Elon Musk es el corazón de la victoria de Trump. Es el empresario visionario, el aventurero, el que lleva las fronteras de la Humanidad un poco más allá en cada cosa que hace. La estrella que guía al niño que nunca dejamos de ser hacia su cénit y no al revés. La turba odia a Trump pero no es un odio real porque de Trump es fácil escapar con excusas como las de sus modales. Es un odio político, como llamar fascista a Isabel Ayuso. Además, todos sabemos que el odio nunca es el problema. El problema, el drama, es el miedo. Y quien de verdad da miedo es Musk porque es un espejo inevitable. No puedes escapar de Musk. Es el genio vivo más letal, el que más deprisa nos acerca al futuro con su talento y frente al que quedan en evidencia los que saben que no merecen el futuro porque han dimitido de la lucha por hacerlo suyo. Los genios dan esperanza y dan miedo. Dan la esperanza de concretar la promesa de un mundo mejor y dan el miedo de que no siempre es fácil entenderlos y que si no mejoras con ellos quedas estancado en el atraso y la indiferencia.Elon Musk es el arquitecto de un mundo mejor pero también el reto y el vértigo de que sólo lo alcanzarán los que se esfuercen, los que vivan en el ansia, en la obsesión por estirar los dedos hasta tocar la cara de Dios. El corazón de la victoria de Trump es Elon Musk. Es el corazón del progreso de la Humanidad. Siempre dependemos de nuestros genios y casi nunca los comprendemos. Les reprochamos cualquier cosa pero no porque sea un defecto sino por no sentirnos mediocres y débiles ante ellos, ni empequeñecidos por la sentencia de que si no tenemos lo que queremos no es porque no se pueda sino porque nos asusta y da pereza la férrea voluntad que necesitamos para lograrlo.La novedad de que Musk haya participado de un modo tan activo en la campaña electoral y sea la principal fuente de inspiración del presidente asegura un mandato en tensión, en vilo, siempre al borde de que algo sensacional suceda. Y aunque por supuesto habrá inexactitudes y habrá errores, lo desconocido se convertirá en lo nuevo, y lo que nos inquietaba en progreso, más veloz y brillantemente que en ningún otro momento. Nunca se había gobernado el mundo libre con la exigencia de pedirle más, ni contra la condescendencia de subvencionarlo para que con menos fuera suficiente. Menos impuestos, más filantropía. Menos carga regulatoria, más creatividad . Eficiencia contra el atraso de llegar siempre tarde y fuera de presupuesto. Trump anuncia el sueño americano y Musk lo desnuda de prejuicios y lo lanza violentamente contra tu letargo. Es por supuesto falsa la propaganda de que se desentenderán de Europa. Os tendrán más presentes que nunca, os buscarán hasta encontraros y no habrá subsidio ni baja por estrés, por paternidad o liberación sindical en la que os podáis continuar burlando del duro trabajo de las personas de buena voluntad. Claro que vais a ser libres, pero libres de verdad.
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