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Leo que una veinteañera norteamericana ha facturado 43,4 millones de dólares en un año con su perfil de OnlyFans. Busco su nombre, no me suena; deben de conocerla en casa y en esa plataforma cuyos usuarios dirían que se trata de una modelo, mientras que para el resto ejerce la prostitución virtual.

Pasar de engrosar la cola de los servicios sociales a facturar millones en solo doce meses requiere una mente bien entrenada, pero intuyo que le será difícil ordenar sus emociones. De hecho, cuando recibe críticas en las redes sociales ella responde colgando fotos en su banco orgullosa como si la ética estuviese dentro un cajero. De igual manera que pasar del todo a la nada es duro, el tránsito de la carencia a la abundancia necesita un trabajo emocional de adaptación porque si no pasa como a los ganadores del gordo de la lotería, que el setenta por ciento acaba arruinado cinco años después. La riqueza inesperada descoloca a cualquiera y más si tienes veintipocos años.

Gran legado​


Veinticinco años tiene Laura Fuertes, la primera boxeadora española que ha participado en unos Juegos Olímpicos, y aunque ella también usa su cuerpo para ganarse la vida, su historia es bien distinta. Laura empezó practicando natación, pero cuando sus padres la llevaron a un combate de boxeo prendió una afición que le llevaría a colgarse el bronce en el Campeonato Mundial 2022 y de ahí, a París.

Laura acaba de recibir el premio Mujer a Seguir por abrir una puerta cerrada a las mujeres, lo que me ha alegrado porque es una de esas deportistas cuyo legado impacta en ellas. Resulta curiosa su imagen: menuda, tiene un pelo ondulado que sobrepasa su cintura y sus brazos son más delgados de lo que suponemos a una boxeadora, pero aquí compruebo que los tópicos me arrastran al prejuicio si no ando alerta.

Tuve oportunidad de conversar con Laura hace unas semanas, en la radio, y me contó que su mayor aprendizaje no llegaba del ámbito deportivo, sino aceptar que algunas personas van a decepcionarte por mucho cuidado que pongas en la relación. Demasiado joven para los desengaños, pero el sacrificio del deporte también te entrena para la vida: me contó que una vez un derechazo le fracturó el tabique nasal pero no sintió el dolor hasta que terminó el combate. Laura está comprometida por acercar el boxeo a los más pequeños y que entiendan su verdadera dimensión: los niños comprender que no es el modo a través del que canalizan la rabia, el desencanto o su frustración, pues se trata de un deporte y tiene sus reglas, y las niñas que no se trata de un deporte de chicos, sino que cualquier niña puede practicarlo y triunfar en él.

Los niños comprender que no es el modo a través del que canalizan la rabia, el desencanto o su frustración (...) y las niñas que no se trata de un deporte de chicos​

La generatividad​


Robert Waldinger, psiquiatra en Harvard y director del estudio más importante sobre la felicidad en el mundo, explica que una de las fuentes de bienestar, especialmente cuando llegamos a la madurez y pensamos que hemos finiquitado buena parte de nuestra vida, es encontrar un propósito y generarlo. De otra manera, tomar consciencia de la huella que dejamos en los demás y, por tanto, actuar con trascendencia. En psicología se llama "generatividad" y existe un modelo de liderazgo llamado generativo que se caracteriza por trascender del "yo" para conectar con el "nosotros", en el que lo más importante es el bienestar del equipo y, por tanto, el líder impacta transmitiendo conocimientos para que los demás puedan crecer. Waldinger sugiere que, si bien esta generatividad debería ser obligatoria a partir de los cuarenta, podemos entrenarla a través de cuatro tipo de prácticas:

  1. Tener acciones e iniciativas que contribuyan de forma positiva a la sociedad.
  2. Compartir experiencias y conocimientos que se conviertan en ejemplarizantes para otros.
  3. Poner nuestra intención en alcanzar una meta o un propósito.
  4. Cuidar de la salud física y mental practicando actividades que nos permitan tener también relaciones positivas y equilibradas.

El ejemplo de Laura Fuertes demuestra que podemos ser líderes generativas a cualquier edad. Laura consigue logros y triunfos en la sociedad, comparte sus experiencias en colegios que impactan en niños y niñas, su misión anhela llevar el boxeo femenino a las más altas cuotas de éxito y cuida, tanto de ella físicamente, como del entorno que le rodea.

No parece que la millonaria de OnlyFans practique la generatividad, salvo para generar dólares con más rapidez que la Reserva Federal.

 

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