se organizaron para recoger artículos de primera necesidad. Y entre esos, muchos eran medicamentos con receta, que los voluntarios almacenan sin saber qué uso darles.En el establecimiento de Benetúser una de las localidades donde con más fuerza llegó el torrente , debajo de lo que fue un mostrador –desde donde puede verse directamente la calle pues todas las paredes están derruidas–, hay una caja negra con decenas de cajas de productos farmacéuticos: «Anoche hubo polémica porque llegó morfina y no sabíamos qué hacer». Es el descontrol, provocado por la ingente cantidad de suministros médicos que ha recibido esta localidad de la comarca de la huerta sur, quien está detrás de la problemática, dejándolos al alcance de cualquiera.Ayuda con fentanilo De hecho, ya la semana pasada, en otra zona del mismo pueblo , apareció una caja abandonada que formaba parte de un cargamento de ayuda humanitaria, en la que encontraron fentanilo. Quien la descubrió, alarmado al conocer la epidemia de drogodependientes que ha causado esta sustancia en otros países como Estados Unidos, avisó a las autoridades. Estas se encargaron de recogerlo y de transportarlo hasta el punto Sigre más cercano (contenedor para medicamentos caducados o sin uso para su posterior destrucción) ubicado en la pedanía valenciana de La Torre, también gravemente afectada por la riada. Centro de salud con cajas a disposición de material sanitario J.R. NAVARROEn el caso de este municipio ha sido el Ayuntamiento quien asumió la gestión en la recogida, almacenamiento y distribución de los suministros, creando con la colaboración de voluntarios un centro logístico en el colegio público Blasco Ibáñez. Un lugar, alabado por oficiales del Ejército por su organización, y donde no han parado de llegar furgonetas hasta hace poco tiempo. La unidad médica de contingencia que se estableció allí era la encargada del triaje del material sanitario. « Al principio hacía falta hasta oxígeno» , afirma uno de los implicados en el proceso.«Anoche hubo polémica porque llegó morfina y no sabíamos qué hacer con ella», asegura uno de los vecinos de BenetúserLa cuestión es que llegó un momento en que el centro se saturó y no era capaz de almacenar más material, por lo que enviaba cargamentos solidarios a otros puntos como Catarroja donde podían intuir que les haría más falta: «¿Cómo le voy a decir que no descargue a un tío que viene desde Pamplona con un camión?». En este punto, muchas personas llegadas desde toda España a la zona cero se dirigían a los emplazamientos de recogida establecidos por las instituciones locales, recibiendo una negativa ante su intención de depositar la carga. Algo que ha circulado por redes sociales, empujando el bulo de que los cargos públicos están en contra de recibir ayuda o que directamente la destruían para que no llegara a la población: «La gente puede pensar que el Ayuntamiento rechaza la ayuda, el tema es que la necesita organizada, si no colapsábamos». Unido a que decisiones concretas y de gran responsabilidad (como es la gestión de ayuda humanitaria) han recaído sobre personas sin experiencia en emergencias y sin haber una cadena de mando clara, ha hecho que, en muchas ocasiones, los cargamentos –entre los que había material de farmacia– acabaran en puntos que no estaban controlado s por la administración, sino por comunidades de vecinos que se han unido para hacer frente a la situación de miseria generada por la DANA. Una realidad que también demuestra el estado del almacén del centro de salud en este pueblo. «Ha llegado de todo», comenta una de las trabajadoras a ABC. Los farmacéuticos piden que los medicamentos se devuelvan a los ayuntamientos y advierte de los riesgosEl edificio quedó completamente arrasado por el agua, trasladándose la atención médica al Blasco Ibáñez, donde se llegaron a practicar radiografías a personas con máquinas veterinarias. Sin embargo, el centro de salud rápidamente recuperó su actividad, encargándose de recoger parte de los productos de farmacia recibidos. « La medicación no es ninguna broma . Mucha de la que cae en nuestras manos no sabemos de su trazabilidad, no sabemos cómo se ha conservado...», afirman sobre el riesgo de suministrarlas a los pacientes, aunque insisten en que, escenarios de desesperación como el vivido, han obligado a utilizarlas en algún caso.PreocupaciónEl Colegio de Farmacéuticos de Valencia advierte del peligro de consumirlos y pide a quien tenga en su poder medicamentos donados que los lleve a su ayuntamiento donde tienen instrucciones precisas sobre qué hacer con ellos. El secretario del Colegio, Vicente Colomer, advierte también de que se están produciendo ventas ilegales con medicamentos que fueron saqueados de farmacias destrozadas por la riada. Colomer asegura que no hay razón para comprar fuera del canal oficial. De las 96 farmacias damnificadas, solo hay 16 que aún no pueden dar servicio, pero el suministro de medicamentos está garantizado en todas las localidades.
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