mayert.kariane
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Tres ideas y una ausencia marcaron la apertura del curso de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), celebrada este jueves: el valenciano no es un lengua impuesta porque “no se puede imponer aquello que es propio”; no se pueden “aceptar instituciones regidas por personas que no sueltan ni un bon dia” y la lengua “o se defiende o se pierde”. La primeras palabras formaban parte del discurso de Verònica Cantó, presidenta del ente normativo de la Generalitat valenciana; las segundas fueron pronunciadas por el prestigioso filólogo Vicent Pitarch, que recibió la medalla de la Acadèmia, junto con el grupo musical Zoo, y las terceras por la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, y secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant. La ausencia hace referencia a que ningún consejero de la Generalitat, gobernada por el PP, hizo acto de presencia.
Como representantes de la Generalitat, gobernada por el PP, asistieron al solemne acto, que tuvo lugar en el monasterio de Sant Miquel dels Reis de Valencia, sede de la entidad, el subsecretario de la consejería de Sanidad, Álvaro Cuadrado, el director general de Treball, Cooperativisme y Seguretat Laboral, Andrés Lluch, y el president del Consell Escolar de la CV, Salvador Oliver. Entre el público, numerosos cargos socialistas, como la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, y de Compromís, como el portavoz parlamentario Joan Baldoví.
Las intervenciones aludieron a las políticas desarrolladas por el Consell, como la reducción del valenciano en el sistema educativo o de los planes de promoción, o al pronunciamiento del presidente valenciano, Carlos Mazón, relativo a que el valenciano “ha sido impuesto demasiado tiempo”, en alusión al anterior gobierno de izquierdas, secundado por otros cargos, como el consejero de Educación y Cultura, José Antonio Rovira. En este sentido, la presidenta de la Academia Valenciana de la Llengua (AVL), Verònica Cantó, aseveró que la entidad “no participa ni participará de estrategias de desgaste y deslegitimación institucional” de la lengua y defendió que no es una lengua impuesta porque “no se puede imponer aquello que es propio”.
“El valenciano no solo es la lengua propia e histórica de los valencianos y las valencianas, tal como reconoce con acierto nuestro Estatuto de Autonomía, sino que además es la lengua de centenares de miles de valencianos, con la cual nos hemos identificado desde hace casi ocho siglos y sobre la cual hemos construido nuestras raíces”, subrayó. Citó al historiador británico Eric Hobsbawn, quien afirmó que la lengua es uno de aquellos elementos de larga duración que permite, conjuntamente con las emociones, la cultura y, especialmente, la actitud de una sociedad con voluntad de ser, construir un proyecto político de futuro. “Hablo de proyecto político porque la lengua no tendría que estar sometida a los vaivenes ideológicos, sino que tendría que ser parte esencial de un proyecto político común de todos y todas”, enfatizó.
La presidenta de la AVL ha afirmado que la Acadèmia es “la primera institución pública que tiene que creer firmemente que el valenciano tiene futuro”, pero ha precisado que “no tiene que ser la única”. Por ello, ha reclamado “la colaboración, la complicidad y la confianza del resto de instituciones, y sobre todo, del gobierno valenciano”. Al respecto, insistió en que “el principal reto” del valenciano recae en su uso y “sin competencia no hay uso y sin uso no hay lengua”. “Hace falta que la sociedad valenciana hable valenciano en todos los ámbitos y registros. Es uno de los muchos retos que las lenguas minorizadas como la nuestra tienen que asumir”, concluyó.
Por su parte, la ministra de Ciencia¡ y exalcaldesa de Gandia recalcó que “proteger la lengua es también una decisión política, como también lo es abandonarla a su suerte, practicar el negacionismo normativo o recortar los recursos públicos a las entidades que se dedican a mantenerla fuerte y viva”. “Es triste, pero está volviendo a pasar. Porque proteger el valenciano es garantizar su presencia en todas las esferas de la vida pública”, defendió. La lengua “o se defiende o se pierde”, “no pervive de manera espontánea, como desgraciadamente hemos podido comprobar en esta tierra”, advirtió.
