Solon_Feest
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Muriel Romero (Murcia, 52 años) dirigirá la Compañía Nacional de Danza (CND) durante los próximos cinco años, ha anunciado este martes el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem), entidad del Ministerio de Cultura a la que está adscrita la compañía. Sustituirá a Joaquín de Luz y su candidatura ha sido seleccionada, entre 22 proyectos presentados, por “ensanchar las fronteras de la Compañía enriqueciéndola con su amplia experiencia como intérprete, creadora, gestora y pedagoga”, según el comunicado de prensa del Inaem. En 2019, cuando se designó el nombramiento de De Luz como director, hubo 14 candidaturas.
Aunque alejada del perfil de súper estrella internacional al que respondían los dos anteriores directores, José Carlos Martínez y Joaquín de Luz, ambos primeras figuras de la danza de corte más clásico, Romero, cuyo trabajo se enmarca en la danza contemporánea, tiene también una vasta trayectoria que desde 2008 desarrolla al frente de su propia agrupación, Instituto Stocos, junto al compositor Pablo Palacio. Desde Stocos, Romero y Palacio han desarrollado varios proyectos europeos en los que la danza y la música se unen a la ciencia y las nuevas tecnologías.
En este sentido, las próximas líneas de acción de la CND se desmarcan de direcciones anteriores. Si con Martínez y De Luz la recuperación del ballet clásico y neoclásico era buque insignia de sus candidaturas, en esta ocasión, se contempla una mirada de la danza mucho más amplia, abarcando también las artes vivas y la performance, mencionadas por primera vez como parte de su credo en la historia de esta institución. “Muriel Romero aspira a conectar el mundo de las grandes compañías clásicas con el de producciones más independientes, la performance y las artes vivas; el de la academia con la experimentación y la vía institucional con la realidad del sector”, reza en la nota.
Las líneas de actuación de la CND para los próximos cinco años contemplan dar la oportunidad a coreógrafos españoles de estrenar con esta entidad, tal y como se venía haciendo con las últimas direcciones. “Romero aspira a desarrollar una Compañía que trabaje con múltiples estilos y lenguajes, pero con la excelencia como principio. Propone ampliar el repertorio con obras no representadas con anterioridad de coreógrafas y coreógrafos consolidados y emergentes, priorizando a creadoras nacionales o radicadas en nuestro país y a lenguajes artísticos que hasta ahora no han tenido espacio en la CND”. Es decir, una clara vocación de apertura que facilitará el acceso del gran público a los nuevos lenguajes que habitan en la danza. Además, cada año se recuperará una obra de repertorio del siglo XX no representada hasta el momento en España.
En esta orientación de nuevas creaciones españolas, sobre las que la CND aspira a poner el foco, se fomentará la colaboración entre coreógrafos y compositores contemporáneos, así como con otros artistas y disciplinas de dentro y fuera del país. El entorno rural con poco acceso a la cultura también se contempla en el plan desarrollado por Romero. “El proyecto artístico recoge una amplia red de colaboraciones con otras compañías, instituciones y espacios escénicos para poder planificar un sistema de giras que permita llevar la calidad artística y versatilidad de la CND por toda España –prestando especial atención a retos actuales como el acceso a la cultura en entornos rurales– y al extranjero”.
El Inaem incide en la visión “feminista, inclusiva y diversa para la CND”, que anhela el proyecto de Romero y que “reforzará el compromiso y la vocación de diálogo entre los integrantes de la Compañía, a quienes ofrecerá nuevas oportunidades a través del programa anual Creadores de la CND”.
El fomento de las residencias artísticas, la diversidad de públicos y el carácter pedagógico que se venía trabajando en las filas de la CND en los últimos años, continuará bajo la nueva dirección. Con este nombramiento, se fijan los próximos cinco años de actividad para las dos compañías de danza institucionales. Rubén Olmo, director del Ballet Nacional de España, fue renovado en su cargo el pasado abril, lo que no ocurrió con Joaquín de Luz.
La designación de Romero se ha realizado tras un proceso de selección en el que los 22 proyectos presentados se han sometido a la valoración del Consejo Artístico de la Danza, de acuerdo con lo dispuesto en el real decreto de 2010 que regula los órganos de participación y asesoramiento del Inaem, y del Estatuto de la CND.
Muriel Romero fue bailarina de la CND bajo las direcciones de Maya Plitseskaya (1987-1990) y Nacho Duato (1990-2010). En el año 2000 comienza su carrera como coreógrafa independiente y colabora con artistas de vanguardia como La Ribot, Sasha Waltz, Cisco Aznar, Mateo Feijóo y Unterwegs Theater. Posteriormente, fue bailarina solista del Grand Théâtre de Genève y la Semperoper Ballett en Dresde, donde profundiza su relación artística con el coreógrafo William Forsythe. Al frente del Instituto Stocos, compañía que fundó en 2008, ha desarrollado un lenguaje propio y transdisciplinar que combina danza, música, matemáticas, psicología experimental e inteligencia artificial. Uno de sus últimos trabajos, que contempla esta unión disciplinaria, es Embodied Machine, estrenado en 2022 en el Mercat de les Flors de Barcelona.
