feeney.constance
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El 6 de enero de 1945, en el desaparecido Café Suizo de las Ramblas de Barcelona, se reunieron para fallar un recién nacido premio de novela: el Nadal. De los veintiséis textos presentados, el jurado eligió el de una joven de tan solo veintitrés años, absolutamente desconocida en el ambiente literario: 'Nada', de Carmen Laforet . Aquel relato de una joven huérfana que, tras la Guerra Civil, llega a Barcelona para estudiar y se aloja en la casa de su abuela, en la calle Aribau, obtuvo tras su publicación un enorme éxito. «La lectura de 'Nada' produce una impresión rara, extraña, desconcertante -escribió Azorín en ABC-. Nos encontramos en presencia de un procedimiento nuevo, enteramente nuevo. Lo primero que advertimos es la falta de consideraciones o reflexiones por parte del autor: todo es aquí rápido, limpio, escueto. Y sin embargo, esta desnudez en el estilo no implica laxitud. Nada más fino en la observación; nada más escrupuloso en la anotación». Ochenta años después, 'Nada' es considerada una de las grandes novelas del siglo XX; Edgar Neville la llevó al cine ya en 1947 y Leopoldo Torre Nilsson lo hizo en 1956 -con el título de 'Graciela'-. Pero hasta ahora no se había llevado a escena (salvo algún montaje no profesional). Lo hace en el Teatro María Guerrero del 8 de noviembre al 22 de diciembre dentro de la programación del Centro Dramático Nacional (CDN) , en una adaptación que ha realizado Joan Yago y dirige Beatriz Jaén (los responsables de la exitosa 'Breve historia del ferrocarril español'). Diez actores componen el reparto: Carmen Barrantes, Jordan Blasco, Pau Escobar, Laura Ferrer, Manuel Minaya, Amparo Pamplona, Júlia Roch (que interpreta a la protagonista, Andrea), Julia Rubio, Andrea Soto y Peter Vives.Joan Yago coincide con Alfredo Sanzol -director del CDN- al señalar que la lectura reciente de la novela le ha hecho descubrir aspectos de la historia que no advirtió cuando la leyó en su adolescencia. «Entonces me gustó mucho, pero solo vi el relato de una chica que llega a Barcelona a estudiar. Tenía la misma percepción que cuando leí ' El guardián entre el centeno ', una obra sobre la pérdida de la inocencia, sobre la entrada en la edad adulta». Yago se ha encontrado ahora con la Barcelona de la primera posguerra -la acción de la novela transcurre en septiembre de 1939-, «en la que todo sigue igual pero todo ha cambiado para siempre», dice. «Esta guerra que se ve en todas partes y en ningún sitio» modificó su lectura. Esa guerra, añade, se ve sobre todo «en el estado emocional y nervioso de todos los personajes». No solo es, concluye, la gran novela de la posguerra española, sino también una gran obra «sobre el desencanto de la llegada a la edad adulta, sobre la relación 'única' entre unos personajes; es una novela que habla con maestría sobre la diferencia de clases, es una novela con una potencia evocadora en sus paisajes -se te ponen los pelos de punta cuando piensas que lo escribió una mujer de tan solo 23 años- y una gran potencia poética».Gran carga descriptivaLlevar a escena las 378 páginas que tiene la novela (el espectáculo tiene unas tres horas de duración) no ha sido, lógicamente, una tarea fácil. «Una de las principales dificultades está en la gran carga descriptiva, en esa mirada observadora de Andrea», dice Beatriz Jaén. Directora y adaptador tuvieron la tentación de hacer un monólogo, pero lo desecharon. «'Nada' tiene dos ingredientes maravillosos -explica Joan Yago-; por una parte, está la calidad del flujo de pensamiento de Andrea, la prosa de sus descripciones y, por otro lado, la mucha acción que tiene. Así que teníamos dos opciones; el monólogo en el que la protagonista contara la historia y una función al estilo 'Un tranvía llamado deseo', en la que se contara el drama. Pero ninguna de las dos lo tenía todo, y no era justo dejar uno de los dos elementos fuera. Encontrar el equilibrio entre la narración de Andrea y la acción ha sido muy difícil, pero creo que lo hemos conseguido».Noticias Relacionadas estandar Si Carmen Laforet, el destino de una escritora Inés Martín Rodrigo estandar Si El premio Nadal, desde dentro: la ficción soñada que se hizo realidad Inés Martín RodrigoBeatriz Jaén no duda en calificar la adaptación de «brillante y muy ambiciosa». Ella también ha redescubierto la novela. «No era consciente de la multitud de capas que hay en ella y de lo grandiosa que es». Su puesta en escena, explica, pone el foco «en esa luz y en ese grito generacional que se escucha claramente en la novela: Andrea tiene 18 años y está con sus amigos de la Universidad -especialmente con Ena- luchando por mantener la esperanza en un momento en que Barcelona, España entera, se está recuperando de una guerra que dejó a mucha gente en un estado de precariedad y miseria. Andrea llega a una casa atravesada por esa herida, y la pregunta que nos hacíamos era cómo mantenían viva la esperanza. Y ahí aparece la amistad entre dos mujeres como acto revolucionario, que le da a Andrea la alegría de vivir». Novela perturbadora«'Nada' es una novela perturbadora y oscura, nada complaciente -dice Beatriz Jaén-; pero, a la vez, es una novela que desborda pasión y coraje. Su estilo seco y cortante, y sus minuciosas descripciones nos hablan de esa angustia existencial que todo lo invade en esos años de posguerra, y en ese alma algo nostálgica y triste de Andrea. Pero a la vez, encontramos a lo largo de la novela poderosos destellos de fantasía y deseo que no abandonan el espíritu soñador de la joven protagonista».Tanto la directora como Júlia Roch , que encarna a Andrea, han encontrado en la historia un punto de conexión con sus ascendientes. «He podido entender mejor a mis abuelos, que nacieron a principios de los años veinte del siglo pasado», dice la primera. «Ese viaje para encontrarse a sí misma y ese mundo interior enorme que tiene Andrea -dice su intérprete- me está haciendo mirar el mundo de otra manera, y estoy revisitando Barcelona también de otro modo». Tanto que, confiesa, llegó hasta la casa de la calle Aribau donde transcurre la novela, le pidió a uno de los vecinos que le enseñara el piso y pudo aspirar el ambiente que Carmen Laforet describió en las páginas de 'Nada'.
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