Con sus medallas, la Acadèmia valora la trayectoria vital y profesional, el compromiso cívico y profesional del filólogo y sociolingüista Vicent Pitarch (Vila-real, 81 años) con la lengua y la cultura valencianas; así como el “empuje” y capacidad para proyectar el valenciano en todo el mundo a través de la música, en el caso de Zoo.
Tras una completa semblanza del vicepresidente de la Acadèmia Joan Rafael Ramos, encargado de la laudatio, Pitarch manifestó: “Vuelven tiempos oscuros, adversos y no solo en Europa”. “Ante este panorama, nuestras medallas de la AVL admiten ser consideradas un reconocimiento oficial, por supuesto público, al activismo cívico. Una muestra de la capacidad de resistencia y de reconstrucción civil que mantiene de pie la sociedad valenciana”, continuó. “La actuación de la sociedad civil necesita del concurso del ámbito institucional (...), Por eso, entiendo que aquello que no podemos aceptar -que consideramos no solo ininteligible sino también intolerable y un poco surrealista- es que tengamos instituciones regidas por personas decididas a no soltar nunca ni un simple ‘Bon dia”. “La militancia en el campo de la cultura popular es la razón que nos une y nos ha llevado aquí. Entiendo que estamos para testimoniar que del País Valenciano emerge un movimiento muy alentador, arraigado en las comarcas y activo en numerosos ambientes sociales, muy atento al toque de atención que nos hizo Vicent Andrés Estellés, a través de los versos de ‘Assumiràs la veu d’un poble’, indicó.
Por parte del grupo musical Zoo, su cantante Toni Sánchez, -más conocido como Panxo- destacó que intentan “no personalizar y sí compartirlo” con los demás grupos que trabajan en valenciano, ya que, a su juicio, se está realizando un trabajo “muy digno y muy admirable” para que la lengua “sea reconocida, admirada, que haya gente que tenga curiosidad y que se acerque a ella con cariño y respeto”. La exhaustiva laudatio de Zoo corrió a cargo del académica M. Àngels Francés, quien subrayó el “impacto internacional” del grupo y la influencia de su poesía urbana, musical e ilustrada sobre las nuevas generaciones de jóvenes valencianos.
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Como representantes de la Generalitat, gobernada por el PP, asistieron al solemne acto, que tuvo lugar en el monasterio de Sant Miquel dels Reis de Valencia, sede de la entidad, el subsecretario de la consejería de Sanidad, Álvaro Cuadrado, el director general de Treball, Cooperativisme y Seguretat Laboral, Andrés Lluch, y el president del Consell Escolar de la CV, Salvador Oliver. Entre el público, numerosos cargos socialistas, como la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, y de Compromís, como el portavoz parlamentario Joan Baldoví.
Las intervenciones aludieron a las políticas desarrolladas por el Consell, como la reducción del valenciano en el sistema educativo o de los planes de promoción, o al pronunciamiento del presidente valenciano, Carlos Mazón, relativo a que el valenciano “ha sido impuesto demasiado tiempo”, en alusión al anterior gobierno de izquierdas, secundado por otros cargos, como el consejero de Educación y Cultura, José Antonio Rovira. En este sentido, la presidenta de la Academia Valenciana de la Llengua (AVL), Verònica Cantó, aseveró que la entidad “no participa ni participará de estrategias de desgaste y deslegitimación institucional” de la lengua y defendió que no es una lengua impuesta porque “no se puede imponer aquello que es propio”.
“El valenciano no solo es la lengua propia e histórica de los valencianos y las valencianas, tal como reconoce con acierto nuestro Estatuto de Autonomía, sino que además es la lengua de centenares de miles de valencianos, con la cual nos hemos identificado desde hace casi ocho siglos y sobre la cual hemos construido nuestras raíces”, subrayó. Citó al historiador británico Eric Hobsbawn, quien afirmó que la lengua es uno de aquellos elementos de larga duración que permite, conjuntamente con las emociones, la cultura y, especialmente, la actitud de una sociedad con voluntad de ser, construir un proyecto político de futuro. “Hablo de proyecto político porque la lengua no tendría que estar sometida a los vaivenes ideológicos, sino que tendría que ser parte esencial de un proyecto político común de todos y todas”, enfatizó.
