Las cenas de empresa, los reencuentros con las amistades y por supuesto, las celebraciones familiares son acontecimientos que, en nuestro país, suelen ir de la mano con el consumo del alcohol.
No en vano se ha popularizado el "voy a beber más que los peces en el río". Pero esto es algo que tiene consecuencias negativas, más allá de las horribles resacas, puesto que incide en los encuentros sexuales de esas fechas. Concretamente en que no son tan satisfactorios que sin alcohol de por medio.
En agosto de este año, el Ministerio de Sanidad alertó de que casi el 10% de los españoles entre 15 y 64 años habían bebido alcohol a diario. Así que fijarnos en los efectos de esta sustancia, también en el plano íntimo, parece una reacción más que lógica.
De hecho, como reacción a este aumento de consumo de alcohol, se esté erigiendo una tendencia en la intimidad que es el polo opuesto: el sexo sobrio o sober sex.
Según el informe que ha sacado por estas fechas Lovehoney Group, empresa británica de bienestar sexual, acerca de cómo se va a ver nuestra vida sexual durante 2025, el alcohol no entra en la ecuación.
De hecho, Elisabeth Neumann, que es sexóloga y directora de Investigación de Usuarios de la compañía, ve en esta popularidad del sexo sin sustancias "un cambio hacia una intimidad consciente e intencional".
"Este movimiento se alinea con la cultura del bienestar más amplia que prioriza la claridad mental, la conexión emocional y el bienestar físico. Las personas eligen cada vez más tener relaciones sexuales sin la influencia del alcohol u otras sustancias, con el objetivo de una experiencia más auténtica y presente", explica.
Alcohol y responsabilidad
Que estamos en un momento donde conviven extremos en el plano político, económico o social también se ve reflejado en este asunto. Porque si bien hay una normalización y frecuencia del consumo del alcohol según las cifras oficiales, por otro lado hay una concienciación muy grande de sus efectos adversos.
Si nos fijamos en los datos de la Enquesta d'hàbits relacionats amb la salut' de la Diputación de Barcelona, el 58,3% de los adolescentes vincula el consumo del alcohol con sexo poco responsable.
Esto es algo que también comenta la sexóloga acerca de la tendencia del sexo sobrio: "Desafía la norma social que vincula el alcohol o las sustancias con la diversión o la relajación, reconociendo que estas influencias a veces pueden perjudicar el consentimiento, la comunicación y el disfrute general".
"A medida que las personas se vuelven más conscientes de los beneficios de tener la mente clara durante los momentos íntimos, el sexo sobrio también se ve como una forma de crear una sensación más profunda de intimidad, confianza y respeto en las relaciones", explica.
Los beneficios del 'sober sex'
Erróneamente se ha creído que el alcohol podría ayudar a las relaciones sexuales, o incluso ser un afrodisiaco, por la sensación de que no hay filtros. Sin embargo, a la hora de la verdad, afecta al sistema nervioso y dificulta la lubricación o la erección.
Como comenta la experta: "Aunque el consumo de alcohol puede facilitar la etapa del flirteo y favorecer la desinhibición, la verdad es que entorpece la respuesta sexual; tiene un efecto anestésico que hará que cueste más excitarse e incluso llegar al orgasmo".
Es decir, que si se ve como una solución, puede ser la causa de un problema. En cambio, a favor del sexo sobrio -que no padece los efectos adormecedores del alcohol- "las parejas y personas a menudo experimentan sensaciones físicas intensificadas, vínculos emocionales más fuertes y una mejor comunicación, lo que lleva a encuentros más satisfactorios", explica Elisabeth.
Para la sexóloga, la clave de esta popularización es que "muchas personas ven el sexo sobrio como una opción empoderadora que mejora tanto el bienestar personal como la conexión con una pareja. Ya sea en relaciones comprometidas o en encuentros casuales, la tendencia resalta el creciente deseo de experiencias sexuales auténticas, conscientes y más significativas".
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