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Aunque alejada del perfil de súper estrella internacional al que respondían los dos anteriores directores, José Carlos Martínez y Joaquín de Luz, ambos primeras figuras de la danza de corte más clásico, Romero, cuyo trabajo se enmarca en la danza contemporánea, tiene también una vasta trayectoria que desde 2008 desarrolla al frente de su propia agrupación, Instituto Stocos, junto al compositor Pablo Palacio. Desde Stocos, Romero y Palacio han desarrollado varios proyectos europeos en los que la danza y la música se unen a la ciencia y las nuevas tecnologías.
En este sentido, las próximas líneas de acción de la CND se desmarcan de direcciones anteriores. Si con Martínez y De Luz la recuperación del ballet clásico y neoclásico era buque insignia de sus candidaturas, en esta ocasión, se contempla una mirada de la danza mucho más amplia, abarcando también las artes vivas y la performance, mencionadas por primera vez como parte de su credo en la historia de esta institución. “Muriel Romero aspira a conectar el mundo de las grandes compañías clásicas con el de producciones más independientes, la performance y las artes vivas; el de la academia con la experimentación y la vía institucional con la realidad del sector”, reza en la nota.
Las líneas de actuación de la CND para los próximos cinco años contemplan dar la oportunidad a coreógrafos españoles de estrenar con esta entidad, tal y como se venía haciendo con las últimas direcciones. “Romero aspira a desarrollar una Compañía que trabaje con múltiples estilos y lenguajes, pero con la excelencia como principio. Propone ampliar el repertorio con obras no representadas con anterioridad de coreógrafas y coreógrafos consolidados y emergentes, priorizando a creadoras nacionales o radicadas en nuestro país y a lenguajes artísticos que hasta ahora no han tenido espacio en la CND”. Es decir, una clara vocación de apertura que facilitará el acceso del gran público a los nuevos lenguajes que habitan en la danza. Además, cada año se recuperará una obra de repertorio del siglo XX no representada hasta el momento en España.
En esta orientación de nuevas creaciones españolas, sobre las que la CND aspira a poner el foco, se fomentará la colaboración entre coreógrafos y compositores contemporáneos, así como con otros artistas y disciplinas de dentro y fuera del país. El entorno rural con poco acceso a la cultura también se contempla en el plan desarrollado por Romero. “El proyecto artístico recoge una amplia red de colaboraciones con otras compañías, instituciones y espacios escénicos para poder planificar un sistema de giras que permita llevar la calidad artística y versatilidad de la CND por toda España –prestando especial atención a retos actuales como el acceso a la cultura en entornos rurales– y al extranjero”.
El Inaem incide en la visión “feminista, inclusiva y diversa para la CND”, que anhela el proyecto de Romero y que “reforzará el compromiso y la vocación de diálogo entre los integrantes de la Compañía, a quienes ofrecerá nuevas oportunidades a través del programa anual Creadores de la CND”.
El fomento de las residencias artísticas, la diversidad de públicos y el carácter pedagógico que se venía trabajando en las filas de la CND en los últimos años, continuará bajo la nueva dirección. Con este nombramiento, se fijan los próximos cinco años de actividad para las dos compañías de danza institucionales. Rubén Olmo, director del Ballet Nacional de España, fue renovado en su cargo el pasado abril, lo que no ocurrió con Joaquín de Luz.
La designación de Romero se ha realizado tras un proceso de selección en el que los 22 proyectos presentados se han sometido a la valoración del Consejo Artístico de la Danza, de acuerdo con lo dispuesto en el real decreto de 2010 que regula los órganos de participación y asesoramiento del Inaem, y del Estatuto de la CND.
Muriel Romero fue bailarina de la CND bajo las direcciones de Maya Plitseskaya (1987-1990) y Nacho Duato (1990-2010). En el año 2000 comienza su carrera como coreógrafa independiente y colabora con artistas de vanguardia como La Ribot, Sasha Waltz, Cisco Aznar, Mateo Feijóo y Unterwegs Theater. Posteriormente, fue bailarina solista del Grand Théâtre de Genève y la Semperoper Ballett en Dresde, donde profundiza su relación artística con el coreógrafo William Forsythe. Al frente del Instituto Stocos, compañía que fundó en 2008, ha desarrollado un lenguaje propio y transdisciplinar que combina danza, música, matemáticas, psicología experimental e inteligencia artificial. Uno de sus últimos trabajos, que contempla esta unión disciplinaria, es Embodied Machine, estrenado en 2022 en el Mercat de les Flors de Barcelona.
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Muriel Romero, primera mujer nombrada directora de la Compañía Nacional de Danza desde 1987
La bailarina y coreógrafa murciana sustituirá a Joaquín de Luz a partir del 1 de septiembre por un periodo de cinco años
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