La presidenta de la AVL ha afirmado que la Acadèmia es “la primera institución pública que tiene que creer firmemente que el valenciano tiene futuro”, pero ha precisado que “no tiene que ser la única”. Por ello, ha reclamado “la colaboración, la complicidad y la confianza del resto de instituciones, y sobre todo, del gobierno valenciano”. Al respecto, insistió en que “el principal reto” del valenciano recae en su uso y “sin competencia no hay uso y sin uso no hay lengua”. “Hace falta que la sociedad valenciana hable valenciano en todos los ámbitos y registros. Es uno de los muchos retos que las lenguas minorizadas como la nuestra tienen que asumir”, concluyó.
Por su parte, la ministra de Ciencia¡ y exalcaldesa de Gandia recalcó que “proteger la lengua es también una decisión política, como también lo es abandonarla a su suerte, practicar el negacionismo normativo o recortar los recursos públicos a las entidades que se dedican a mantenerla fuerte y viva”. “Es triste, pero está volviendo a pasar. Porque proteger el valenciano es garantizar su presencia en todas las esferas de la vida pública”, defendió. La lengua “o se defiende o se pierde”, “no pervive de manera espontánea, como desgraciadamente hemos podido comprobar en esta tierra”, advirtió.
Con sus medallas, la Acadèmia valora la trayectoria vital y profesional, el compromiso cívico y profesional del filólogo y sociolingüista Vicent Pitarch (Vila-real, 81 años) con la lengua y la cultura valencianas; así como el “empuje” y capacidad para proyectar el valenciano en todo el mundo a través de la música, en el caso de Zoo.
Tras una completa semblanza del vicepresidente de la Acadèmia Joan Rafael Ramos, encargado de la laudatio, Pitarch manifestó: “Vuelven tiempos oscuros, adversos y no solo en Europa”. “Ante este panorama, nuestras medallas de la AVL admiten ser consideradas un reconocimiento oficial, por supuesto público, al activismo cívico. Una muestra de la capacidad de resistencia y de reconstrucción civil que mantiene de pie la sociedad valenciana”, continuó. “La actuación de la sociedad civil necesita del concurso del ámbito institucional (...), Por eso, entiendo que aquello que no podemos aceptar -que consideramos no solo ininteligible sino también intolerable y un poco surrealista- es que tengamos instituciones regidas por personas decididas a no soltar nunca ni un simple ‘Bon dia”. “La militancia en el campo de la cultura popular es la razón que nos une y nos ha llevado aquí. Entiendo que estamos para testimoniar que del País Valenciano emerge un movimiento muy alentador, arraigado en las comarcas y activo en numerosos ambientes sociales, muy atento al toque de atención que nos hizo Vicent Andrés Estellés, a través de los versos de ‘Assumiràs la veu d’un poble’, indicó.
Por parte del grupo musical Zoo, su cantante Toni Sánchez, -más conocido como Panxo- destacó que intentan “no personalizar y sí compartirlo” con los demás grupos que trabajan en valenciano, ya que, a su juicio, se está realizando un trabajo “muy digno y muy admirable” para que la lengua “sea reconocida, admirada, que haya gente que tenga curiosidad y que se acerque a ella con cariño y respeto”. La exhaustiva laudatio de Zoo corrió a cargo del académica M. Àngels Francés, quien subrayó el “impacto internacional” del grupo y la influencia de su poesía urbana, musical e ilustrada sobre las nuevas generaciones de jóvenes valencianos.
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“No podemos aceptar instituciones regidas por personas que no sueltan ni un ‘Bon dia”
El filólogo Vicent Pitarch y el grupo Zoo reciben las medallas de la Acadèmia Valenciana de la Llengua en un acto al que asiste la ministra Diana Morant sin presencia de consejeros de la Generalitat
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