imonahan
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Para unos las navidades son entrañables y bonitas, para otros son agitadas y algo incómodas y para otros incluso pueden llegar a ser angustiosas y estresantes. Los días previos a la Navidad y las fiestas navideñas en sí suelen ser días en los que se multiplican las demandas externas de todo tipo: citas para reunirse (con amigos, familia, compañeros de trabajo...), compras de regalos, pensar en el menú navideño, decorar la casa o incluso atender a todo lo que hay que dejar terminado en el trabajo para tomarse algún día de descanso durante las fiestas. Ese exceso de demandas (no siempre apetecibles) en un tiempo limitado es el cóctel perfecto para aumentar los niveles de estrés . Y si a esto sumamos que no pocas personas viven esta etapa con unas altas expectativas, la ecuación se antoja complicada. Tal como propone Esperanza Sebastián ( @esperanza_sebastian ), pedagoga, coach y experta en gestión del estrés, la clave para pasar esta época del año con más tranquilidad y un mayor disfrute reside en planificar, simplificar, delegar, calcular y elegir. Así lo explica en forma de consejos prácticos y concretos: 1. Ten claras tus prioridades . Piensa qué es lo importante para ti en estas fiestas y qué es lo que más te hace feliz: el reencuentro con familiares, amigos, los regalos, las comidas… Eso será tu prioridad, lo que te va a hacer disfrutar. Y ya sé que te va a costar, pero el resto de tareas, apártalas de tu lista de «imprescindibles». Ya sabes lo que dice el refrán: «Quien mucho abarca, poco aprieta». 2. Simplifica las celebraciones . Te gusta ser una gran anfitriona y, por eso, te desvives en la decoración, en la preparación de la comida, en los regalos. Te sientes responsable y quieres que todo salga perfecto. ¿Y si este año haces tuyo el lema de «menos es más«?. Busca alternativas sencillas para la decoración, para hacer la comida y para todo lo que quieras hacer. La Navidad también es un tiempo para que tú la celebres. Noticias relacionadas estandar No Dátiles rellenos de queso ricotta y pistachos: el entrante que se come de un bocado Catalina Prieto estandar No Timbal de mango, aguacate y langostinos, un entrante perfecto para una cena especial Chef Bosquet 3. Delega tareas . La Navidad es para todos. ¡No tienes que hacerlo todo tú! Involucra a tu familia o amigos en las celebraciones. Delega algunas tareas en ellos porque de esta manera no irás tan estresada y ellos se sentirán parte activa de la fiesta. Se sentirán felices de aportar su granito de arena. Asume que la Navidad no ha de ser perfecta, según tu criterio. Acepta que habrá momentos en que las cosas no salgan como esperabas porque es imposible controlarlo todo. Y este es un gran factor estresante, en cambio, te propongo que te rías y pases página. No des vueltas a lo que no tiene solución. 4. Organiza tu agenda. En estas fechas que todos queremos festejar, las celebraciones se multiplican sin darnos cuenta, aparecen en cualquier momento. Que si la comida de trabajo, los amigos, los familiares , los conocidos de la peña... Pon límites y di no a algunos compromisos. Porque ya sabes que la Navidad con este tipo de celebraciones empieza en noviembre y con este ritmo llegarás agotada y sin energía a las celebraciones que de verdad esperas con ilusión porque son momentos de reencuentro y emociones. 5. Hazte un presupuesto. Sé previsora y establece un presupuesto, más o menos flexible, para gastar en estas navidades. Los gastos imprevistos o en demasía nos generan estrés y sentimiento de culpa. Intenta adecuarte a tus ingresos porque lo importante no es el valor del regalo sino el cariño que hay en él. Además, siempre puedes optar por detalles hechos a mano o experiencias gratificantes. De esta manera, no solo le das valor a lo que tenemos sino a lo que hay detrás de una muestra de cariño. 6. Desconecta de tus redes . Deja de estar colgada del móvil y conéctate con los que tienes a tu lado o contigo misma. Si quieres dejar la presión de tu día a día, reduce el tiempo que pasas con las pantallas. El mundo no se va a acabar si tú no estás ahí para poner tu comentario o tu «like». El mundo puede seguir sin ti y tú sin él. Vive el momento presente, no hay nada más relajante que vivir el «Ahora» sin pensar, ni juzgar. 7. Practica el autocuidado. Dirás que es imposible en medio de la vorágine de la Navidad encontrar un tiempo para ti. Pero no se puede dar a los demás lo que no se tiene. Puedes cuidarte de muchas maneras y sin tener que consumir, que no he dicho perder, mucho tiempo. Un paseo, una lectura, un té caliente, un baño relajante, ya sabes, creatividad al poder. 8. Conecta con la esencia. La Navidad es un tiempo de felicidad, de alegría, de conexión desde el corazón con las personas que queremos. Es un tiempo de emociones compartidas, de abrazos calurosos, de risas contagiosas. Lo que recordarás no es lo que hiciste sino cómo te sentiste con quien compartías ese momento. Por su parte, el psicólogo Tomás Navarro ( @tomasnavarropsi ) recuerda la importancia de ponérselo fácil, ajustar las expectativas y centrarse en lo importante. En este sentido propone hacer una valoración y ajuste de expectativas con respecto a estas fechas pues a veces lo que tenemos en la cabeza no es factible y eso es algo que, según recuerda Navarro, genera mucha ansiedad. «Si lo que quieres es que todo salga perfecto pero la realidad es que existen infinidad de factores que no controles, es probable que las cosas no salgan como quieres, así que la clave es el 'wabi sabi' y dar la bienvenida a la imperfección», propone el psicólogo quien revela que, sólo con ajustar esas expectativas ya uno se puede quitar de encima mucha presión.Escucha los consejos de Tomás Navarro para una Navidad sin estrés. tomás navarroIgualmente explica que también conviene actuar cuando esas expectativas no tienen que ver con el deseo de que todo salga perfecto sino con el temor a que suceda lo peor: desde que se queme la comida hasta que la familia se pelee o incluso que pase una desgracia. Sobre este asunto el psicólogo avisa: «Cuando prevés que lo que va a ocurrir en estas fechas no va a ser bonito, lo vivirás todo con estrés antes de que ocurra y además tendrás esa sensación sin saber si realmente va a ocurrir algo malo», comenta. Eso es, según asegura un miedo anticipatorio.Por último, el psicólogo propone que para aliviar la tensión lo ideal es que cuando se acerque el momento, conviene dejar que todo fluya . ¿Y cómo se consigue que todo fluya? Y cómo se fluye? Poniendo foco en lo importante. «¿Lo importante es que te salga el solomillo Wellington perfecto o que estéis todos juntos? Para que todo fluya lo ideal es delegar en personas, procesos o servicios. Por ejemplo, si te estresa mucho la cocina, tal vez puedas encargar la comida en un catering o si no tienes la vajilla perfecta, tal vez puedas quitarle hierro al asunto con platos y cubiertos de usar y tirar, o de bambú o de cualquier otra cosa. ¿Es mejor que el anfitrión o anfitriona esté de buen humor o que se haya pasado dos días cocinando y se haya estresado tanto para que todo esté bien que ya casi no tenga ganas ni de hablar o sonreír?», argumenta.
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