«Nosotros tenemos barro en las botas, tú sangre en las manos»

[Pascale_Hoppe]

Una de las frases que más repiten los valencianos durante los últimos diez días es que «sólo el pueblo salva al pueblo». Lo hacen porque una marea de voluntarios se ha desplazado hasta la comunidad para tratar de revertir los estragos de la DANA. Esta sábado, -a falta de cifras oficiales- centenares de personas han salido a las calles de la capital para pedir la dimisión de su presidente, Carlos Mazón, a gritos de «asesino». Entre las pancartas de la marcha, que partió del Ayuntamiento, varias que rezaban: «Nosotros tenemos barro en las botas, tú sangre en las manos». Con barro en las botas estaban en la plaza de la Virgen cuatro voluntarias: Amalia, de Segovia; Elena, de Madrid; Sofía de Toledo y Sonia, la única valenciana. Un grupo de amigas de 25 años que se desplazó a la protesta tras ayudar en las tareas de limpieza en Catarroja, uno de los pueblos dónde aún hacen falta muchas manos para retirar barro y vaciar los bajos afectados por la riada. La última, apunta, como tantos otros: «Estamos hartos de que esto lo tenga que salvar el pueblo. No entendemos por qué no hubo medidas preventivas. Obviamente la DANA no se puede parar, pero se podía haber avisado y gente no habría muerto. Y ya no solo eso. Los desastres que hay...«. Sofía apostilla: «No sólo eso, es que si ya ha pasado, pon medios, porque lo no puede ser es que venga gente de toda España, llegue aquí y diga '¿qué hago ahora?', es que no saben adónde ir...Tú puedes ayudar, pero hay cosas que no puedes hacer. Es imposible, puedes sacar cubos de barro, como hemos estado haciendo, puedo sacar cosas con pala, pero nada más». «Hay gente que quiere ayudar, pero como no sabes, muchas veces haces cosas que en realidad no están aportando, porque realmente estás limpiando algo que se va a manchar en dos segundos«, constata Elena. Han pasado la tarde limpiando un colegio en Catarroja. »Se podía caer literalmente a cachos en Catarroja. Un profesor nos ha dicho 'no entréis, es peligroso», explica Amalia.«También nos hemos metido en un garaje y un garaje no lo puede limpiar la gente, era imposible sacar las cosas de allí...Los Bomberos no organizaban nada, nosotras repetíamos: 'vamos a hacer cadenas', pero no puedes subir una cuesta 50 veces con cubos. No puedes», lamenta Sonia. «Un desastre. Hemos salido de ese garaje porque una médico, llorando, nos dijo que había unas tuberías que estaban goteando aguas fecales, y nosotras somos ciudadanas de a pie, llevamos mascarillas, y nos hemos puesto cinta americana por todas partes...pero nada más. Es horrible todo», admite Sofía. También esta mañana, otro grupo de diez voluntarios, cuentan ellas, se han afanado en sacar coches de garajes anegados. «¡Empujando! Si algo sale mal, y resbala, les aplasta». Esta tarde han dejado de ayudar para pedir la dimisión de Mazón. «Nos organizamos más la gente de a pie, que ellos», dicen en alusión a los dirigentes de la Generalitat. La conclusión de las cuatro jóvenes es la misma: «Lo que hace faltan son máquinas que empiecen a limpiar todo eso». Entre las personas que han ayudado, el dueño de una tienda de electrónica, también en Catarroja. Había montado el negocio hace dos meses y lo ha perdido todo. «Se le ha inundado entero. También la casa». «En Benetúser una mujer nos explicó que estuvo con el agua al cuello y que como es venezolana tiene que conseguir su pasaporte para poder solicitar ayudas. Su casa se inundó, y el consulado está en Barcelona, ¿cómo va a ir para allá si no tiene nada?», reprocha Sonia. La desesperación de las cuatro jóvenes es similar a la de la ingente cantidad de voluntarios que durante los últimos días se ha desplazado hasta la Comunidad Valenciana para ayudar. Desesperación, rabia, e impotencia. Y por ello han secundado la protesta para pedir la dimisión del presidente de la Generalitat.

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